ELDORADO. En primera persona. El violento robo sufrido por la familia de un empresario náutico eldoradense, el último sábado, quedó reflejado en el testimonio que una de las víctimas brindó en las últimas horas ante medios locales.Fueron tres horas de intenso dramatismo y angustia, según se desprende del relato de Jorge Nolff, a quien los encapuchados obligaron a conducir la camioneta de su padre desde la casa familiar hasta el comercio del kilómetro 8 de la avenida San Martín.Según informó el portal digital “Norte Misionero”, en base a declaraciones vertidas a través del Canal 9, los encapuchados irrumpieron en la morada y sujetaron violentamente a su padre, Manfredo, responsable del comercio.“Nos tomó tan de sorpresa que pensamos que era una broma, pero cuando vimos el arma nos dimos cuenta que era en serio”, inició su relato Jorge, aún shockeado por la pesadilla que vivió en manos de los hampones.Sobre el violento accionar de los ladrones, Nolff contó detalles escalofriantes: “A mi nena más chica le pusieron una pistola en la cabeza, la agarraron del cabello y ahí nos dijeron que era un asalto, que nos quedáramos quietos”, sintetizó el hombre sobre aquellos minutos de pánico.Minuto a minuto la situación fue empeorando. Los malvivientes exigían reiteradamente el efectivo que supuestamente creían que los Nolff tenían en el lugar. Sólo pudieron obtener 3.000 pesos y algunas tarjetas de crédito. “Mi papá nunca tiene dinero en la casa, pero no nos creyeron y así estuvimos tres horas, entre golpes, gritos, amenazas de muerte y otras cosas. Finalmente los convencimos y fuimos hasta el negocio en busca del dinero de la caja. Sólo aceptaron si traía como rehén a mi sobrino de once años”, reveló Jorge sobre el calvario que le tocó padecer.Los ladrones y dos miembros de la familia tomados como rehenes se dirigieron al comercio a retirar el dinero de la caja. Allí se apoderaron de unos 20 mil pesos. Después obligaron a Jorge a conducir algunas cuadras, hasta que finalmente se bajaron de la Toyota Hilux y escaparon en la oscuridad de la noche.El entrevistado aseguró que los maleantes portaban armas de fuego y cuchillos, y que estaban bien organizados: “Cuando íbamos hacia el negocio sabíamos que un automóvil nos seguía, porque el líder de la banda se comunicaba constantemente con esa persona y le preguntaba a cuántas cuadras estaba”.En su declaración Jorge describió la brutal golpiza que sufrió su padre -“Manfredo fue golpeado hasta casi quedar inconsciente”- pero precisó que todos los integrantes de la familia fueron agredidos físicamente. “Los golpes recibidos fueron más que nada para inmovilizar y evitar cualquier reacción”, explicó.Cuando fue llevado por los delincuentes al comercio, Jorge escuchó que decían que “hace más de un año estaban planeando el asalto”, pero que no pudieron advertir que no encontrarían dinero en la vivienda familiar. “Mi padre no acostumbra guardar dinero en la casa, sino que lo invierte en el negocio, y para los gastos cotidianos utiliza particularmente la tarjeta de crédito”, afirmó.“Probablemente los ladrones se dejan llevar, cuando un comercio es importante en el rubro, y suponen que estás lleno de dinero”.Estado de Manfredo NolffLa salud de Manfredo Nolff es estable y se encuentra fuera de peligro. A pesar de la golpiza recibida, los médicos indicaron que tiene para un mes de control, consecuencia de las heridas internas que sufrió, entre ellas serias lesiones en las costillas, y diversos golpes en el cuerpo. A pesar del difícil momento que vivió su familia, Jorge resaltó que “la peor parte ya pasó”, aunque agregó: “Calculo que a los hijos menores se les van a tener que brindar algún tipo de asistencia psicológica, porque cuando se fueron los malvivientes los pequeños empezaron a llorar. A pesar de que ellos también recibieron algunos golpes por parte de los asaltantes, preguntaban por el estado del abuelo”. Después de revivir todo el martirio que sufrió su familia, Jorge Nolff manifestó que lo único que deseaba después de haber estado tres horas como rehenes de los malvivientes era que todo termine, hasta le pasó por la cabeza no realizar denuncia alguna. Simplemente agradeció que el robo no pasó a mayores, teniendo que lamentar un desenlace peor a lo vivido.
Discussion about this post