Y pensar que en la última temporada anduvo con ganas de no seguir, dudando de si pondría punto final a su esplendorosa carrera de once años en la NBA. Este “Manu” Ginóbili de comienzos de la temporada 2013/2014 está impresionando muy bien. No es el de su mejor época, es cierto, pero sobresale a sus 36 años, después de que algunos observadores, al cabo de tres lesiones en pocos meses y un nivel inferior al habitual en los últimos play off, lo creyeran poco menos que acabado.El bahiense sigue siendo importante, muy importante para San Antonio Spurs, el subcampeón de la liga y hoy muy bien ubicado en el Oeste. Si uno mira sus números principales (puntos, rebotes y asistencias), que no son malos, puede darse una idea parcial y engañosa sobre su actualidad. Está promediando 12,5 tantos (por encima de su rendimiento de la 2012/2013, cuando tuvo 11,8), 3,6 recobres y 4,6 asistencias. Pero eso dividido los 23,9 minutos está más que bien. Y sin embargo, su más distintiva contribución es el intangible de siempre: la energía que aporta desde el banco de suplentes, esa condición de revulsivo por la que Gregg Popovich no lo hace titular, sino uno de los mejores sextos hombres de la NBA.Un ejemplo. San Antonio había perdido como local a manos del hasta entonces desahuciado New York Knicks, por 105 a 101. “No vi la agresividad ni la pasión que sí observé contra Brooklyn. Ellos desearon el triunfo más que nosotros, y éste es el resultado”, se quejó Popovich de la actitud de sus dirigidos. Si bien el entrenador no hizo nombres, el diario San Antonio Express sí apuntó a uno individualmente: Ginóbili. Pero para rescatarlo: “Tuvo uno de sus rendimientos más feroces de la temporada, poniéndose al equipo al hombro de a ratos, con 11 puntos y 12 asistencias desde el banco. Pero más impresionante que los números fue la forma en que jugó, lanzándose al aro y básicamente poniendo a Spurs de nuevo en partido después de ir perdiendo por 11 durante el tercer cuarto”, lo elogió el periódico de la ciudad. Y enfatizó: “Nada que no hayamos visto, pero nunca deja de impactar”.También los periodistas televisivos (el comentarista fue Sean Elliott, ex basquetbolista de la franquicia texana) halagaron al argentino antes del encuentro con New York y durante el juego. Es verdad que no estuvo muy acertado en los tiros (3 de 5 en dobles, 1 de 6 en triples, 2 de 3 en libres), pero también que cada vez que ingresó le cambió la cara al conjunto con su energía y su manejo de balón. Con “Manu” en la cancha, San Antonio consiguió 16 puntos más que New York; sin él en el campo, sumó 20 unidades menos que su rival. Esa estadística, que en las planillas figura como “+/-”, es una especialidad de Ginóbili. En la 2013/2014 tiene +7,3, una cifra que lo tiene décimo en la liga.Otro punto alto del Nº 20 es su eficiencia en los tiros libres. Con un altísimo 91,5% (65 sobre 71) se ubica 3º en la NBA. Por consiguiente, “Manu” puede encarar con más confianza hacia el aro, pues si recibe faltas hay altas posibilidades de que consiga los dos puntos.Este alto desempeño del argentino se potenció en los últimos encuentros, en los que apareció determinante como en sus buenos tiempos. Sus números crecieron, pero, paradójicamente, retrocedieron los del conjunto. Hoy Spurs acumula 25 éxitos y 8 reveses, pero perdió 4 de los últimos 10 juegos. De allí que Pop se enoje con cierta entrega colectiva insuficiente.Sin embargo Ginóbili progresa. Juega y hace jugar, como lo sugieren sus 12 asistencias frente a New York. No se guarda el balón y confía en sus compañeros para definir, aun en los que no están más dotados (Tiago Splitter, Jeff Ayres) o que los juegan menos minutos (Patty Mills).Históricamente Manu ofrece cifras parecidas en rebotes y en pases-gol, pero, ahora cada vez más armador de juego, registra una asistencia más en promedio (4,6 contra 3,6). Tal vez, para él, un basquetbolista de equipo como pocos, lo mejor de todo esto sea lo encumbrado que todavía está su conjunto. Y si mira lo personal, valora que está sano, algo que le faltó en la última temporada. Y que el seleccionado argentino, aún sin respuesta definitiva de su parte, mira con optimismo pensando en agosto, en el Mundial de España.
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