ROMA, Italia (Agencias y diarios digitales). Un tribunal italiano condenó ayer a 16 años de cárcel al excapitán Francesco Schettino, de 54 años, al considerarlo culpable de homicidio imprudente por el naufragio, frente a la isla toscana de Giglio, del crucero Costa Concordia el 13 de enero de 2012, en el que murieron 32 personas, y en el que se vieron afectadas 4.200 personas. Además, Schettino quedó inhabilitado para desempeñar cargos públicos.Tras siete horas de deliberaciones, Giovanni Puliatti, presidente del colegio de jueces, dictaminó esta condena inferior a la solicitada por la Fiscalía, que pedía 26 años y tres meses de cárcel. El fallo pone fin a tres años de proceso en los que Schettino figuró como único acusado, ya que la empresa propietaria, Costa Cruceros, aceptó una multa de un millón de euros y la Fiscalía negoció con otros cinco oficiales del barco.El capitán dijo en su último alegato que fue víctima de una “picadora de carne” mediática que distorsionó su responsabilidad en el accidente, “sin ningún respeto por la verdad”. “Aquella noche yo también morí”, lamentó ante la corte. El capitán Francesco Schettino se expresaba de manera irrevocable cuando hablaba por teléfono con un amigo pocas horas después del naufragio de su nave, el Costa Concordia, frente a la isla toscana de Giglio: “Cuando vi que el barco se inclinaba, me fui”.El buque había zarpado de Civitavecchia -a 80 kilómetros al noroeste de Roma- para un crucero por el Mediterráneo. La noche del viernes, los 3.200 pasajeros y 1.000 tripulantes que acababan de zarpar sintieron un fuerte impacto, un apagón momentáneo y el estruendo de los cristales al caer. Según coinciden cientos de testimonios, la tripulación quitó importancia al incidente, pero la inclinación progresiva del buque desató el pánico.Schettino fue muy criticado por abandonar el barco antes de que todos los pasajeros fuesen evacuados. Él alegó que resbaló sin querer hasta un bote salvavidas y que ayudó con las tareas de rescate desde tierra.
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