POSADAS. Más dudas que certezas dejó la quinta audiencia del juicio oral y público en el que se investiga la muerte de Iván Andrés Mercol (22). Tres de los testigos claves no se presentaron a declarar y uno de los guardias de seguridad del boliche donde todo sucedió fue denunciado por “falso testimonio”, en una nueva jornada marcada por contradicciones.Carlos Sebastián Ruiz (30) y Diego Ariel Cantallops (29), acusados por “homicidio preterintencional”, volvieron a sentarse ayer por la mañana en el Salón de Usos Múltiples del Palacio de Justicia ante el magistrado César Jiménez, titular del Juzgado Correccional y de Menores 2 de la capital provincial.Tal como PRIMERA EDICIÓN había informado ayer, el cronograma tenía prevista la deposición de siete testigos, tres de los cuales son considerados claves debido a que eran quienes acompañaron a los imputados en el local nocturno de la avenida Corrientes durante el hecho. Sin embargo, Juan Carlos Friedrich, Andrea Cecilia Encina y Sofía Paola Sena no se presentaron a declarar, por lo que la fiscalía solicitó que los dos primeros comparezcan en las próximas audiencias del debate, inclusive mediante utilización de la fuerza pública. Las palabras de Sena, en cambio, serán incorporadas al acta por lectura.A rendir cuentas ante la JusticiaSin esos testimonios, el debate parecía transcurrir por una audiencia fuera de lo común, sin mayores sobresaltos. Pero entonces llegó el momento de la declaración de Miguel Ángel Villamayor (48), uno de los “patovicas” que trabajó aquella noche en el local nocturno de la avenida Corrientes.El guardia de seguridad se sentó frente al micrófono alrededor de las 9 y luego de las actuaciones de rigor comenzó a relatar lo que recordaba de la madrugada del domingo 19 de marzo de 2006.“Yo estaba en la puerta principal controlando la salida de la gente cuando un chico se arrima y me dice que estaban peleando. Entré y me acerqué a Marisa (por la oficial Bueno, jefa de seguridad del boliche, quien también incurrió en contradicciones en su testimonio de la semana pasada). ‘Agarrale a ese’, me dijo”, relató Villamayor, quien al parecer fue el encargado de retirar a uno de los imputados de la escena, aunque no supo precisar mayores detalles ya que nunca pudo verle el rostro al muchacho que mantenía tomado de los brazos.“Algo pasaba pero yo no sabía qué era”, continuó el “patovica”, quien agregó entonces que “ahí vino Marisa y me dijo que saque a ese joven por atrás, así que lo saqué por avenida Centenario. Después volví y ahí veo mucha gente. Ahí estaba ese chico que, me enteré días después, era Mercol”.El relato de Villamayor parecía contundente, sin mayores dudas, hasta que el abogado Hugo Zapana, defensor de Ruiz, tomó la palabra y contrastó la reciente declaración con lo aportado por el guardia de seguridad hace ocho años, en sede policial. En esa oportunidad, según consta en el expediente, el “patovica” aseguró haber visto a Mercol con sangre y él mismo haber avisado a la oficial Bueno sobre lo que sucedía.Enseguida Zapana le solicitó al juez Jiménez que se investigue al testigo por el delito de falso testimonio, en base al artículo 275 del Código Penal Argentino. Al pedido se sumó la fiscal Yolanda Mazal de Mass, por lo que el magistrado ordenó remitir copias de ambos testimonios a la fiscalía de instrucción en turno. Villamayor tomó la Biblia con la que había ingresado y se retiró visiblemente molesto, con una causa penal sobre sus espaldas.Más testigosFue ese el punto más tenso de una jornada que, al margen de ese momento, no tuvo mayores novedades que las ya aportadas en la primera semana de debate.La quinta audiencia comenzó alrededor de las 8.40 de ayer y el primero en prestar declaración fue el doctor Sergio Tomadín (41), jefe de la terapia intensiva del sanatorio donde Mercol vivió sus últimas horas. El galeno recordó que la víctima llegó “entre las 9 y las 9.30” a la clínica de la avenida Mitre. “Ingresó en muy mal estado general, con asistencia respiratoria. A esa altura ya se tenía un diagnóstico, el de muerte cerebral”, explicó Tomadín, quien al respecto agregó que “desde el punto de vista neurológico no presentaba ningún tipo de reflejo e ingresó con grado 3 sobre 15, que para nosotros es un estado de muerte encefálica”.La única cuestión planteada por los defensores con respecto a Tomadín tuvo que ver con el certificado emitido por el médico en el que constaba que Mercol había recibido “un botellazo en la cabeza”, habida cuenta de que en el expediente consta que uno de los imputados golpeó a la víctima con una copa. “No recuerdo quién me lo dijo”, apuntó y dio a entender que se trata de un formalismo y para nada de una certeza.Luego de Tomadín llegó el turno para Villamayor. Y después, a las 9.45, ocupó el banquillo el comerciante Elías Gerónimo Carrizo (30), quien conocía a Iván Mercol de la secundaria y llegó a intercambiar algunas palabras en el boliche esa noche, antes de que sucediera el hecho que se investiga.Más de ocho años después, Carrizo no recordó mayores detalles, salvo que dos o tres horas después de hablar con Iván se topó con que el joven estaba tirado en el piso convaleciente. “Antes de salir del boliche lo encuentro a Iván con un guardia que le decía ‘no te duermas’. Salí y me encontré con su novia y un familiar, que comenzaron a discutir con un guardia. Ahí me subí a la ambulancia y lo acompañé hasta el hospital”, narró. El testigo no presenció el momento de la agresión y eso fue lo único que pudo aportar, por lo que fue liberado por Jiménez cerca de las 10.15.Tras un breve cuarto intermedio llegó el turno del policía Rafael Sebastián Gómez (31), quien al momento del episodio se encontraba de adicional en una pista lindera a donde todo ocurrió. Tampoco precisó mayores detalles, por lo que a las 10.40 terminó su exposición.Luego del pedido de comparecencia de la fiscal sobre dos de los tres testigos ausentes ayer, el juez Jiménez decretó un cuarto intermedio hasta el martes 30 de septiembre a las 8.30. Ese día, el juicio oral y público por el caso Mercol iniciará su sexta jornada, camino a los alegat
os y la definición. Encuadre legalEn el artículo 275 del Código Penal Argentino se establece la pena por el delito de falso testimonio.“Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el testigo, perito o intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su deposición, informe, traducción o interpretación, hecha ante la autoridad competente. Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal, en perjuicio del inculpado, la pena será de uno a diez años de reclusión o prisión. En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena”, reza la normativa. Hasta la próxima semanaLa audiencia de ayer finalizó alrededor de las 10.40, momento en el que Jiménez decretó un cuarto intermedio hasta las 8.30 del martes 30 de septiembre.Como este diario explicó en ediciones anteriores, el “parate” se debe primero a que la representante del Ministerio Público Fiscal solicitó los días 25 y 26 del corriente mes por los festejos del año nuevo de la comunidad judía.Con respecto a las jornadas previstas para hoy y mañana, la suspensión se debió a un pedido expreso de una de las defensas. La intención es que el juicio finalice en la segunda semana de octubre.
Discussion about this post