POSADAS. Los asaltos y arrebatos bajo la modalidad “motochorros” preocupan y mucho. En lo que va del año -es decir, en poco más de un mes- ya se denunciaron 15 casos en la capital provincial. El último fue ayer a la madrugada sobre avenida Mitre con un arma de fuego, como sucedió en más de la mitad de los casos.La estadística fue elaborada por PRIMERA EDICIÓN en base a los hechos publicados durante enero y febrero de 2014, consignados principalmente en base a fuentes policiales. Sin embargo, son solamente los que fueron denunciados o, en todo caso, apenas los que trascendieron a la opinión pública.En base a sus fuentes y pese a que desde el Departamento de Prensa de la Policía de Misiones hasta ayer por la tarde no se había informado nada al respecto, este medio pudo confirmar que el último ataque “motochorro” se registró durante la madrugada de ayer sobre avenida Mitre casi Hungría, prácticamente en el centro de la capital provincial.Cerca de las 2, un estudiante universitario de 19 años caminaba por la arteria principal cuando imprevistamente fue sorprendido por cuatro delincuentes que se movilizaban en dos motocicletas.Los “motochorros” encerraron a la víctima y entonces uno de los delincuentes se bajó del rodado, extrajo un arma de fuego y encañonó al muchacho. “No te hagas el loco y dame tu celular”, habrían sido las palabras del malhechor, quien al parecer portaba un revólver.Con el cañón del arma dirigido a su cabeza, la víctima prefirió no correr riesgos y le entregó a los malvivientes un teléfono celular de última generación valuado en cerca de 3 mil pesos, según estimaciones. Con el botín en sus manos, el “pistolero” y sus cómplices escaparon de la escena a toda velocidad.Como en la mayoría de los casos, los “motochorros” utilizaban cascos, por lo que el denunciante no pudo aportar mayores características físicas a la Policía. Sí recordó que los cuatro ladrones circulaban en dos motocicletas que serían de 125cc.Una “seguidilla” sin frenoEl ataque de los “motochorros” perpetrado ayer a la madrugada fue el decimoquinto denunciado en lo que va del año, es decir, en un mes y medio. En por lo menos ocho de esos episodios, los delincuentes redujeron a sus víctimas a punta de arma de fuego, lo que habla de la violencia de los hechos y también, de un peligro latente: ¿qué pasa si el ladrón decide apretar el gatillo?Como este medio publicó el año pasado en otro informe especial, algunos investigadores sospechan de bandas organizadas que hasta cuentan con “mapas” en donde la presencia policial es escasa. En ese sentido, llama la atención que al menos tres de los casos registrados en 2014 hayan sido perpetrados sobre la avenida Tambor de Tacuarí. ¿Coincidencia o parte de un plan bien aceitado? Esa es la pregunta que desvela a los detectives.No obstante, pese a esas hipótesis, es cierto que no hace falta contar con una estructura criminal importante para operar bajo esta modalidad. “Sólo hay que tener una moto, un arma y tener al delito como forma de vida”, contó un especialista del tema que prefirió mantener su nombre en reserva.Por eso las autoridades le endilgan una buena parte de estos robos a “bandas” o “patotas” de los barrios que salen generalmente por la madrugada a sembrar el terror en las calles. “Esos son los que actúan por la noche. Es muy diferente de los que roban así bajo la luz del sol. Creemos que esos son de los que están más organizados y hasta hacen inteligencia. Están detrás de botines más grandes”, refirió el contacto desde el anonimato.En base al recuento de casos realizado por este diario se observa también que, al contrario de lo que muchos suponen, la mayoría de los episodios se registra entre semana y no los sábados y domingos.Por otra parte, los investigadores tienen elementos como para inferir que en la mayoría de los casos los delincuentes utilizan motocicletas robadas. “Provienen del ‘mercado negro’ de las motos, un espacio de comercio apuntalado por los mismos ladrones de vehículos, los desarmaderos y hasta algunos talleres que ‘proveen’ a los ‘motochorros’ del transporte necesario para ejecutar los robos”, explicó la fuente.Lamentablemente los robos al estilo “motochorros” terminaron por “naturalizarse” entre los medios, las autoridades y la opinión pública. Así también sucedió con los arrebatos en las paradas de colectivo, casos frecuentes que parecían no llamar la atención de nadie hasta que el pasado lunes 6 de enero ultimaron de un puntazo en el pecho a la docente Isolina Stang (34) en Itaembé Miní. Ojalá la historia no se repita en relación con este tipo de modalidad y las autoridades tomen cartas en el asunto, antes de que alguien pague con su vida.
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