POSADAS. El violento asalto a la sucursal del Banco Macro en El Soberbio dejó al desnudo el grado de inseguridad que se vive en la provincia, junto con la violencia con la que están dispuestos a actuar los delincuentes. Un breve repaso por los hechos registrados en los últimos diez días permite llegar a la conclusión de que en Misiones se produce un asalto violento y planificado a diario, con jugosos botines y mayoritariamente mediante la utilización de armas de fuego.El dato se desprende solamente de los episodios que se dieron a conocer por las autoridades y que, ya sea por la violencia de los ladrones o por la importancia del botín con el que se alzaron, ocuparon espacios importantes en las páginas de PRIMERA EDICIÓN. La aclaración es válida: en la provincia hay muchísimos más hechos de similares características que muchísimas veces no llegan a los medios por una u otra cuestión.Al respecto, más allá del episodio que conmovió a la provincia y que tuvo lugar en El Soberbio (ver página 36), hubo otros casos también graves que no deben pasar desapercibidos en lo que refiere a la seguridad pública.El primero de ellos fue el que sucedió sobre la avenida Roca de Posadas, a metros de la avenida Costanera. Allí llegaron tres delincuentes que maniataron a la familia de un conocido empresario local para llevarse joyas y otros elementos de valor.Los ladrones buscaban una determinada suma de dinero que no apareció. Esa pretensión habla de que contaban con información al respecto. Y ese es otro punto en común que se observa en los episodios. Es que los investigadores creen que los ladrones del aserradero de Ñu Porá, en la madrugada del martes 3 de febrero, sabían que había 100 mil pesos en la caja fuerte y por eso fueron en busca del macizo y lo “quebraron”.También planificado habría sido el robo a un empresario de la construcción en la modalidad “salidera bancaria”, perpetrado ese mismo día por la tarde. Todo apunta a que los ladrones vieron cuando el hombre salía del banco, quizás con una fuente desde adentro que informó sobre la extracción.En cuanto a la violencia, nuevamente quedó al desnudo el último miércoles, apenas 48 horas después del robo al banco. Esta vez fue en el centro de Puerto Rico, donde tres ladrones fuertemente armados llegaron hasta un frigorífico, golpearon a un empleado y se llevaron 43 mil pesos.El último episodio de la lista, registrado apenas horas atrás en el lote 43 de Oberá y donde resultó víctima la familia de un médico, no es de menor envergadura: los delincuentes estaban encapuchados y portaban armas de fuego y machetes. El terror nuevamente, ahora en el centro provincial.Los hechos alarman y, lo ya dicho, no deben pasar desapercibidos. Una de las peores reacciones es la de “naturalizar” tanta violencia como cuestión diaria. Es que la inseguridad golpea cada vez con más fuerza en la provincia. Con machetes y armas, encapuchados tomaron de rehén a una familiaOBERÁ. Entre cuatro y seis delincuentes sembraron el terror en el centro provincial, donde tomaron como rehén a la familia de un conocido médico armados con machetes y armas de fuego. El drama comenzó alrededor de las 21 del jueves en el lote 43 de Oberá, donde la mujer del profesional de la salud, una de sus hijas y la nieta del galeno pasaban la noche. De manera imprevista irrumpió en el lugar un grupo de encapuchados armados con machetes, cuchillos y un arma de fuego, quienes maniataron a una de las mujeres, mientras que la otra fue obligada a recorrer la vivienda en busca de dinero.Después de largos minutos de desesperación, los ladrones escaparon tras alzarse con 11 mil dólares, una tablet y tres teléfonos celulares, uno de ellos de última tecnología. Efectivos de Investigaciones de la UR-II y de la comisaría Primera montaron un operativo y en la tarde de ayer procedieron a la detención de dos jóvenes de entre 23 y 24 años que guardarían relación con el hecho. Ambos permanecen a disposición del Juzgado de Instrucción 2 de Oberá, a cargo del magistrado Horacio Heriberto Alarcón.
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