POSADAS. “Mamá, cuidale mucho a mi hija, que me voy a mandar una macana”. El mensaje, que permitió develar el crimen de Vanesa Analía Gómez (27), fue también uno de los últimos rastros que obtuvo la Policía sobre Miguel Ramírez (37), ex concubino de la víctima y principal sospechoso.Desde entonces poco y nada se sabe del albañil, uno de los hombres más buscados por la Justicia misionera. Lo único confirmado es que cruzó hacia Encarnación por el puente internacional San Roque González de Santa Cruz minutos después de matar a la madre de su hija, como PRIMERA EDICIÓN publicó en su momento.A dos meses del homicidio, las autoridades de la investigación aguardan por novedades desde el otro lado del Paraná, aunque por el momento no hay más que teorías y, eso sí, mucho misterio en torno al paradero del hombre.A la espera de novedadesFue aquel jueves 21 de noviembre del año pasado que Ramírez decidió cumplir con las amenazas que le había propinado a Gómez a principios de ese mes, por las que la mujer incluso lo había denunciado.La pareja ya no vivía bajo el mismo techo desde hace unos ocho meses. En la casa que habían compartido meses antes, sobre avenida Alberto Roth casi Mburucuyá de Ñu Porá, Vanesa vivía junto a la hija de la pareja, de unos diez años. Trabajaba como empleada doméstica. Así “paraba la olla”.Los investigadores creen que una enfermedad de la pequeña fue lo que volvió a acercar a Gómez y Ramírez en aquel momento, cuando la mujer “cometió un error” y le contó que se estaba viendo con otro hombre, pero que terminaría esa relación si él decidía regresar.Esa promesa no fue suficiente para el principal sospechoso, que entonces comenzó a maquinar un plan para terminar con la vida de la joven mujer.Reza la investigación que aquel jueves Ramírez fue en moto hasta la casa de Ñu Porá, tomó a su ex concubina y a su hija, y condujo hasta la casa de la abuela de la pequeña. Dejó allí a la niña y regresó junto a Gómez con intenciones de mantener una charla. Pero era mentira.Cerca de las 17, el hombre le mandó aquel mensaje a su propia madre: “Mamá, cuidale mucho a mi hija, que me voy a mandar una macana”. Eso encendió el alerta en la familia, que lo llamó varias veces, pero jamás atendió.Preocupados por aquel texto, una hermana y un primo del albañil llegaron hasta Ñu Porá ya entrada la madrugada del viernes 22. Cerca de las 00.10 y con ayuda de un vecino del barrio lograron tirar abajo la puerta. Entonces, comprendieron aquel mensaje: en el piso, boca arriba, con una bermuda de jean, una camiseta de Boca y un cinto alrededor del cuello, Vanesa yacía sin vida. “Fue una imagen horrorosa”, le dijo uno de los protagonistas de esa historia a este diario.La autopsia confirmó que Gómez murió por asfixia por ahorcamiento, tras ser atacada a puñetazos. Todas las sospechas señalaron directamente a Miguel Ramírez, conocido en el barrio como “Maikel”, un hombre tranquilo que hablaba poco y nada con sus vecinos y solamente salía de casa para jugar al fútbol en la cancha de la otra cuadra.El magistrado Fernando Verón, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, ordenó la detención del sospechoso. Desde la fuerza provincial se montó un importante operativo que jamás daría resultados: la pesquisa reveló que “Maikel” había aprovechado ese “tiempo muerto” entre el momento del crimen y el hallazgo del cuerpo para huir hacia Paraguay por el puente internacional Posadas-Encarnación (Ver “Un viaje sin regreso…”).Así pasaron dos meses hasta hoy, entre la expectativa por saber dónde está Ramírez y el escepticismo ante la falta de novedades por parte de la Policía Nacional del Paraguay.“Sabemos que está en Paraguay, la Dirección de Migraciones tiene el alerta por si llega a regresar por algún paso internacional. Pero la realidad es que vemos difícil que piense volver a Misiones, porque sabe que lo estamos buscando. Ahora sólo queda esperar en lo que pueda aportar la Policía paraguaya”, le dijo ayer a este diario una fuente vinculada a la investigación, que mantiene la ilusión de poder atraparlo de una vez por todas.En su momento la Policía de Misiones cruzó datos con sus pares paraguayos y brindó información sobre el posible “escondite” de Ramírez en Paraguay, la localidad de Villarrica, emplazada unos 270 kilómetros al norte de Encarnación, donde tiene familiares.Lo último que se supo es que la fuerza paraguaya fue hasta el lugar, pero no encontró nada. Después de eso, no se conocieron otros movimientos, al menos oficialmente. “Hay que tener paciencia, en muchos casos con el tiempo el prófugo se confía y es ahí cuando hay que aprovechar”, refirió otra fuente de la investigación. Por el momento, la búsqueda sigue como el principio, con Ramírez prófugo, escondido en algún rincón del país vecino. Jueves 21/11/2013 – 18.12 hsUn viaje sin regreso a Paraguay Un momento clave en la investigación por el crimen de Vanesa Analía Gómez tuvo lugar el miércoles 11 de diciembre del año pasado, es decir, veinte días después del homicidio.Aquel día, efectivos de Investigaciones finalmente dieron con la motocicleta de “Maikel” Ramírez, lo que permitió reconstruir los últimos minutos del principal sospechoso en el país.La máquina estaba estacionada en pleno centro de Posadas, sobre calle La Rioja, en un espacio reservado para vehículos de esas características, entre el Instituto Ruiz de Montoya y el predio de Canal 12, frente a la plaza San Martín.Allí, sin que nadie se percatara, el rodado permaneció durante esos veinte días a la interperie. El casco estaba repleto de agua, señal inequívoca de que estuvo al descubierto durante las tormentas que se registraron por aquellos días en la capital provincial. Ese hallazgo terminó de cerrar la reconstrucción del posible escape. Para los investigadores, el crimen tuvo lugar minutos después de las 17 en Ñu Porá. Tras el hecho, Ramírez tomó la motocicleta y condujo a toda velocidad hasta el centro posadeño. Dejó estacionado el rodado en ese lugar y caminó poco más de cien metros hasta una parada de colectivos de Entre R&
iacute;os casi Ayacucho.Allí abordó el ómnibus internacional, que en pocos minutos lo llevó hasta la cabecera del puente internacional. Como todos los pasajeros, se bajó y realizó el trámite de salida del país, que quedó registrado en la base de datos de la Dirección de Migraciones a las 18.12 de aquel jueves 21 de noviembre de 2013.Presuroso, Ramírez cruzó entonces el puente y llegó hasta Encarnación. Allí se le abrió un abanico de posibilidades. Qué destino tomó es aún un misterio.
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