POSADAS. La Policía investiga la denuncia de una joven de 18 años, que aseguró haber sido secuestrada en un coche color azul y abusada sexualmente en un descampado del que no pudo dar precisiones respecto de su ubicación, consignaron fuentes de la pesquisa.Según la denunciante, todo se produjo el viernes, en horas de la noche, en la esquina de las avenidas Santa Cruz y Tomás Guido. Allí, la mujer aguardaba el colectivo del servicio de transporte urbano de pasajeros.En determinado momento -siempre al decir de su versión de los hechos-, se detuvo un vehículo color azul. El conductor se acercó a ella mostrándose interesado en hacerle una consulta. Sin embargo, en el menor de los descuidos, la tomó de los cabellos y la introdujo por la fuerza en el interior del rodado.Entonces reinició la marcha hacia otro punto de la ciudad. El informe policial no consignó qué sucedió en el trayecto, si la víctima se resistió con tenacidad, pidió ayuda a gritos o sencillamente calló, presa de un shock emocional.La cuestión que el automóvil arribó a la esquina de Aguado e Ituzaingó, donde supuestamente se sumó otro pervertido. Este, a su vez, se movilizaba en una moto.Entonces reanudaron la marcha hasta un descampado, en un punto incierto de Posadas, donde ambos criminales abusaron sexualmente de ella.Allí en ese lugar, que la Policía intentaba ayer determinar, la abandonaron. Previamente, le robaron todo el dinero que llevaba consigo y el teléfono celular. La joven entonces salió al camino más próximo y pidió ayuda. No se sabe cómo ni quién radicó la correspondiente denuncia policial, pero lo cierto es que el caso llegó a la Comisaría de la Mujer, dependiente de la Unidad Regional I.Al menos hasta anoche no había novedades del paradero de los responsables de este hecho.Se labran actuaciones con intervención del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Walter Balor, concluyó el portavoz de la fuerza de seguridad provincial. Condenado a 12 añospor violar a su propia hijaEl caso saltó a la luz cuando la nena se negó a ser violada una vez más por su padre y en contrapartida, fue blanco de una paliza fenomenal.Las secuelas de la golpiza -terminó con el rostro desfigurado- obligó a la intervención policial.Entonces la víctima, con apenas doce años, decidió contar el calvario que vivía desde que tenía diez.Así la Policía y la Justicia tomaron conocimiento de que el padre abusaba sexualmente de ella.La nena y un hermanito menor, que estaba al tanto de lo que ocurría, vivían solos con el abusador. Al parecer, la madre los había abandonado.La denuncia fue radicada el 17 de septiembre de 2011. Intervino el Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, a cargo del magistrado Juan Pablo Fernández Rissi.Días atrás, el acusado confesó su responsabilidad penal para acceder a un juicio abreviado, en el que se lo condenó a doce años de cárcel por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y en concurso real con el delito de lesiones leves y resistencia a la autoridad”.Los vajámenes habrían comenzado en 2009, cuando la víctima tenía sólo diez años.En algunas ocasiones ocurrían en presencia del hermano menor de la nena.La última vez, el hombre arribó demasiado ebrio y al encontrarse con la resistencia de la pequeña, la sometió a una brutal paliza. Fue el principio de su fin.
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