OLEGARIO V. ANDRADE (enviada especial). En la década de los 60´ el cultivo de papa era una de las tantas elecciones del colono misionero y especialmente de los inmigrantes, para lograr el auto abastecimiento.Sin embargo, con el correr de los años -quizás la falta de incentivo a los productores- se dejó de cultivar. Los misioneros se tuvieron que abastecer en un 100% con productos de otras provincias.Pero, actualmente, el incentivo parece ser que volvió a la provincia – y a pesar de no ser un cultivo tradicional de la zona- aparecen experiencias de hombres y mujeres que optan por cultivar papas, demostrando que en esta región “la tierra colorada es apta para su producción”.Con una hectárea cultivada y una cosecha que ya está en marcha, Ernesto Aura (66) decidió apostar nuevamente a la producción de papa y anticipó que “si la producción es buena, hasta se pueden lograr dos kilos por planta”, lo que marca una proyección estimativa para los próximos años -no sólo para el colono- sino también para el propio Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (Ifai), que ya se puso al frente a través de asistencias técnicas.La siembra se llevó a cabo en enero de este año y, por estos días, comenzó la cosecha con el tradicional arado para remover la tierra y comenzar a sacar las primeras producciones de papa misionera, que ya se están ofertando y vendiendo en el Mercado Concentrador Zonal de Posadas.“Acá en la colonia, en Olegario Andrade, se puede producir muy bien la papa”, dijo el entusiasmado colono que vio a sus ancestros producirla décadas atrás. “Más ahora que tenemos toda la tecnología a mano, de acuerdo a lo que se necesita sólo se requiere de la semilla certificada y ya se puede producir. Se tiene que tener en cuenta que como semilla no se puede trabajar con la papa de consumo, porque no son muy efectivas”, explicó mientras recorrió la chacra junto a los eventuales visitantes.El colono recordó las décadas en las que cultivaba con sus familiares y dijo que lo hacían sin fungicidas y con abonos que en aquella época existían. “Lo que se podía se tiraba en un cuadro, y se lo preparaba para cuando llegaba la época de siembra. Recuerdo que a veces plantaba diez bolsas aproximadamente y todo era con el fin de comercializarla en todo el municipio de Eldorado”, recordó.Las zonas donde se cultivaba eran Cerro Azul, Andrade y Taranco, según detalló el productor.Para Aura, sólo es necesario que un productor tenga interés de cultivar y buena semilla. “Con eso es suficiente. Además hoy con la tecnología que existe hasta se puede saber los meses estimativos de heladas y calcular la siembra. Si la planta no está demasiado grande, le benefician. Pero no es muy optativo ese sistema”, dijo.La tierra propicia para el cultivo sin duda es la toscosa, según el experto productor, ya que de lo contrario si no absorbe y se acumula el agua, puede ocasionar la pudrición de la papa. Enero es el mes considerado por el productor de Andrade para comenzar a cultivar ya que, si se prevé helada para mitad de mayo, la posibilidad de sacar la producción sin muchos daños es mucho más factible.El objetivo principal -no solo para el productor sino para el Ifai- es adquirir la semilla certificada para poder garantizar la materia prima para la siembra. Y pensar, asimismo, en una cuenca a futuro en esta zona de la provincia.“El interés de cultivar se había esfumado por muchos años por la dificultad que había para conseguir la semilla. Hoy escuchamos que en Mendoza se está produciendo pero si no es así, habrá que pensar en importar nuevamente de países europeos como Holanda”, calculó.El presidente del Ifai, Ricardo Maciel, consideró que esta apuesta del colono también demuestra que “nuestro suelo, dándole el manejo adecuado y buscando los cultivos, nos permite generar diversas producciones que por ahí hasta hace poco parecían imposible producirlas. Así que, con entusiasmo y la práctica del mismo productor de probar algunos cultivos, a partir de sus primeras experiencias (Ernesto Auras), nos demuestra que el productor misionero puede tener otra alternativa más de producción”.Maciel explicó que se trata de “una primera experiencia para validar la posibilidad simplemente con semilla comercial que se consigue en el mercado. A partir de ahora vamos a hacer un acompañamiento de buscar una semilla certificada, de variedades nuevas y buscar un plan de trabajo, de desarrollo productivo – comercial; y con este productor ir incorporando a otros que quisiera iniciar la actividad”.Destacó la aceptación que tuvo el producto desde su presentación y posterior venta en el mercado (el pasado martes). “Fue muy notable la aceptación que tuvo la mercadería porque ni bien se presentó, los consumidores comenzaron a comprar para probar la producción misionera. Así que, a partir de ahora el Mercado Concentrador de Posadas presenta dentro de su alternativa de oferta, un cultivo más que hasta ahora parecía imposible hacerlo. Vemos que en esta primera experiencia no tuvimos grandes inconvenientes, como sí los tuvimos con el tema de la cebolla. Hace un tiempo, con técnicos del Inta de San Vicente y de otros lugares, trabajábamos y teníamos distintos inconvenientes en los almácigos en el proceso de cosecha y post cosecha. En este caso, con la papa, es mucho más sencillo, requiere un manejo determinado pero yo creo que está en las condiciones para poder hacerlo”, sostuvo.Mientras anticipó que la idea es “crear una cuenca de producción no de una forma dispersa, sino que se extienda y entre los municipios de Cerro Corá, Bella Vista, Andrade; como también lo tenemos con la cebolla en San Vicente e Hipólito Yrigoyen”.Algunos aspectos para tener en cuentaEduardo Aura (hijo) destacó algunos puntos importantes que debe tener en cuenta un productor si pretende cultivar papas. “Un productor debe tener en cuenta que fundamentalmente debe contar con un control sanitario. Es decir, desde que se consigue la semilla fiscalizada, debe hacer un control sanitario con cobre para evitar todo lo que es bacterioso. Una vez plantada, se debe llevar adelante un buen control de malezas, orugas y otros depredadores. La fertilización también es un punto muy importante, estamos incursionando en un cultivo nuevo en una nueva zona, entonces debemos ir midiendo cuál es el tope, el límite de la fertilización”, detalló.El ingeniero agrónomo considera que mayor fertilización es igual a mayor rendimiento y recomendó que para un productor que quiera comenzar a cultivar este producto en una hectárea de suelo, debe contar con 30 bolsas de papa de semilla y aprox
imadamente 150 kilos de fertilizantes para comenzar.
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