POSADAS. Rastros de sangre fueron hallados a última hora de ayer en Nemesio Parma, en la continuidad de la investigación por el crimen de Marina Da Silva (19), la joven madre hallada maniatada y sin vida días atrás en un pozo de dicho paraje.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, los restos fueron encontrados en una suerte de espacio común en el que era costumbre que la víctima, su concubino (el único detenido por el hecho) y otros vecinos de la zona realizaran reuniones sociales.Ahora, la Policía deberá establecer si esos rastros pertenecen efectivamente a Da Silva, como en principio creen los detectives que se dieron cita anoche en dicho lugar.Ese “punto de encuentro” estaría relativamente cerca del pozo donde la joven fue hallada sin vida. Por eso no sería descabellado pensar que la víctima pudo ser ultimada allí y luego trasladada hasta la perforación. Todo es aún materia de investigación.Anoche, el operativo en el que participaba el magistrado Ricardo Balor, al frente del Juzgado de Instrucción 6, efectivos de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) y la Policía de Misiones continuaba con la realización de nuevas pruebas de luminol en distintos puntos, como en la casa de la pareja y en la olería en la que trabajaba el concubino de Da Silva, de 21 años, único detenido y principal sospechoso.En las próximas horas podrían conocerse mayores detalles que seguramente ayudarán a develar el misterio que se cierne en torno al salvaje homicidio.Marina Da Silva tenía 19 años y un hijo de dos cuando desapareció de la faz de la tierra, el jueves 19 de diciembre de 2013. Desde ese día su paradero se transformó en un verdadero misterio para sus familiares, amigos y conocidos de la zona.De la joven no hubo novedades hasta el último martes en horas del mediodía. Alrededor de las 12 un cuerpo en avanzado estado de descomposición fue hallado en una excavación de unos 12 metros de profundidad cerca del camino a “Campo Bauer”, en Paraje Nemesio Parma, relativamente cerca del destacamento de Prefectura Naval Argentina. El cuerpo se encontraba semidesnudo de la cintura para abajo y maniatado de pies y manos con un cable.Horas después, las autoridades develaron la identidad del cádaver, que resultó ser de quien en vida fuera Marina. El dolor de la madre de la muchacha quedó registrado en las imágenes que este medio publicó ese día.Por orden del juez Balor, al frente del Juzgado de Instrucción 6 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Posadas, el cuerpo fue trasladado a la Morgue del Poder Judicial, donde fue sometido a una autopsia.El informe forense estableció entonces que el deceso se produjo por “traumatismo y fractura de cráneo”, ya que el cuerpo mostraba dos golpes importantes en la zona de la cabeza. Sospechan que los mismos fueron realizados con un elemento contundente similar a un hierro, aunque no existen mayores precisiones al respecto.Además, la necropsia estableció que Da Silva no fue abusada sexualmente en los momentos previos a la muerte. Eso se transforma en un interrogante, habida cuenta de que fue hallada semidesnuda. El por qué de las periciasLa teoría de que Marina Da Silva fue asesinada en otro lugar y arrojada luego al pozo ubicado en la zona conocida como “Campo Bauer”, en Nemesio Parma, se manejó desde el principio de la investigación, pero se consolidó con el devenir de las horas hasta convertirse en una verdad comprobada.En la misma línea, incluso hasta hoy, los investigadores se mostraron convencidos de que el crimen no pudo suceder lejos de allí.Por esa razón, justamente, la pericia de luminol de anoche se efectuó también en la vivienda y en la olería donde trabajaba el concubino. Precisamente, el pozo donde hallaron muerta a la joven, de 19 años, se encuentra a mitad de camino entre el domicilio donde vivía con el único detenido de la causa y la fábrica de ladrillos. La sospecha es que pudieron haberla matado en alguno de esos lugares y luego arrojado al ojo de agua.
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