POSADAS. “Me gusta la chocolatada, eso desayuné hoy”, dijo sonriente Antonella (6). Su mamá Nélida la ve y sonríe. Ella es su luz. Una vez por semana van a controles en el Hospital Pediátrico. Bien temprano les toman las muestras de sangre y luego van a la Casita de Creación para desayunar y jugar un rato, hasta que estén listos los resultados. “Venir acá es la condición para que se deje sacar sangre”, explicó su mamá. Hace sólo dos meses le diagnosticaron leucemia después de haber pasado varios meses en el hospital de Encarnación (Paraguay) donde no lograron definir su cuadro.“No es nada fácil, me asusté mucho cuando me dijeron los resultados. Yo tuve que dejar mi trabajo, soy madre soltera y tengo otros dos chicos (de quince y de ocho años), así que estoy viendo si puedo conseguir la pensión (AUH) para Antonella. Vivimos en Paraguay, pero ella es Argentina”, dijo Nélida.El lugar favorito de Anto es una esquina de la sala de juegos donde hay una sillita tipo puf de color violeta y naranja, con su mesita haciendo juego. Semana a semana desde que inició el tratamiento de quimioterapia ha revisado uno por uno los libros, disfrutando las ilustraciones y pidiendo a su mamá que le lea alguno. También le gusta disfrazarse y colocarse collares y pulseras. La princesa de La CasitaAlexandra cumplió dos años el 15 de diciembre. Adora el caballito de madera y su mamá Carmen la cuida mientras ella se hamaca y ríe bajo su sombrerito. Vive con sus padres y sus hermanos de trece y diez años en el barrio San Jorge.En marzo del año pasado, con sólo un año y cuatro meses, le diagnosticaron leucemia. Pasó varios días internada y entubada, tuvo neumonía y en diciembre, varicela. La lucha continuará por al menos un año y el deseo más grande de su madre al brindar por el nuevo año fue uno solo: “Que mi hija se sane pronto”. Ayudar, desde los cuatro añosEn la bacha de la cocina, una voluntaria lava los juguetes. Esponja en mano va sacando una muñequita de entre la espuma y la frota con cuidado. “Hay que lavarlos bien para que estén limpios y los chicos puedan jugar”, explica a este matutino mientras saca un dinosaurio verde. Como no llega bien a la bacha, le colocan una pila de baldosas para que se pare encima. Es que es una voluntaria muy joven: se llama Juliana y tiene siete años, y hace tres comenzó a participar en Creación. Esta pequeña es la nieta de Pety, una de las colaboradoras de Creación desde los primeros años, allá por 2003. Es decir que mucho antes de que Juliana naciera su abuela ya estaba ayudando con este espacio. Cuando ella cumplió cuatro comenzó a participar yendo a jugar con los niños y ayudando en lo que fuera adecuado para su edad. En las fiestas del Día del Niño, Fin de Año, día de lucha contra el Cáncer Infantil tiene asistencia perfecta. En vacaciones, aprovecha para ir todas las mañanas que puede, ya que durante el año va a la escuela en el mismo horario, lo cual condiciona su participación. “Es un aprendizaje muy importante”, señaló su abuela emocionada quien se sumó a brindar este servicio voluntario en homenaje a su nieto Juan Santiago (primo de Juliana) que falleció de cáncer infantil. Durante su lucha él recibió el cariño de las voluntarias de Creación y hoy toda la institución le rinde homenaje colocándole su nombre a la sala de juegos de la Casita. Cada día, una fiestaLa Casita de Creación, que actualmente funciona en Félix Bogado 1461 a metros del Pediátrico, permaneció abierta hasta el pasado viernes y en lo que resta del mes y mediados de febrero estará cerrada. Aunque nunca deja de funcionar porque en este lapso las voluntarias realizarán una limpieza general de los espacios y también estarán organizando la fiesta del Día de Lucha Contra el Cáncer Infantil (15 de febrero). Para ese día realizarán el tradicional paseo y pic-nic para compartir en familia con los niños en tratamiento, con los que ya superaron el cáncer e incluso ya tienen hijos.“Es la primera fiesta de cada año y queremos que sea muy linda, inolvidable”, explicó Nadia Chávez, profesora en Educación Especial y presidenta de la asociación civil Creación. Esta intención, en la que esperan contar con aportes de la comunidad, tiene un fundamento muy claro: “Crear una huella en la infancia y un recuerdo positivo para los niños”. Ocurre que si bien el cáncer infantil se puede curar en un 70% de los casos, nadie puede adivinarlo y hay niños que pese a su lucha, no logran superarlo. “Trabajamos todos los días como si fuera el último, buscamos hacer que todo sea lo más lindo posible porque no sabemos si otro día habrá otra oportunidad de agasajar a ese niño”, explicó. Y esta filosofía se evidencia en la Casita, que aún luce su decorado navideño y que es un espacio para ir a jugar y pasar lindos momentos.Sumarse a CreaciónEn Creación, los chicos y sus padres pueden desayunar, jugar, utilizar el servicio de ropero, etc.Las formas de aportar a Creación son de las más diversas y todas ellas valen oro. Se puede colaborar como voluntario en los quehaceres y mantenimiento de la Casita, también sumándose para ir a jugar con los niños y leerles cuentos todas las mañanas. También se puede colaborar con una cuota societaria de diez pesos mensuales (se puede pagar desde marzo o desde junio, aportando un año o medio año).Además se puede donar ropa en buen estado, libros, juguetes, electrodomésticos como licuadoras y ventiladores que vienen bien para entregar a las familias que no pueden comprarlos y necesitan. También aportar golosinas y bebidas para las fiestas y concurrir a las ferias americanas con cuyos fondos se compran calzados y ropa interior para los pequeños. “Lo importante es que la ayuda sea constante, así podemos prever con qué contamos”, señaló Chávez, invitando a la comunidad a acercarse a La Casita a conocer cómo funciona y acompañar esta tarea. Adelantó que desde este año tendrán un micro radial en radio LT 17, que será un valioso medio de comunicación con las familias que viven en localidades del interior de Misiones.
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