POSADAS. “¡Wep! ¡Wep!”, alcanzó a gritarle. Pero “Guille” parecía estar fuera de sí y no paraba de asestarle puñaladas a Alejandro Acosta (22). “Yo no fui, no tengo nada que ver, no me mates”, decía la víctima mientras recibía puntada tras puntada en plena avenida Corrientes.La situación era observada desde unos pocos metros por el empleado judicial que se transformó en las últimas horas en testigo clave de la investigación. Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, se quebró en varias oportunidades ante el magistrado Fernando Verón, del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, en la declaración que prestó el último jueves.El testigo, quien trabaja como chofer del Poder Judicial, aguardaba dentro del automóvil a una alta funcionaria en Bermúdez y Marcelo T. de Alvear cuando vio a un hombre con el torso desnudo que corría por esta última calle en dirección a la avenida Corrientes. Llevaba un puñal, tipo punzón en la mano.No tardó en reconocerlo. Era el “Brasilero”, el empleado de la frutería con el que solía hablar cuando iba de compras, en inmediaciones de la avenida Tambor de Tacuarí y calle Bermúdez.El hombre no aguantó la intriga y lo siguió a baja velocidad con el coche. Se estacionó sobre la avenida Corrientes y reconoció al “Brasilero” como la persona que intimidaba contra la pared a un joven, de jean y camisa a cuadros.Luego giró la mirada hacia el sur y vio a dos jóvenes en plena pelea, como forcejeando cuerpo a cuerpo.Entonces decidió proseguir la marcha. Pero volvió a detenerse a los pocos metros. En ese momento observó que uno de los jóvenes, casi de cuclillas, asestaba puñaladas furiosamente al otro. “¡Wep! ¡Wep!”, le gritó, pero el agresor jamás lo escuchó.El testigo aceleró y fue hasta la sede del cuerpo médico forense, ubicada del otro lado del boulevard, pero que no podía verse por las chapas que protegen las refacciones que se realizan en la plazoleta a esa altura de la avenida Corrientes.Fue en busca del policía que supuestamente hacía guardia, pero nadie lo atendió. Entonces llamó a la línea de Emergencias 911.“Acá están matando a un chico”, dijo agitado. “Sí, sí, ya sabemos, están yendo una ambulancia y patrullas”, le respondieron. Sangre y sañaEl episodio que se investiga sucedió alrededor de las 6.40 en la esquina de avenida Corrientes y Marcelo T. de Alvear (continuación La Rioja), pero comenzó mucho antes en un boliche céntrico.Al parecer Acosta regresaba junto a su amigo y “Guille” cuando se inició una discusión entre el primero y el tercero de los mencionados por razones vinculadas aparentemente a una hermana de la víctima.Acosta y “Guille” se habrían trenzado a golpes de puño, por lo que “Guille” abandonó la escena y fue en busca de un puñal a la casa de “Brasilero”, emplazada a una cuadra y media.El presunto homicida regresó con el arma y todo indica que acompañado por su compañero de labores, ya que ambos trabajaban en una verdulería de la avenida Tambor de Tacuarí.Fue entonces que se produjo el fatal desenlace, cuando “Guille” -al decir de la principal teoría- se abalanzó sobre Acosta y le hincó el puñal al menos 17 veces en distintas partes del cuerpo mientras la víctima pedía piedad.
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