POSADAS. Un testimonio crudo y revelador, terrible y por momentos angustiante. Así dicen que fue el relato de una de las alumnitas de la escuela del barrio Guazupí que figura como una de las siete presuntas víctimas de abuso sexual a manos de un docente.Fue la primera Cámara Gesell en la causa, donde se espera que declaren en los sucesivos días las otras chiquitas, que en su mayoría cursaban el segundo grado en el citado establecimiento educativo. Mientras tanto, el profesor de informática continúa detenido e imputado por la Justicia por “abuso sexual”. La situación del sospechoso se complicó tras la medida judicial que se concretó ayer por la tarde, en una sala especialmente acondicionada para que declaren los menores que habrían sido víctimas de delitos contra la integridad sexual. Las fuentes precisaron que, tras un extenso diálogo con la criatura, quien estuvo acompañada por su padre, ésta confirmó que “hubo tocamientos en partes íntimas, a través de juegos que les hacía hacer el docente en medio de las clases de informática”. En estas actividades, según se desprende de los dichos de la nena, participaban al parecer otras compañeritas, por lo que se cree que el educador se aprovechaba de la inocencia y la confianza que le tenían las alumnas, reveló un portavoz del caso. Con respecto a la línea de tiempo en que se presume habrían sido perpetrados los abusos, se supo que durante el interrogatorio a la menor no se pudo establecer fehacientemente, aunque sí trascendió que “los juegos venían desde hace mucho”, no descartándose que las alumnas -la mayoría de segundo grado- habrían sido víctimas de estos manoseos desde el año pasado, cuando iniciaron la primaria, agregó la misma fuente.La madre de la niña que brindó su testimonio ayer también testificó a primera hora del día ante el juez de Instrucción 2, César Yaya, quien sigue la investigación de la causa. La mujer relató lo que su hija le había contado en su momento, coincidente con lo que la nena manifestó poco después en Cámara Gesell. El conmocionante episodio salió a la luz el último viernes, con la denuncia de cuatro padres que aseguraron que sus hijas les contaron que habían sido manoseadas por el docente, quien fue detenido al día siguiente. Desde la Justicia aseguraron que aún no cuentan con los resultados de las pericias sobre los equipos informáticos que incautaron en el domicilio del sospechoso, ubicado a unas dos cuadras del establecimiento educativo donde aseguran que se sucedían los abusos. Tal como publicó este diario, los padres, ante semejante situación, se autoconvocaron el pasado lunes frente al instituto religioso y no permitieron el dictado de clases. Ante las denuncias de que las autoridades escolares habían intentado ocultar o minimizar los episodios, desde el Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones (Spepm) se tomó la decisión de separar del cargo a la directora y a la vice directora. Pero el devenir institucional de las autoridades de dicha escuela no terminó allí. La interventora que fue designada resultó muy cuestionada por los padres autoconvocados, debido a sus lazos de amistad con los docentes que fueron apartados. Tras realizar un pedido formal al representante legal de la institución, finalmente ayer al mediodía asumió la nueva directora. “Los padres quedamos conformes con la flamante titular de la escuela, sabemos que viene del colegio San Basilio Magno y que cuenta con buenos antecedentes”, refirió ayer a PRIMERA EDICIÓN uno de los progenitores autoconvocados. Por otra parte y acerca de una posible reunión con el Obispo de Posadas, los padres indicaron que hasta el momento no obtuvieron respuesta alguna a ese pedido y que esperan que se les fije una audiencia. Daba clases particulares en su domicilioFuentes del caso señalaron que el docente daba clases particulares en su domicilio, aunque no trascendió si existen denuncias con respecto a abusos sexuales a sus alumnos en ese ámbito privado. Tal como se publicó en su momento, el último lunes por la tarde el docente acusado de abuso fue indagado por el juez César Yaya. En esa oportunidad se declaró inocente y aseguró que era víctima de “represalias” por llamar la atención a un grupo de niñas en horario de clases y porque las vio jugando en una escalera.Ante el magistrado, el docente de 48 años dijo que trabaja desde hace cinco años en el establecimiento del barrio Guazupí, que cumplió labores similares otros veinte años en un instituto especializado y que jamás había recibido denuncias similares.
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