BUENOS AIRES (NA). Quilmes consiguió ayer una bocanada de aire en su lucha por no descender, al triunfar frente a Arsenal como visitante en Sarandí por 2 a 0, que le permitió salir de la zona roja de los promedios, en un deslucido encuentro correspondiente a la sexta fecha del torneo Final.Con un gol de Sebastián Martínez a los 23 minutos del primer tiempo, que partió de la fórmula que suele utilizar Arsenal para ganar sus encuentros como la pelota parada, y otro tanto de Sergio Hipperdinger sobre el final, los dirigidos por Ricardo Caruso Lombardi sumaron tres puntos vitales en el promedio, y además dejaron último en el campeonato al Racing de “Mostaza” Merlo.El triunfo, además, dejó al “Cervecero” fuera de los tres puestos de descenso de la tabla de promedios, donde ahora ingresó Olimpo de Bahía Blanca, para acompañar a Godoy Cruz y Argentinos Juniors.La victoria para los de Caruso Lombardi, que sumaron de a tres por segunda vez consecutiva, se solventó en una defensa férrea, sincronización y poca pérdida de marca en los centros que lanzó Arsenal durante toda la tarde y la aplicación de un recurso que suele utilizar el de Sarandí.Porque cuando poco había pasado en el encuentro, Miguel Caneo le puso rosca a la pelota desde un tiro libre en la izquierda, la defensa de Arsenal perdió la marca de Martínez y éste sólo tuvo que empujar para el 1-0.El partido era malo, con poco juego en el mediocampo y muchos centros por parte de Arsenal. Quilmes intentaba de contragolpe y controlaba las acciones, porque lo favorecía que el local repitiera siempre lo mismo.Sobre el final del primer tiempo, Cristian Campestrini evitó el segundo de Quilmes al tapar un remate de Pérez Godoy que se le desvió en el camino y capturar el propio rebote cuando Facundo Diz se preparaba para empujarla.En el arquero y capitán se apoyó Arsenal para mantenerse en partido y con la esperanza de empatar hasta el final. Pero siempre cayó en la misma fórmula, centro a la olla, con mucha gente dentro del área, pero siempre se encontró con la buena defensa de los “cerveceros”, que defendieron como una tropa el triunfo.A diez minutos del final, el que lo tuvo fue Julio Furch, que quedó mano a mano con Dulcich, pero lo quiso fusilar y metió un bombazo al cuerpo del arquero.Y cuando todo el banco visitante pedía la hora, Hipperdinger se escapó solito de contragolpe y cara a cara con Campestrini definió con la cara externa, sin ponerse nervioso, para liquidar la historia.“Ojalá que todo el corazón que vienen poniendo estos chicos sirva para quedarnos en la categoría”, resumió Caruso Lombardi.
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