Tan sólo cinco minutos. Fue el tiempo que necesitó el papa Francisco para seducir al mundo cuando el 13 de marzo de 2013 salió al balcón de la plaza de San Pedro poco después de ser elegido y pidió a la muchedumbre que rezara por él.Un año después, de Manila a México, pasando por Abiyán, Bogotá o París, nadie ha olvidado la “divina sorpresa” que fue la aparición del argentino, cuyas primeras palabras fueron un simple “Buenas noches”.María Angélica Largo, una colombiana de 50 años, se felicita de la llegada a la cabeza de la Iglesia católica de “un personaje como más humano, más sencillo”, que marca un cambio positivo para la Iglesia con un papado “más común y corriente” que el de sus predecesores.Lo mismo piensa Roger Kouassi, un profesor en Abiyán, en Costa de Marfil, que cree que lo más importante es que “Francisco esté cerca de la gente”. En Manila, la capital de Filipinas, Nora Taabic, de 58 años, decidió volver a la iglesia tras años alejada de la religión “emocionada por los mensajes de amor para los pobres” del nuevo Papa.Según Odon Vallet, un historiador francés especialista de las religiones, “nunca habíamos visto un Papa tan popular en tan sólo unos minutos”. “Esta popularidad es inmensa en Europa, y va más allá de la Iglesia católica, aunque en Francia hay una minoría de tradicionalistas que no están entusiasmados”, explica. También es inmensa su popularidad en América Latina y África aunque Juan Pablo II, el “papa viajero”, sigue siendo el más recordado por los 1.200 millones de católicos del planeta.En Filipinas, el cuarto país del mundo con más fieles católicos, Nona Andaya-Castillo es otra de las fieles que ha vuelto a la Iglesia tras haberla abandonado.La imagen y lo que pasaEn un año, el papa Francisco ha cambiado la imagen de la Iglesia católica, con una revolución pacífica marcada por un lenguaje directo y sencillo, aunque numerosos expertos y católicos recalcan que aún falta mucho para adaptar al mundo moderno a una institución tan anquilosada.El papa argentino, “venido del fin del mundo”, como él mismo se definió, y que prometió una “Iglesia pobre para los pobres” pocos días después de su elección, en la tarde del 13 de marzo de 2013, cuando apareció con una cruz de hierro en el balcón de la basílica de San Pedro, ha despertado grandes expectativas y muchas esperanzas entre los católicos de todo el mundo por sus gestos de apertura y sus palabras tolerantes.El primer Papa jesuita y latinoamericano de la historia ha cumplido con regularidad el tradicional protocolo de ceremonias y visitas de Estado que le impone su papel de líder de más de 1.000 millones de católicos. Paralelamente, ha sido capaz de romper los moldes, de improvisar y hablar sin tapujos durante sus homilías matinales y ángelus dominicales contra las injusticias sociales, la falta de ética y hasta de los chismes, intrigas y afán de carrera que tanto han desacreditado a la Curia romana, la influyente maquinaria vaticana.El Papa, que ha concedido entrevistas exclusivas a los tres principales medios de prensa italianos, se define como “una persona normal”, que abandonó todo lujo y circula en un automóvil común, atrae a multitudes a la plaza de San Pedro, generando lo que muchos han calificado de una verdadera “franciscomanía”.El ángelus del domingo se transformó en el programa más visto de la televisión pública italiana y durante las audiencias de los miércoles, cuya asistencia ha aumentado del orden de un 30%, besa niños, saluda a amigos, abraza a políticos. Para la historia quedó la foto en la que besa el rostro de un enfermo de neurofobromatosis, un gesto de compasión inédito, tan popular como las llamadas telefónicas a desconocidos que le escriben.Un perfil diferenteDe cara al tímido “abuelo sabio”, como llama a su predecesor, Benedicto XVI, con el que convive dentro del Vaticano tras su sorprendente renuncia, Francisco se presenta como una persona extrovertida, que no teme controversias, que aborda temas tabú para la Iglesia, como la homosexualidad, incluida la de los curas, el alquiler de vientres, las madres solteras y hasta la infalibilidad papal.“Dicen que está desacralizando la función del Papa, que es demasiado accesible”, recordó recientemente el vaticanista italiano Andrea Tornielli, de la página web Vatican Insider.Se trata de las primeras críticas a un estilo de papado que oscila entre lo folklórico y lo moderno, que para algunos observadores latinoamericanos es “peronista”, por aquello de proclamarse como el “abanderado de los humildes”, y presentarse a la vez como conservador y progresista.“Es un pontífice calculador”, resume Sandro Magister, el experto en asuntos de El Vaticano de la revista italiana L’Espresso.Las expectativasSi bien no caben dudas de que la imagen de la Iglesia cambió en un año, han surgido muchos interrogantes sobre la modernización moral y social que Francisco quiere llevar adelante dentro de la entidad.Como primera medida el Papa impulsó un gigantesco debate sobre la familia, convocó dos sínodos, envió un cuestionario a todos los obispos sobre las “nuevas formas de familia”, por lo que se esperan importantes decisiones sobre este tema candente.La Iglesia católica deberá responder en un plazo no muy largo y con medidas concretas a las esperanzas de los divorciados que se vuelven a casar, a las madres y padres solteros, a las parejas de hecho, a los que defienden la contracepción. Sin embargo, plasmar en gestos concretos las palabras de Francisco no es una tarea fácil para una organización que ha sobrevivido dos mil años y cuyas transformaciones son viables a largo plazo.Francisco también ha iniciado la batalla a favor de la reforma de la desacreditada Curia romana y de sus controvertidas finanzas, acusada de corrupción y blanqueo de dinero. Para ello creó una especie de ministerio de Economía, con un equipo mixto internacional de cardenales, obispos y expertos auditores, para acabar con el ancestral centralismo de la Iglesia y favorecer la transparencia financiera y administrativa.Todas esas medidas las ha tomado por recomendación de varias comisiones lideradas por cardenales de toda su confianza, muchos de ellos latinoamericanos, un método inusual dentro de los palacios pontificios. Se trata sólo de unos primeros pasos, cuyos resultados están aún por llegar.Los más duros y
críticos con el pontificado han sido las víctimas de los curas que han abusado sexualmente de ellos y que piden medidas más contundentes contra el fenómeno y no se resignan a aceptar las peticiones de perdón y las promesas de “tolerancia cero”.Estas víctimas piden la cárcel para todos en todos los países, mientras el movimiento ultraconservador Legionarios de Cristo, emblema de esos abusos, sufrió una renovación con la bendición papal.AdvertenciaLos católicos de más años recuerdan cuando las expectativas de una aprobación del Vaticano a la anticoncepción aumentaron en la década de 1960, y fueron truncadas en 1968 cuando la encíclica Human Vitae del Papa Pablo VI sorprendió a muchos fieles al mantener la tradicional prohibición.Muchos creyentes desertaron de las parroquias y sacerdotes abandonaron el clero. Un gran número de quienes continuaron siguiendo a la Iglesia comenzaron simplemente a ignorar las enseñanzas del Vaticano sobre el sexo.Francisco intentó días atrás disminuir las expectativas de un cambio rápido, diciendo en una entrevista que él no era “una suerte de Superman o estrella” sino una “persona normal”. “No es una cuestión de cambiar la doctrina sino de profundizar para que la preocupación pastoral tome en consideración situaciones y lo que puede hacer por la gente”, dijo el Papa.El grupo internacional pro reforma Somos Iglesia dijo que le preocupa que las reformas están retenidas por una “fuerte resistencia en la estructura del poder”. También pidió a Roma rehabilitar a sacerdotes liberales y teólogos sancionados en décadas recientes.Estas demandas han saltado a la primera plana ahora porque Francisco alentó a los católicos a discutir temas sensibles más abiertamente y hasta realizó una encuesta sin precedentes para conocer sus opiniones.“Básicamente reabrió un debate que fue cerrado durante los dos pontificados previos”, dijo el teólogo italiano Massimo Faggioli, un historiador del Segundo Concilio Vaticano de 1962-1965 que lanzó reformas que Francisco quiere revivir.Sínodo de octubreCríticos impacientes esperan por un Sínodo de obispos en Roma en octubre para discutir los resultados de la encuesta. Pero no se tomarán decisiones, dejando eso para una segunda reunión el próximo año.“El le dice a obispos y sacerdotes: pueden opinar y nosotros deberemos escuchar. Esto es un gran cambio”, dijo Faggioli. “Algunos están listos para hacer eso, como los alemanes. Pero otros, como Estados Unidos e Italia, no están listos aún”, agregó.Bajo los papas Juan Pablo y Benedicto, los sínodos eran reuniones preparadas con poco debate. Si los obispos no se abren esta vez, dijo, será “un gran golpe” para Francisco. “Las altas expectativas que ha generado vuelven a centrar todo lo que pasa en la Iglesia en él”, dijo el teólogo.Si bien muchos obispos aún parecen cautos sobre seguir el ejemplo de Francisco, Faggioli dijo que todavía podrían darse sorpresas.“Los preparativos para el Vaticano II desde 1959 a 1962 fueron una gran decepción, pero cuando los obispos llegaron a Roma pudieron expresarse”, dijo. “Tal vez cuando se reúnan para el Sínodo, comience a gestarse una nueva química”, agregó. Francisco en frasesEl Papa argentino Francisco, que cumple hoy un año de Pontificado, sorprendió con sus frases célebres y eficaces, muchas veces fuertes y polémicas. A continuación, algunas de ellas:• Marzo 15: “No cedamos nunca al pesimismo ni a la amargura que el diablo nos ofrece cada día”, dijo en el primer encuentro con todos los cardenales en el Vaticano.• Marzo 16: “¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!”, clamó durante la primera audiencia que concedió a la prensa de todo el mundo tras su elección. “Como muchos no son creyentes, les bendigo en silencio respetando su conciencia”, dijo durante el encuentro con cientos de periodistas.• Abril 21: “Son pastores, no funcionarios; son mediadores, no intermediarios”, recordó durante el rito de ordenación de varios sacerdotes en la basílica de San Pedro durante la cual les instó a “no tener miedo a la ternura con los ancianos”.• Mayo 8: Dirigiéndose a las monjas les pidió “una castidad fecunda, una castidad que genere hijos espirituales en la Iglesia. La consagrada es madre, debe ser madre ¡y no una solterona!”, dijo.• Junio 6: “En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también hay, es verdad. Se habla de lobby gay, y es verdad, está ahí… hay que ver qué podemos hacer”, admitió el Santo Padre en una audiencia concedida a la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR).• Julio 8: Hijo de emigrantes italianos y gran defensor de pobres y desfavorecidos, condenó con firmeza en la isla siciliana de Lampedusa, en el sur de Italia, la “globalización de la indiferencia” ante el drama de la inmigración ilegal: “Hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraternal”, clamó.• Julio 29: “Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”, declaró el papa argentino en el vuelo de regreso de Brasil, manifestando por primera vez la tolerancia de la jerarquía eclesiástica hacia los homosexuales.• Septiembre 7: Lanza una iniciativa con cristianos, musulmanes, budistas, judíos y ateos para una jornada mundial de ayuno y oración contra una intervención armada en Siria que incluyó una velada en la plaza de San Pedro.• Octubre 4: “Tírense los platos, pero no dejen de perdonarse”, aconsejó el Papa a las parejas para evitar el divorcio, dirigiéndose a ellas con humor.• Noviembre 26: Francisco condena la desigualdad y la exclusión social porque “generan violencia” en el mundo y advierte que pueden provocar “una explosión”, en su primera exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio). “Se está imponiendo una tiranía invisible con leyes unilaterales e implacables”, escribió.
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