CÓRDOBA, SAN LUIS, SANTIAGO DEL ESTERO Y SANTA FE (DyN-NA). Nuevas lluvias torrenciales afectaban al norte de Córdoba, lo que generó una mayor creciente en los ríos, por lo que un puente provisorio fue arrastrado por el agua en Jesús María, que quedó prácticamente aislada, en tanto en toda la provincia había unos 1.200 evacuados.La totalidad del territorio provincial estaba afectado desde hace varias horas por las lluvias, pero el norte continuaba anoche bajo alerta del Servicio Meteorológico, mientras las precipitaciones ya eran de menor intensidad en el centro y sur provincial.Las lluvias torrenciales que se iniciaron el pasado 15 de febrero causaron ocho muertos y miles de evacuados y damnificados, además de roturas en infraestructura, como acueductos, redes de electricidad, puentes, rutas y calles, especialmente en la zona de las Sierras Chicas, en el noroeste, y en el noreste.La provincia se encontraba en emergencia, ya que todas las cuencas estaban saturadas y se generaban desbordes de ríos y arroyos aún cuando las precipitaciones no fueran intensas.Ayer por la mañana la ciudad de Jesús María, 52 kilómetros al norte de la capital, era la más complicada a raíz del derrumbe de un puente Bailey levantado por el Ejército dos días atrás en una zona conocida como los dos ríos.Esa ciudad y otras próximas estaban prácticamente aisladas porque estaban inundadas las rutas 9 norte, E66 y la E53, por lo que sólo quedaba habilitada la A-174, aunque se recomendaba hacerlo con extrema precaución.En Jesús María había unos 200 evacuados, fueron suspendidas las clases y la comunicación estaba complicada incluso dentro de la misma ciudad. En total en la provincia se estimó en unas 1.200 personas evacuadas. De estas, unos 850 pobladores fueron evacuados en Idiazábal, 200 en Jesús María, 120 en Capilla del Monte y La Cumbre, 60 en Bell Ville, 40 en Colonia Caroya y 30 en Hernando. El director de Defensa Civil de Córdoba, Diego Concha, advirtió, por otra parte, que se puso en alerta a las poblaciones del centro provincial, como Villa María, Bell Ville, Villa Nueva, próximas al río Ctalamochita “porque el dique Piedras Moras puede comenzar a erogar más agua y provocar nuevas crecidas”.El tránsito de vehículos se realizaba con problemas en las rutas 4, 6, 8, 9, 17, 19, 38, 60, 158, además de las próximas a Jesús María. El gobernador José Manuel De la Sota afirmó que la provincia está “sufriendo la mayor catástrofe climática de los últimos 50 años” y advirtió que las lluvias intensas continuarán “algunos días más”, por lo que pidió a la población “precaución”.Advirtió que los pronósticos indican que “las lluvias continuarán por algunos días más y que pueden ser muy copiosas”.De la Sota brindó explicaciones de su actuación desde el inicio de los temporales de lluvias, semanas atrás. “Les recuerdo que desde los primeros instantes coloqué todo mi gobierno en acción permanente para atender las poblaciones de las zonas más afectadas”, subrayó.Pidió a la población “tomar las prevenciones para disminuir al máximo los daños que puedan ocurrir”, en especial a quienes viven cerca de ríos y arroyos “cualquiera sea su ubicación geográfica, sierras o llanuras” y solicitó respetar “las indicaciones de los intendentes”, los bomberos y la policía.Santa FeMientras regía un alerta meteorológico en la zona centro del país, fuertes lluvias provocaron ayer inconvenientes en gran parte del territorio de Santa Fe y en la capital provincial, donde la comuna suspendió el transporte y todas la actividades, con excepción de las “relacionadas con la emergencia”.La tormenta eléctrica con abundante lluvia golpeaba con intensidad la ciudad de Santa Fe y sus alrededores, donde se registraron 58 milímetros de agua caída hasta las 8, por lo que no hubo actividades educativas, comerciales y no circularon taxis y colectivos. La decisión de paralizar la ciudad estuvo a cargo del intendente local, José Corral, quien determinó “suspender las actividades de la ciudad, excepto las relacionadas con la emergencia, los propios servicios municipales, servicios de emergencia y salud”.“Tenemos más de 50 milímetros en algunos sectores y más de 70 en otros, y se suman a los más de 250 que en algunos de los sectores de la ciudad registramos desde el miércoles pasado hasta el día de hoy”, explicó ayer el jefe comunal.También la Universidad Nacional del Litoral resolvió suspender los exámenes y la actividad académica.La fuerte tormenta que se producía desde la madrugada dejó sin servicio a los barrios Candioti, Cabral, Microcentro, Recoleta y Centenario. Según indicó a la radio LT10 Hugo Ceré, vocero de la Empresa Provincial de Energía (EPE), “hay cuatro distribuidores de media tensión fuera de servicio, asociado a la inundación de cámaras subterráneas”.Una situación similar se vivía en la localidad de Esperanza, pocos kilómetros al oeste de la capital provincial, donde la Municipalidad pidió a la población abstenerse a circular con vehículos por las calles, la mayoría de las cuales se encontraba anegada.Santiago del EsteroLas lluvias torrenciales obligaron a suspender las clases y la actividad administrativa provincial y municipal, en tanto que el sector privado quedó prácticamente paralizado por la falta de transporte, como consecuencia del anegamiento de calles.La paralización de la actividad fue decidida a las 9 de ayer, luego de que en un lapso de tres horas cayeran alrededor de 100 milímetros en la capital, mientras en otros puntos de la provincia el registro se elevaba hasta los 300 milímetros. Sólo se mantenían activas las guardias en hospitales y otros servicios esenciales. La gobernadora Claudia Ledesma convocó al Comité de Emergencia a Casa de Gobierno para evaluar la situación y coordinar las tareas de Defensa Civil, del Ministerio de Salud y de la Policía, a fin de acercar ayuda a los intendentes y comisionados municipales de los pueblos afectados.El anegamiento de calles en la capital fue el principal problema, que impidió a miles de trabajadores llegar a sus puestos laborales.Las empresas del transporte urbano de pasajeros decidieron suspender la salida de unidades y otras quedaron detenidas a lo largo de sus recorridos porque las arterias estaban cubiertas de agua.Pasadas las 10 y de manera paulatina,
comenzaron a circular los colectivos, cuando ya había cesado la lluvia más intensa, aunque continuaban anegadas muchas calles.En esta ciudad, los barrios de la zona oeste, sur y los cercanos al río Dulce fueron los más afectados por las precipitaciones porque ingresó el agua a las viviendas o había sobrepasado el nivel de las veredas y también por filtraciones de los techos.Además, las intensas lluvias complicaron la ya delicada situación de los habitantes del sudeste de la provincia, donde en los últimos meses se registraron marcas históricas de precipitaciones, que provocaron inundaciones de miles de hectáreas productivas y en los cascos urbanos de ciudades como Bandera, Los Juríes, Pinto y Añatuya.Los últimos datos oficiales revelaban que unas 300 personas permanecían desde hace varios días alojadas en centros comunitarios y escuelas a la espera de poder regresar a sus casas que estaban inundadas. Pero fuentes oficiales estimaron que el número de afectados se podría incrementar porque continuó lloviendo en prácticamente toda la geografía santiagueña.En algunos casos las evacuaciones se hacían imposibles porque no se podía acceder a los parajes anegados, porque los caminos rurales estaban intransitables.En situación de riesgo inminente estaban quienes residen en parajes de los departamentos Avellaneda, Salavina, Mitre, Aguirre y Quebrachos, en el sudeste, por la incesante crecida del río Dulce.En algunos casos, estaban comenzando a anegarse los terrenos bajos cercanos a ese curso de agua y a sus tributarios, como los ríos Saladillo y Utis.San LuisMás de 300 personas evacuadas, entre ellas casi la totalidad de un pueblo, rutas cortadas, puentes dañados y gran cantidad de pérdidas en viviendas era el estado de situación ayer por la mañana en el norte de San Luis, como consecuencia de las fuertes lluvias, que continuaban anoche sin dar tregua.La intendenta de Lafinur, Gladys Cornejo, aseguró que “cerca del 90% del pueblo se ha evacuado”, como consecuencia del desborde del río Conlara. En esa pequeña población situada a 202 kilómetros al noreste de la ciudad de San Luis, había ayer “30 centímetros de agua” en la zona urbana.La creciente del mismo río también generó anegamientos en las localidades de Concarán y Santa Rosa de Conlara, también en el noreste provincial.El gobernador de San Luis, Claudio Poggi, viajó a la zona afectada.El río Conlara, el único en el país que corre de sur a norte, viene subiendo su nivel en los últimos días a raíz de las fuertes precipitaciones y el pico máximo de la creciente aún no se había producido.Los evacuados de Lafinur debieron salir de la localidad por lo que algunos fueron llevados por policías y bomberos a una escuela de Los Cajones y otros fueron asistidos por familiares en otras zonas.
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