POSADAS. Seis días son suficientes para consolidar una amistad con personas de otros lugares, para aprender a nadar, a pescar, para reír y emocionarse hasta las lágrimas.Otro verano que quedará en los recuerdos de todos los niños, niñas, sus madres y padres que participaron de la 15ª colonia de vacaciones especial en el Club del Sindicato de Camioneros.Participaron 25 niños de distintas localidades de Misiones y también de Corrientes. Y una vez más dejaron demostrado que una discapacidad motriz o neurológica no son un impedimento para poder compartir muchos juegos al aire libre y sentirse pleno de felicidad.“Mirá como nado”, dijo a PRIMERA EDICIÓN Eduardo, un joven con síndrome de Down, quien de inmediato se zambulló en la pileta del club para recorrer a brazadas casi toda la extensión del natatorio. Sus compañeros lo aplaudían. Cerca del borde, Fabi -una niña que también tiene Down- daba brazadas con seguridad, ayudándose con un flotador. “Ella aprendió a nadar esta semana”, destacaron Araceli y Gabriela, estudiantes de Profesorado en Educación Física, quienes junto a Julieta, estudiante de Profesorado de Nivel Inicial, acompañaron al grupo en estas actividades durante toda la semana. A la orilla del arroyo que cruza el predio del club, otra coordinadora acompañaba a un grupo de niños que se animaron a incursionar en la pesca. Cada uno con su cañita y carnada, esperando el “pique” de alguna mojarrita, tarea que sirve de excusa para compartir un grato momento al aire libre con nuevos amigos. “Inolvidable”“Estamos muy contentos, todo salió muy bien. Esta mañana -por ayer- algunos de los chicos ya se volvieron a sus casas”, destacó Mirta Parodi, quien desde el año 2000 organiza esta colonia inclusiva que piensa en todos los detalles: no sólo en lo que respecta a las actividades recreativas adaptadas a cada chico, sino que también contempla las comidas especiales según la dieta que debe seguir cada participante. La hija de Mirta, Tatiana (26), quien tiene un retraso neurológico, fue la que de alguna manera motivó a su madre a generar esta propuesta que es gratuita. Entones Tatiana, que tiene una sonrisa contagiosa, participa en todas las ediciones de la colonia y por supuesto, cada año se hace nuevos amigos.“En estos días compartimos muchas actividades, muchas emociones. Hace un ratito ya volvieron a sus casas algunos de los chicos y todos lloramos. La verdad que cuesta despegarse ”, destacó otra madre.Es que fueron siete días de convivencia. Cada niño participó acompañado de su madre, hermano o abuela y todos pernoctaron desde el martes 14 en el albergue del club. Allí cada almuerzo, cena y merienda fue una oportunidad de dialogar, conocerse, aprender del otro y descubrir capacidades que hasta ese momento tal vez no conocía. Acudieron desde Puerto Iguazú, Puerto Rico, Jardín América, Leandro N. Alem y las correntinas Gobernador Virasoro e Ituzaingó, y los trasladaron en camionetas especiales puestas a disposición por el sindicato.Noche de reyes y reinasEl sábado a la noche fue la fiesta de despedida. Todos compartieron una cena y una gran torta. Los niños y niñas recibieron regalos -donados por empresas locales- y participaron del desfile de elección de reinas y reyes. Para ello, hubo grandes preparativos, donde las coordinadoras ayudaron con los peinados y maquillaje a las participantes.Eligieron Miss Dulzura, Miss Pileta, la Reina de la Colonia y la Reina del Verano. El Rey del Baile fue Adrián (19), quien vino desde Puerto Iguazú con su mamá. El joven tiene una discapacidad neurológica y se traslada en silla de ruedas. Pero eso no le impide disfrutar de la música y seguir el ritmo moviendo su cabeza y sus manos, mientras sonríe de placer.
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