ELDORADO. Miguel Ángel (30) cometió el más grave de los errores: suponer que ya todos lo habían olvidado. No esperaba que ahí, en medio de la oscuridad y de tanta gente, alguien pudiera reconocerlo. El destino le jugó una mala pasada, es cierto. Porque no siempre el “cazador” coincide en el mismo escenario que la “presa”. Pero sucedió.El presunto “cabecilla” de la banda de encapuchados que golpeó y tomó de rehén a la familia Nolff en un violento asalto perpetrado en diciembre último en Eldorado fue detenido ayer de madrugada mientras pasaba la noche en un boliche de Puerto Piray.Fue un oficial de la comisaría seccional Tercera de Eldorado que había trabajado en el caso y que casualmente cumplía adicional en el local nocturno quien descubrió la presencia del sospechoso en el lugar. Y entonces todo comenzó a cerrar.Aunque en principio dijo ser otra persona y hasta mintió a la hora de brindar un número de documento, las autoridades finalmente confirmaron que se trata del hombre buscado por el episodio mediante el cotejo de huellas dactilares. Es que el arrestado tiene frondosos antecedentes policiales y penales.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, todo comenzó alrededor de las 2 de ayer en uno de los momentos de mayor movimiento del boliche emplazado en el casco urbano de Puerto Piray, a no más de diez kilómetros de Eldorado.El oficial de la fuerza provincial realizaba su trabajo cuando, entre tantos asistentes, un rostro le llamó la atención. Sin levantar sospechas, pudo acercarse a aquel hombre y confirmar de quién se trataba.El policía activó su memoria y descubrió que aquel sujeto era el mismo que había visto en las fotos difundidas por las autoridades tras el feroz asalto al empresario Manfredo Nolff (78). El uniformado incluso había trabajado en el sumario que posteriormente fue elevado a la Justicia.Tras pedir refuerzos, el oficial rodeó al sospechoso. Recién ahí Miguel Ángel descubrió que estaba en apuros. El sospechoso brindó primero otra identidad y dijo que se había olvidado el DNI. Ante la certeza del ojo clínico del efectivo, el muchacho quedó detenido.La historia de la detención terminó de cerrarse ayer por la mañana, cuando el arrestado fue trasladado ante una de las máquinas del sistema digital “BioSystem”. No se rindió fácilmente y cuando le pidieron el número de documento brindó una cifra que correspondía a una mujer. Siguió así, sin colaborar, hasta que llegó el turno del “piano”. Y las huellas dactilares hicieron lo suyo: Miguel Ángel no era otro que Miguel Ángel, uno de los sindicados por los investigadores como el cabecilla del feroz robo a Nolff y su familia.Ante esta situación, el sospechoso quedó detenido a disposición de la Justicia, que en las próximas horas podría tomarle indagatoria. Los detectives de la UR-III, a cargo del comisario mayor Raúl Enrique Rolón, confían en que la detención es apenas “la punta del ovillo” para dar con el resto de los integrantes de la banda delictiva. Y más. Es que las pruebas indican que Miguel Ángel sería el líder de una gavilla que habría perpetrado otros episodios similares en la zona. Una verdadera pesadillaEl feroz asalto tuvo lugar alrededor de las 20 del sábado 20 de diciembre de 2014, en momentos en que Manfredo Nolff (78) ingresaba a su vivienda del Kilómetro 10 de Eldorado a bordo de su camioneta.Rápidamente coparon la escena cinco encapuchados, fuertemente armados, quienes redujeron al propietario a fuerza de golpes de puño.Así lograron entrar al inmueble, donde redujeron de la misma manera a la mujer de Nolff, a sus dos hijos e incluso a varios de sus nietos.“Mi papá nunca tiene dinero en la casa, pero no nos creyeron y así estuvimos tres horas, entre golpes, gritos, amenazas de muerte y otras cosas. Finalmente los convencimos y fuimos hasta el negocio en busca del dinero de la caja. Sólo aceptaron si traía como rehén a mi sobrino de once años”, contó en su momento Jorge, una de las víctimas, a los medios de comunicación.Junto a su sobrino, el hombre fue trasladado hasta el local comercial del Kilómetro 8 por los delincuentes, quienes allí se alzaron con alrededor de 20 mil pesos en efectivo, que sumaron a los 3.000 que habían sustraído de la vivienda familiar. Con ese botín escaparon de la escena a toda velocidad.Mediante determinadas características brindadas por testimoniantes fue que desde la Unidad Regional III de Eldorado se cerró el cerco sobre Miguel Ángel, quien ahora deberá responder dónde estuvo y qué hizo aquel sábado de diciembre por la noche.
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