POSADAS. ¿Tenía que pasar una semana para que la empresa se viera obligada a cumplir con los pagos de horas extras y francos trabajados? ¿Había que afectar la vida y el bolsillo de miles de misioneros que utilizan el pésimo servicio de transporte urbano y metropolitano del Grupo Z? Tal vez la cara visible de los empresarios, Marcelo Zbikoski, con su habitual verborragia en los medios con pauta donde ofrece su habitual monólogo, pueda responder. Por lo pronto, lo sucedido ayer muestra cómo el poder concentrado de un grupo económico puede hacer lo que quiera. No pagar, especular con hacerlo, hasta que finalmente llega la intimación o se aproxima el caos por un paro.A las 17.30 del jueves, abogados de la UTA y el Grupo Z se encontraron en la sede del Ministerio de Trabajo de la provincia. Distendidos, sonrientes, hasta con bizcochitos para el mate, sacaron la lapicera, firmaron, posaron para las fotos y la TV.Hubo acuerdo. Y el servicio, con el correr de las horas, comenzó a “normalizarse” (si era malo, con la medida de los choferes pasó a pésimo). “Hubo un principio de acuerdo. Hablamos con la empresa antes del mediodía y firmamos el acta. El conflicto se destraba ahora mismo. La empresa ha reconocido errores en las liquidaciones y tiene diez días para corregir y entregar nuevos recibos y pagar. Se puede decir pago a cuenta, dependiendo de la verificación sobre la seriedad con que se tomen las decisiones en cada uno de los recibos de sueldos. Creo que ahora han decidido hacer lo que corresponde”, dijo el secretario de Finanzas de UTA, Carlos Flores.También acordaron las vacaciones: “Para no resentir el servicio, se irán dando las mismas”, confirmó. Error caroLas empresas Don Casimiro, Tipoka y Nuestra Señora de la Candelaria habrían “admitido el error” según Flores de UTA. Siete días se tomaron (y podrían haberlo hecho por más tiempo) para pagar horas extras y francos trabajados. Mientras tanto, miles de misioneros viajaron como pudieron, si es que pudieron. Tuvieron que hacerlo en taxi (pagando varias veces lo que cuesta un boleto urbano e interurbano). La diferencia es que al Grupo Z lo premiarán con millones en subsidios, sin multarlos. Y a los vecinos nadie les devolverá el mayor gasto ni el mal momento que les tocó vivir por un Estado ausente.El gobernador Maurice Closs habló ayer de “monopolio”. Siete años después de aprobarle boletazo tras boletazo. Y, a su estilo, pateó la pelota al municipio. Fácil para el poder que anda en helicóptero. Caro para los ciudadanos que andan en colectivo.
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