POSADAS. A un año y dieciséis días de la muerte de la docente Carmen Mirta Rosa, la causa aún no fue elevada a la instancia de debate oral y público para determinar qué sucedió con ella y cómo perdió la vida. Hace unos cuatro meses se encuentra en la flamante Cámara de Apelaciones la apelación al rechazo de la excarcelación de los dos policías implicados en el hecho.Lo curioso de la situación es que, por motivos procesales diferentes, dos fiscales opinaron sobre lo que debería suceder y lo hicieron con criterios diferentes; cuando aún la Cámara de Apelaciones no había entrado en acción.En uno de los casos intervino el fiscal Rolando Oliva, del Tribunal Penal 2, porque estaba en turno en ese momento. Se expidió a favor de la excarcelación del oficial Aldo Villalba.En el otro, lo hizo la fiscal Liliana Mabel Picazo, del TP 1, quien se inclinó por el rechazo a la liberación, sujeto a proceso, del sargento Luis Rotela.Lo concreto es que la Cámara, a cuatro meses del ingreso de la apelación por mesa de entrada, aún no se explayó al respecto.El oficial Villalba y el suboficial Rotela permanecen detenidos en el Instituto de Encausados de Miguel Lanús. Ambos se encuentran procesados por los delitos de “abandono de persona seguido de muerte” e “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.En el caso de Villalba, además, se le endilgó la tipificación de “falsedad ideológica”.En este sentido, trascendió de las averiguaciones que el oficial “sabía que la mujer hallada sin vida en Los Potrillos era de apellido Rosa, habida cuenta de que fue él quien la había recogido horas antes”, sin embargo rotuló el cadáver como NN (por sus siglas en inglés de ‘no name’, desconocido).El deceso de Rosa se produjo el jueves 14 de febrero de 2013. Su cuerpo apareció en un descampado, cercano a un potrero de fútbol del barrio Los Potrillos.La Policía informó en un principio que se habría tratado de una muerte natural. Sin embargo, el resultado de la autopsia fue contundente respecto de las lesiones que presentaba en el cráneo y otras partes del cuerpo.Lo que no se pudo probar fue la figura de homicidio. ContradiccionesNada hubiera sucedido si los policías hacían su trabajo: ayudar a una ciudadana que estaba desamparada, indefensa y desorientada. Probablemente nunca se sepa si la mataron, pero se verá en juicio oral si con su conducta negligente contribuyeron al desenlace fatal.La versión oficial estableció que le hicieron un “despeje” (lo que en la jerga policial se conoce como trasladar a una persona con las facultades mentales alteradas a otra jurisdicción) y la abandonaron a la gracia de Dios.Lo concreto es que Rosa apareció muerta y con lesiones compatibles con un homicidio.Quién la mató es el interrogante que, probablemente, jamás se sepa. En debate quizás se esclarezcan aristas reveladoras, pero para eso la causa debe llegar a esa instancia.
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