POSADAS. Con los datos concretos a partir de referencias de la biología de esta especie, un científico del Conicet puso especial énfasis en que “las pirañas son fundamentales para nuestro ecosistema. Si hay animales muertos o enfermos, se encargan de limpiar las aguas. Eso evita que el río se pudra o se quede sin oxígeno y, como consecuencia, previenen que otros animales acuáticos enfermen. Sería un grave error pensar que hay que erradicar las palometas”.En estos términos se refirió el biólogo, investigador del Conicet y profesor de la UBA, Matías Pandolfi (al frente de un equipo de investigadores sobre el comportamiento y la reproducción de los peces argentinos), quien habló con PRIMERA EDICIÓN a fin de brindar información tras el ataque de las palometas a bañistas en la cuenca del Paraná. Teniendo en cuenta que se trató de un tema de trascendencia nacional, Pandolfi cuestionó que en muchos de los casos, el tratamiento que se le dio en los medios fue el de presentar a las palometas como “los monstruos del río”. Para el científico, “los animales nativos están en un equilibrio con la naturaleza y hay que preservarlos; me preocupa mucho más una invasión de otras que fueron implantadas aquí y que causan verdadero daño al ecosistema, como las truchas”, enumeró.“Debemos aclarar que por ahora no se está investigado fehacientemente por qué sucedieron los ataques. Cuando se nos contactó, planteamos sólo hipótesis posibles y de ninguna manera podemos afirmar que el fenómeno estuvo dado porque los predadores naturales de las pirañas, como el yacaré o los dorados, hayan disminuido su población y que esto haya traído como consecuencia que las poblaciones de palometas hayan aumentado. Todos estos aportes son supuestos, habría que hacer un trabajo científico en detalle para interpretar la situación, saber qué sucedió y si va a seguir sucediendo”, argumentó.También es especulativo “si fue la temperatura, que es probable, porque todos estos hechos tienen un denominador común: ocurrieron en verano y durante una de las olas de calor más intensas que se registró en el país; o bien si fue debido a la ausencia de yacarés”.Asimismo explicó que, si bien no se inició un trabajo específicamente por esto y que por ahora sólo se barajan hipótesis, “lo que hay que hacer de manera preventiva para evitar ataques es fijarse cuáles son las horas de mayor calor y evitar meterse al agua en esas horas en ríos donde se haya detectado su presencia”.“Otra cosa importante es que cuando la gente se bañe, se mantenga lo más alejada posible de los camalotes y plantas palustres (como totoras o juncos) que crecen cerca de la costa, porque es ahí donde estos peces ponen sus huevos. Estos animales a diferencia de otros peces tienen cuidado de sus huevos y crías. Entonces se sienten amenazados en sus nidos y atacan”, remarcó.Novedad y alarmaEl mismo Pandolfi aseguró que lo sucedido “fue una gran novedad. No existen registros de un ataque tan masivo, fueron muchísimas personas atacadas”.“Esto puede ser un alarma para que prestemos atención, ya que muy bien se puede acrecentar el fenómeno. En la medida en que se siga produciendo el calentamiento global que los meteorólogos se encuentran estudiando y dicen que se está produciendo, tendremos períodos de calor más intenso en esta región del mundo. Se está generando un cambio y eso hay que tenerlo en cuenta para que no nos sorprenda. Tenemos que acostumbrarnos y también tenemos que saber a la hora de meternos a la cuenca del Paraná, sobre todo en la época de noviembre-diciembre, cuando es la época de reproducción. Otra cosa importante que hay que tener en cuenta es que la mayoría de los ataques se producen en las piernas, que es lo que uno tiene sumergido. Incluso en chicos muy chicos, yo les recomiendo entrar al agua con algún calzado de goma. Ante la duda hay que tomar la precaución de proteger los dedos de los niños, que son un blanco vulnerable”.De acuerdo al investigador, hasta ahora “todas las explicaciones brindadas sobre lo que pasó fueron hipótesis”.Palometas en PosadasCasi en coincidencia con el “ataque” en Rosario, en Misiones las palometas también sorprendieron durante el día de Navidad de 2013 y en la jornada siguiente, con casi una decena de heridos leves que terminaron en distintos hospitales capitalinos tras haber concurrido al balneario de Miguel Lanús, sobre el río Paraná.A mediados de febrero, la Municipalidad capitalina alertó sobre la presencia de palometas en las aguas del arroyo Mártires, por lo que recomendó no utilizar el “balneario” en los días siguientes.En esa ocasión, pescadores hallaron una cría de esa especie que ellos mismos capturaron en el lugar mientras desarrollaban su actividad. Sobre el científicoMatías Pandolfi es licenciado (2000) y doctor (2005) en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. Realizó su postdoctorado en la Universidad de California y en 2007 ingresó a la Carrera de Investigador del Conicet, donde actualmente se desempeña como investigador adjunto. Es director del Laboratorio de Neuroendocrinología y Comportamiento y profesor de la UBA, donde dicta materias de grado y cursos de postgrado. Dirige cuatro tesis doctorales de cuatro becarios del Conicet y dos becarias estudiantes de la UBA. Publicó 25 trabajos en revistas científicas internacionales y de divulgación en revistas nacionales. También es profesor invitado en la Universidad de San Pablo, donde dictó un curso sobre comportamiento y reproducción en peces. El calor y los peces: la agresión a bañistas La última Navidad nos sorprendió a todos con un ataque masivo de palometas en la ciudad de Rosario, en la rambla Catalunya sobre el Paraná, con un saldo de más de cuarenta heridos. Casi un mes después, en la misma localidad hubo un segundo ataque con otros diez heridos. En ambos casos se atribuyeron los ataques a dos especies de palometas que habitan las cuencas del río Paraná: Serrasalmus spilopleura (palometa brava) y Pygocentrus nattereri (palometa mora). También ocurrieron ataques de palometas en balnearios de Misiones, a los que se sumaron también ataques de tarariras. Todos estos hechos tienen un denominador común: ocurrieron en verano y durante una de las olas de calor más intensas que registró nuestro país. Una explicación muy simple es que
debido al calor los peces estaban muy cerca de la costa y había muchos bañistas en el agua. Son varias las explicaciones posibles para este fenómeno. Sin embargo, es importante aclarar, antes de comenzar a enumerarlas, que son todas hipótesis basadas en conocimientos de la biología de estos animales, pero que hay que ponerlas a prueba a través de la realización de estudios científicos. Para empezar a clarificar algunas cuestiones, hay que decir que hablar de palometas o pirañas es lo mismo. Se trata de una familia de peces denominada Serrasalmidae que incluye más de 40 especies de agua dulce y que se caracterizan por tener mandíbulas fuertes generalmente armadas con dientes muy afilados y colocados en una sola hilera. De hecho, una de las especies que se encuentra en el Paraná es denominada palometa en Argentina y piraña en Brasil. Dentro de esta familia tenemos también a los conocidos pacúes, una especie de agua dulce muy consumida en nuestro país, pero que es mucho menos agresiva ya que presenta una dieta omnívora.Estos peces suelen formar cardúmenes lo cual les trae varios beneficios, incluyendo defensa contra predadores (mejorando la detección de éstos y diluyendo la posibilidad de ser capturados), perfecciona el éxito de ataques y depredación y facilita la formación de parejas y vínculos sociales. La mayoría de los ataques registrados a personas se dan durante el verano, que es la época reproductiva de estos animales, momento en el cual cuidan ferozmente su nido y su crías. Los cardúmenes de palometas detectan el movimiento de animales grandes, muchas veces heridos y moribundos, y eso hace que los ataquen con ferocidad. Esa ferocidad comienza a escalar a medida que más animales se incorporan al ataque. Es en esos momentos donde el cardumen, al igual que las jaurías de perros, los enjambres de abejas, o las mangas de langostas, se consideran como un súper-organismo con características propias y diferentes a la de los individuos aislados. Es por este tipo de comportamiento que las palometas son especies muy importantes en el equilibrio de los ecosistemas, ya que evitan que los animales muertos se pudran en el agua y transmitan enfermedades. Las altas temperaturas registradas en los días de los ataques a bañistas en combinación con la baja en el caudal de agua del río Paraná podrían haber sido responsables de que los peces se encuentren en altas densidades y con poca disponibilidad de presas/alimento. Tenemos que tener en cuenta también que los peces no tienen una temperatura corporal constante como los mamíferos y las aves, y por lo tanto al subir la temperatura del agua aumenta su propia temperatura, metabolismo, voracidad y agresividad. También hay que tener en cuenta lo que pueda estar sucediendo con la abundancia de las poblaciones de los predadores naturales de las palometas: dorados, yacarés y varias especies de aves. Si las poblaciones de estos predadores se redujeran significativamente, esto podría generar un aumento en las poblaciones de palometas. Pero, como mencioné antes, todo esto es especulativo y hay que realizar estudios científicos concretos para poder realizar estas afirmaciones con prudencia.No es mucho lo que podemos hacer para evitar estos ataques. Tenemos que recordar que somos nosotros los que estamos invadiendo el hábitat de estos animales. Se recomienda no bañarse cerca del mediodía (entre las 13 y las 15 horas), que es el horario donde se registra la mayor cantidad de ataques ya que es el horario en que estos peces están más agresivos. Se recomienda también bañarse en zonas alejadas de la vegetación acuática que es donde se encuentran los huevos y larvas de estos animales tan territoriales. Es preferible elegir zonas más abiertas, menos vegetadas y más correntosas que suelen ser más frías y que no tienen densidades tan altas de palometas. Dado que la mayoría de los ataques se dan sobre los pies y piernas, es aconsejable que los niños entren al agua con algún tipo de calzado para que amortigüe un poco la potente mordida de estos peces, capaz de seccionar alguno de sus dedos o pequeñas falanges. Es deseable también no entrar al agua con heridas sangrantes abiertas ya que atraen a estos predadores, y ante el primer inconveniente o alerta retirarse de inmediato del agua. Siempre es bueno consultar a los lugareños que son quienes más saben sobre los animales presentes y sus características.Tenemos que ser conscientes que mientras siga dándose el fenómeno de calentamiento global por emisión de gases que generan efecto invernadero, estos eventos extremos (lluvias y sequías intensas, frío y calor intensos que se alternan en distintos períodos) serán más frecuentes. Probablemente nos sigamos encontrando en nuestra región con hechos de esta naturaleza, que suelen ser típicos de zonas más tropicales. Lo importante es que estemos informados.Por Dr. Matías PandolfiDepartamento de Biodiversidad y Biología Experimental. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires [email protected]
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