POSADAS. Con la consigna de que hay que “visibilizar a los responsables del boletazo”, partidarios de organizaciones sociales e integrantes del “Peronismo militante” escracharon a la concejal Magdalena “Maggie” Solari en su domicilio, ayer por la mañana. La edil, en su condición de intendenta interina (por la licencia de Orlando Franco), fue quien firmó el decreto que autorizó la semana pasada el aumento del pasaje urbano.Solari cosechó el repudio hasta de un sector del oficialismo. Puntualmente, el ala al cual pertenecía y al que luego abandonó en medio de un escándalo digno de las peleas mediáticas de verano. Incluso, motorizada por ese grupo renovador, fue radicada una denuncia ante la Justicia contra los “funcionarios” que estamparon su firma para dar vía libre al boletazo. Si bien la acusación por “incumplimiento de deberes de funcionario público” es genérica, todo el mundo político local sabe que los cañones apuntan contra Solari.Maggie encabeza en Posadas la lista de los más repudiados, casi a la par del criticado líder del Grupo Z. Incluso tuvo que levantar su perfil en Facebook luego de los miles de reproches que usuarios de la red le hicieron llegar por la suba del precio del pasaje. La férrea defensa del coro de alcahuetes que solía halagarla en su muro no alcanzó para frenar el tsunami de insultos.Solari, sin mucha preocupación, admitió el día en que empezó a regir el boletazo que el costo político que iba a pagar sería alto, pero que eso es parte de la carrera política. También argumentó su decisión de firmar el decreto en la “inflación” que afectaba a las empresas. Jamás se hizo eco de que esa inflación castiga aún peor a los usuarios, que no tienen la malla de contención de los millonarios subsidios que reciben las empresas que forman parte del monopolio que maneja el sistema de colectivos del área metropolitana.Antes de que los posadeños ligaran su nombre con el maldito boletazo, era conocida por sus excentricidades. Como firmar un decreto para solicitar que no la llamaran por su nombre de pila, Magdalena, sino “Maggie”, al mejor estilo estrella de rock. En esa misma línea, a mediados del año pasado, sumó a su nombre el segundo apellido, Quintana. Siempre la vieron más preocupada en que su look siguiera las últimas tendencias de la moda que en los problemas de miles de posadeños que buscan algún tipo de ayuda en el Concejo Deliberante.Su figura también había trascendido por su decisión de engrosar de manera importante el personal del Concejo Deliberante, con la designación de conocidos. Sólo para el sector de Digesto Jurídico, firmó el ingreso de 100 personas, confirman fuentes del Concejo.Solari es una “creación” de “Pelito” Escobar, quien ávido de figuras nuevas para su sector la convenció para que fuera candidata a concejal. Como tantas otras historias de divorcios políticos, Maggie cambió de camiseta. Nada más que en estos tiempos de exhibicionismo web, la ruptura con el ministro coordinador de Gabinete se siguió casi en tiempo real a través de Facebook. Ahora Maggie milita para el sector del ultrarovirista Alberto “Tito” Álvarez. Hubo cánticos, pintadas y hasta huevos en el escrache. Pocas voces de la política salieron a repudiar la movida. Es más, fueron los periodistas cercanos al oficialismo quienes repudiaron enérgicamente la modalidad. Son los mismos que se habían encargado de remarcar que no había ilegalidad en el hecho de que Solari haya firmado como intendenta interina el boletazo. De hecho, no fue ilegal, sino moralmente reprochable que lo haya hecho sin haber concretado al menos una ronda de consultas con distintos sectores de la sociedad posadeña y sin tener en cuenta el golpe económico que significa el aumento para los sectores más empobrecidos.
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