El terror se apoderó ayer por la mañana de esta ciudad, donde al menos siete delincuentes fuertemente armados irrumpieron a balazos en la sucursal local del Banco Macro. Allí tomaron de rehenes a una treintena de clientes, ejecutaron a un policía y secuestraron al gerente, al que liberaron a los pocos kilómetros.
Según datos extraoficiales, se habrían llevado más de un millón de pesos en efectivo.Los ladrones lograron escapar al Brasil tras tirotearse en la costa del río Uruguay con dos policías misioneros. Sin embargo, cuatro de ellos no llegaron muy lejos y fueron apresados a unos diez kilómetros de la frontera.
Tenían armas largas, pasamontañas y el arma reglamentaria que le robaron a uno de los uniformados del banco. Uno de los prófugos sería un conocido narcotraficante del país vecino.
PRIMERA EDICIÓN dialogó con una de las víctimas del feroz golpe y con varios testigos que presenciaron el hecho desde la calle, quienes con sus dichos reflejaron el terror que sembraron los forajidos a lo largo de veinte minutos que resultaron una eternidad.
Según se pudo saber, todo comenzó minutos después de las 8 en la entidad bancaria emplazada sobre la avenida San Martín 562, casi Rivadavia, en pleno centro de El Soberbio.
Al menos unas treinta personas habían llegado al lugar para realizar trámites -muchos de ellos, en razón de la fecha, para cobrar sueldos y pensiones- cuando siete delincuentes armados irrumpieron y tomaron control de la escena.Al decir de testigos, todos estaban vestidos con uniformes militares similares a los utilizados por las fuerzas de Brasil y portaban armas largas, de grueso calibre.
“Hablaban en portugués, pero no de la zona de frontera”, explicaron las víctimas luego a la Policía.Dos de los asaltantes se quedaron en plena avenida San Martín y, a los tiros, alejaron a automovilistas y transeúntes que intentaban llegar hasta la sucursal. Los otros cinco ingresaron al banco y tomaron como rehenes a los clientes.Según el relato de una de las víctimas, los ladrones desarmaron primero a un agente al que apuntaron con un fusil y luego hicieron lo mismo con el cabo primero Roberto Omar Ballesteros (35).
Los dos policías estaban a cargo de la seguridad del lugar. Fueron reducidos y los ladrones les quitaron las armas reglamentarias. Lo mismo sucedió con el jefe de la comisaría de El Soberbio, quien arribó a la escena al escuchar los disparos.La Policía provincial informó que los tres fueron obligados a salir afuera y arrojados al asfalto.
Fue en ese momento que uno de los ladrones abrió fuego sobre Ballesteros, pese a que se encontraba desarmado y no se habría resistido. El policía murió tras recibir un disparo en la espalda.Luego de hacerse de varios bolsones de dinero -a los que llegaron tras amenazar de muerte a los encargados del banco- los delincuentes regresaron a la calle y cubrieron su huida con una verdadera “muralla humana”, que conformaron con la treintena de clientes que estaban en la entidad.
En ese momento habría arribado a la escena una comisión especial de Gendarmería Nacional, que fue recibida a tiros y que no respondió en razón de que la vida de los civiles estaba en peligro.
Fue en ese momento que un efectivo de la fuerza federal recibió dos impactos de bala y cayó herido al suelo. Aunque en un principio se temió lo peor, anoche se supo que el efectivo está internado en el hospital Samic de Oberá fuera de peligro. Sufrió un disparo en la cabeza, que le rozó el cuero cabelludo, y otro en el pecho.
Lo salvó el chaleco antibalas. Pese a que en un principio trascendió que los delincuentes escaparon con dos rehenes, la Policía informó que solamente huyeron con el gerente de la sucursal. Lo hicieron en dos camionetas y mientras arrojaban clavos “miguelitos” para evitar una persecución.
El funcionario vivió una verdadera pesadilla, pero afortunadamente no sufrió lesiones. Fue abandonado sobre la ruta provincial 2, a unos dos kilómetros del pueblo. Los ladrones siguieron viaje hacia el sur.
Efectivos de la comisaría local y de la Unidad Regional VIII montaron un operativo con apoyo de uniformados de todas las unidades regionales de la zona. Minutos más tarde, dos de esos policías lograron toparse con los forajidos en Paraje Sarandí, a la vera del Uruguay.
Se produjo entonces un tiroteo tras el cual los delincuentes ingresaron a un trillo y llegaron hasta una lancha que los esperaba en el río. Así lograron esfumarse de Misiones y cruzar al Brasil.
Sin embargo, cuatro de ellos fueron apresados por las autoridades de aquel país a unos diez kilómetros del cauce del río.El caso generó enorme conmoción en El Soberbio, que aún no salía de su asombro anoche.
En la localidad, una vez consumado el hecho, muchos comenzaron a atar cabos y ya surgían trascendidos que indicaban que al menos dos de los autores habían sido vistos días antes en inmediaciones del banco, quizás realizando inteligencia. Del profesionalismo de los delincuentes prácticamente no quedan dudas: investigadores brasileros creen que los ladrones llevarían planeando el robo hace más de un año.
“Al policía lo tenían agarrado del cuello y lo ejecutaron frente a todos”“Si vas a venir, no vengas por el lado del centro, porque están asaltando el banco”, fue el mensaje que el periodista Walter Bandera, de Radio Alto Uruguay FM 99.1, recibió cerca de las 8 de ayer de parte de un conocido.El trabajador radial había llegado desde Colonia Aurora a El Soberbio para realizar algunos trámites, pero se topó con la noticia en medio de su camino.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, contó detalles sobre lo sucedido.“Llegué a unos 30 metros del banco y vi todo el tumulto, la gente que corría para todos lados. Ya a esa altura los delincuentes habían reducido al personal policial”, rememoró Bandera.
El periodista contó que desde lejos vio cuando los malvivientes dispararon contra Ballesteros, quien cayó gravemente herido en plena avenida San Martín y lamentablemente falleció a los pocos minutos. Fue, sin dudas, un acto de cobardía.“Cuando salen los delincuentes del banco se produce toda una balacera. Y ahí ejecutan al policía frente a toda la gente, lo tenían agarrado del cuello y le dieron un tiro por la espalda”, relató aún conmocionado el trabajador de los medios, quien teorizó con que ese crimen pudo haber sido “para demostrar que estaban decididos a cualquier cosa”.
Después de ese momento de shock, Bandera cuenta que los ladrones escaparon con el gerente y, al parecer (aunque luego se desmintió), con un segundo, que sería un productor agropecuario.
“Los rehenes iban todos apretados, la camioneta arrancó con las puertas abiertas mientras seguían los tiros”, comentó.La sensación en El Soberbio es de miedo y terror.
“Acá la gente ha quedado traumada. Cuesta imaginar que es lunes, la gente se levanta para cobrar su sueldo o pagar los servicios y a los pocos minutos ocurre esto. Nadie puede creerlo todavía”, finalizó Bandera.