POSADAS (Por Ricardo Nicolás Falcón). Llegó temprano, saludó uno a uno a los presentes y antes de iniciar la charla, y si bien se prestó a una entrevista con los medios de prensa, lo más interesante, donde el sacerdote se soltó y contó su dolorosa experiencia fue en la charla, cuando le tocó enfrentar a los presentes, quienes ávidos de conocimiento, se acercaron en un buen número al debate. “Me siento un sobreviviente del abuso sexual”, aseguró el padre Juan Carlos Belgrano. “Por eso pienso que es necesario compartir mi experiencia y lo que vengo trabajando en este momento sobre el abuso sexual. Comparto lo que me pasó a mí como abusado y cuáles son las consecuencias que una víctima sufre y no siempre nos imaginamos lo que puede suceder”, indicó. La charla debate se llevó a cabo en la sede de la Asociación Grupo Solidario, en esta ciudad, donde abordó el tema del abuso sexual como una de las problemáticas centrales de la sociedad. “Llegué a Misiones para compartir mi experiencia” , afirmó el sacerdote. El cuerpo hablaLa alocución del sacerdote duró alrededor de dos horas y tuvo varios matices, transitó mesetas y despertó diferentes sensaciones. Por supuesto que hubo lágrimas, pero a la vez sonrisas. “Quizás a algunos les resulte una experiencia dura y lleguen a lagrimear, pero siempre llevo pañuelos descartables para repartir”, dijo. Belgrano contó que él fue abusado por su profesor de Artística cuando era un niño, situación que decidió contar en un programa de televisión. Recordó que todo surgió en una charla con su hermano donde se dio cuenta que no fue el único abusado y contando su historia, podían detener al abusador y evitar que haya más víctimas. Juan Carlos pensaba que era el único, hasta que su hermano le dijo que él también había sido abusado, al igual que otros compañeros. “Nunca te conté, porque en ese entonces no tuve el valor de reconocer lo que me había pasado y cuando me enteré que abusó también de vos, me empecé a cuestionar el por qué no hablé antes. Me recriminaba no haber hablado con mamá, pensaba que si hacía eso, a vos no te iba a ocurrir, pero no pude, perdoname”, le confesó Luis “Tupa”.“Cuando mi hermano me contó lo que habían decidido hacer (un escrache televisivo a Peter Malenchini, el docente abusador), me dije sí, voy a hacerlo por él, pero qué equivocado estaba, no lo hacía por él sino por mí”, reveló en un momento y recordó que “una vez vino mi mamá y preguntó: ¿Vos estás bien? No, le dije, me largué a llorar y le conté todo. Fue la única vez que se habló del tema. Hasta que 30 años después, tras el informe televisivo (ver “Una historia que aún duele”), la consulté a ella, por qué me preguntaba eso y mamá me respondió que no me veía bien, que había cambiado mi forma de ser y que, además, ya había escuchado rumores del abusador”. “El cuerpo habla”, sentenció el sacerdote y reveló: “Luego del abuso, a mí no me salían las palabras, pero a mi cuerpo sí”. “Yo silencié el tema y mis padres también. Pero el silencio lo impone el abusador, porque uno cree que es el único al que le pasó eso” y agregó: “es necesario aceptar que uno tiene o vivió una situación traumática, para poder sanarse”. El padre Belgrano, que se fue en el 2008 de Posadas, avisó al inicio de su charla: “No voy a hablar del abuso en sí, ni nada parecido o relacionado”. Inmediatamente comentó que ahora no está a cargo de ninguna Diócesis, “desde hace dos años”, “en el que tuve mi última y más fuerte crisis. Pensé que tenía resuelto el tema, sin embargo no es así. En ese entonces asistía a terapia (desde su revelación, nunca dejó de hacerlo), pero me ocurrió que en plena sesión no quería continuar hablando con el profesional. Hasta que un día fui a verlo al obispo de San Isidro y a los cinco minutos de charla, me puse a llorar como un niño, me consoló y me dijo: tomate un tiempo, necesitas descansar y curarte, entonces consulté con mis amigos y familiares sobre qué debía hacer, hasta que decidí buscar mi sanación con diferentes terapias y contando mi experiencia”. “El abuso es una situación traumática, impacta de tal manera al individuo que lo afecta fisiológicamente y la composición química corporal. No solo es un problema psicológico, sino que hay que reconstituir la armonía y la homeostasis del sistema nervioso”, explicó el sacerdote que hace varios años se dedica a la búsqueda espiritual para resolver situaciones traumáticas”. Belgrano reconoció que tuvo “que enfrentar situaciones traumáticas, momentos de depresión, de elaboración de mis situaciones, hoy puedo decir que me siento un sobreviviente del abuso sexual y quiero dar mis palabras para poder ayudar a otro que haya pasado por la misma situación a compartir un camino para sanarse”.Cuando volvió a Posadas, en ese entonces estaba viviendo en nuestra provincia, habló y escuchó confesiones de muchísimas personas, eso lo hizo confirmar que hablar y contar lo sucedido, “fue lo mejor”. Hoy en día, asegura estar en paz, mientras recorre las provincias argentinas relatando sus vivencias. Su paso por MisionesEl reconocido sacerdote Juan Carlos Belgrano vivió alrededor de 17 años en nuestra provincia, desde donde se fue con rumbo a Buenos Aires, a principios del 2008. Su paso por Misiones fue “una bendición”, aseguran quienes los conocieron y compartieron con él. En todos esos años, sus destinos pastorales fueron el Seminario Diocesano Santo Cura de Ars, la parroquia San Antonio, Cáritas, la parroquia Inmaculada Concepción y en el sector educativo también tuvo una participación activa, ya que acompañó a los Institutos Pedro Goyena, Arnoldo Janssen e Inmaculada Concepción, todos de la capital provincial. Sin embargo, no sólo estuvo en la Iglesia, también f
ue muy destacada su participación en la política misionera, cuando decidió presentarse como candidato a convencional constituyente en 2006, acompañando la lista opositora que encabezaba el obispo de Puerto Iguazú, Joaquín Piña, oponiéndose a la reelección indefinida, modificando la Constitución del por entonces gobernador Carlos Rovira. En esa participación política, Belgrano, buscó concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de resguardar la Constitución. Sin dudas, el descendiente del Manuel Belgrano, dejó bien el alto su apellido, con aportes solidarios y desinteresados para una mejor sociedad misionera.
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