POSADAS. De un lado, los integrantes de “La 14”, a la que muchos sindican como una “patota”. Del otro, los vecinos. Meses atrás podría haber sucedido cualquier cosa, pero el diálogo cambió las perspectivas en el sur posadeño: entre las partes llegaron a un acuerdo de convivencia y se comprometieron a trabajar juntas para sacar adelante el barrio.La historia, inédita, terminó de construirse el último sábado en la plaza de Mini City, donde confluyeron vecinos de ese barrio y del Miguel de Güemes junto a quienes forman parte del equipo de fútbol barrial nombrado más de una vez en las crónicas policiales. Allí, PRIMERA EDICIÓN atestiguó cómo se arribó a un acuerdo para mejorar la calidad de vida de todos.La iniciativa surgió gracias a Miguel Lagardo, integrante de la comisión vecinal, y Mercedes Moreira, comerciante del barrio. Ellos fueron quienes decidieron torcer la historia y reunirse con “La 14”. Del otro lado, claro, también aceptaron el encuentro.Lagardo vive hace décadas en la zona y vio crecer a una buena parte de los jóvenes. Hasta llegó a denunciar a un presunto integrante del equipo por amenazas de muerte. Sin embargo, años en la docencia cambiaron su manera de pensar y las posibles respuestas a ensayar.“Acá se hicieron muchas denuncias y exposiciones por ruidos molestos, agresiones o daños. Hasta que un día con la señora Moreira nos fuimos hasta la casa de uno de los referentes del equipo y le contamos lo que pasaba. Les dijimos que estábamos dispuestos a darles una mano, que queríamos mejorar la convivencia en el barrio”, narró Lagardo sobre el primer encuentro, en enero pasado.Los vecinos golpearon a las puertas de la casa de “Pachón” Báez, uno de los referentes del equipo de fútbol. “Él nos entendió y también nos explicó que ellos no contaban con un espacio en el barrio, que no se sentían incluidos. Y que encima muchos los tildaban de delincuentes o faloperos, y que eso por ahí generaba que los más chicos se excedieran o se comportaran de determinada manera”, agregó el vecino. El diálogo fue revelador. Y como debería ser siempre, el principio de la solución. Desde entonces Lagardo, su esposa y Moreira comenzaron a darle forma al encuentro que finalmente tuvo lugar en la plaza del barrio, el último sábado alrededor de las 17.A la reunión asistieron los vecinos, varios integrantes de “La 14”, el padre Héctor Weller -de la capilla San Ignacio de Loyola- y Ezequiel González. ¿Quién es González? Un ex vecino de la zona que conmovió a los presentes con su ejemplar historia de vida.Ezequiel, hoy con poco más de 30 años, hasta llegó a estar preso cuando era adolescente. El alcohol había hecho estragos en su vida. Pero una tarde, contó, conoció a Dios y de a poco su vida comenzó a cambiar.“Hoy tengo mi casa, formé mi familia y salí adelante. Nada es imposible”, fue el mensaje que dejó González a los más chicos, conmovidos por la lección de vida. Después, junto al sacerdote, abrazó a cada uno de ellos. Cerró la reunión guitarra en mano y pidió al cielo que la fe y la esperanza no se pierdan nunca entre los vecinos.Los más jóvenes del barrio recibieron el mensaje y aceptaron poner de su parte para mejorar la convivencia. Y sobre el final, quizás como una señal del pacto, los vecinos le regalaron al equipo un juego de camisetas nuevo.“Nosotros no somos delincuentes. Tampoco ‘faloperos’. Nos culpan de cosas que nosotros no hicimos. Queremos limpiar nuestra imagen y trabajar para mejorar y cuidar el barrio”, le dijo a este diario “Pachón” Báez, referente del equipo de fútbol. Mientras, a un costado, integrantes de “La 14” comenzaban con los trabajos para dejar la plaza en condiciones. Es que ese será su espacio.Entre todos proyectan volver a reunirse en pocos días, esta vez para continuar con la organización de un festival chamamesero previsto para el viernes 25 de abril, a las 20. Ese encuentro le pondrá el sello al acuerdo de convivencia que nació después de que, juntos, le dieran una nueva oportunidad al diálogo.
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