OBERÁ. La organización mundial de Alcohólicos Anónimos (AA) tiene su representación en esta localidad. Es una alternativa de recuperación para quienes padecen alcoholismo. Con premisas simples y participación voluntaria, sus integrantes comparten experiencias, dolores, temores y encaran cada día con el objetivo de terminarlo sobrios.Cada jornada superada representa la meta. El sistema de padrinazgo permite encontrar ayuda para no ceder ante el poder que ejerce en ellos la bebida y que puede aparecer en cualquier momento.“En general el que tiene el problema lo niega, el entorno se da cuenta mucho tiempo antes”, relató Oscar, una persona que se considera alcohólico en recuperación “lo que Alcohólicos Anónimos te da es una serie de sugerencias para que superes la enfermedad. Lo que hace que lo hace importante es que ahí te encontrás con gente que está en la misma situación que vos, entonces comprende exactamente tus padecimientos”, agregó celebrando estar alejado de la bebida hace casi dos años.En Oberá, esta organización cumplirá 11 años y las reuniones se realizan casi a diario. La sede ubicada sobre la calle Roque Saenz Peña 1670 y está abierta para quienes decidan iniciar la difícil tarea de la recuperación. “El programa es muy lindo. Queremos que la gente sepa que existe. Te permite iniciar una vida nueva. Vivir el hoy, dejar de lado la angustia por la que se pasó y dejar de pensar en lo que puede pasar, simplemente vivir el día, el presente”.Relato de OscarVivió las peores miserias al ser adicto al alcohol y drogas. Conoció su lado más oscuro como víctima de este flagelo: “tenía un vacío espiritual enorme, esta es una enfermedad del alma, uno se escapa, en mi caso consumía para no ver la realidad, no tener compromisos y no tener fracasos. Por suerte encontré a Alcohólicos Anónimos un lugar donde todos tenemos un objetivo común: no consumir y ayudar al otro que está sufriendo exactamente igual que yo. Mantenernos sobrios”.Oscar es consciente que la lucha es día a día, “el sostener es lo más complicado”, admite y agrega que “dejar de tomar o consumir por un tiempo es probable que lo pueda lograr cualquiera, pero sostener la decisión en el tiempo, es lo que más cuesta”, reconoció. “El tema es que los que tenemos esta enfermedad empezamos a tomar y no paramos más, entonces empiezan nuevamente los problemas. En tu casa, con la familia, el trabajo, siempre hay problemas, a mí AA me dio la posibilidad de sostener mi recuperación”, afirmó.Para él la premisa es “si querés, vos podés. Luchar sólo por hoy y caiga quien caiga, muera quien muera decir no al primer trago. Si no hay primer trago, no hay segundo, no hay quinto, no hay décimo”.Para Oscar tomar la determinación de dejar la adicción es simplemente querer ser útil, ser buen padre, buen esposo, buen amigo, pensar en sí mismo “pasé muy mal, padecí mucho, lo peor es que no podía elegir, todo era un fachada, yo le mentía al psicólogo porque quería volver a consumir. La droga y el alcohol me llevaron a no querer vivir, porque en realidad de eso se trata”.En su relato Oscar reconoció que en AA encontró “un grupo liberador, un lugar donde uno no se siente solo, ahí nos recuperamos juntos, para eso debe existir el deseo honesto de dejar de consumir. Yo fui muy rebelde en no darme la oportunidad un tiempo largo, porque no tenía información, no sabía que hay un lugar donde uno se puede recuperar. Por eso dejé que se vaya destruyendo mi físico y mi cabeza, con estas sustancias se potenciaban mis defectos”.A partir de su experiencia, Oscar quiere compartir e informar a la comunidad que se puede vivir sin adicciones. Es más, aseguró que “cambió mi vida para mejor, ahora estoy feliz, me siento fantástico y estoy agradecido a AA. Quiero ayudar a otros enfermos a encontrar todo lo que yo encontré, en definitiva la recuperación, que no es inmediata, que es muy dura, pero se puede lograr porque hay un grupo igual a mí que me sostiene, me acompaña y es feliz cada día que puedo terminar sobrio”.
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