POSADAS. El paro nacional de ayer, en rechazo al Impuesto a las Ganancias, fue contundente en Misiones, donde se registró un acatamiento de casi el cien por ciento de los sectores adheridos, según los gremios organizadores. Miles de trabajadores, estudiantes y enfermos que tenían que ir a trabajar, a estudiar e incluso a los servicios de salud no lo pudieron hacer porque no había un solo colectivo en la calle. La ausencia de medios de transporte fue determinante para que el paro fuera más contundente. Hubo empresas privadas, comercios e instituciones públicas que realizaron actividades en forma normal, pero muchos trabajadores no pudieron llegar y otros hicieron malabares para cumplir. Al respecto de este punto, el ministro de Trabajo de Misiones, Jorge Valenzuela, consideró que los empresarios y comerciantes deben contemplar esta situación con los trabajadores que no asistieron ayer (ver recuadro).No hubo estaciones de servicios que expendieran combustible en Posadas, aunque algunas sí funcionaron en el interior (ver página 4). Los bancos no atendieron al público y por esta razón los estatales tuvieron que cobrar sus salarios por cajero automático. Tampoco hubo transporte de ninguna categoría (camiones, colectivos urbanos, media ni larga distancia, barcos, trenes ni aviones).Los choferes del transporte de pasajeros se plegaron totalmente a la medida y no hubo un solo colectivo transitando. Horacio Alvez, secretario general de la UTA, dijo que “el Impuesto a las Ganancias nos absorbe el sueldo. Hoy por hoy al trabajador no le conviene hacer horas extra porque, al alcanzar el piso de Ganancias, es como trabajar gratis”. No se registraron incidentes de ningún tipo, como sí ocurrió en otras provincias con camiones o colectivos que circulaban a pesar de la medida, aunque sí hubo represión de manifestantes en Montecarlo (ver página 4). Las universidades estuvieron vacías, en tanto que en las escuelas primarias y secundarias, pese a que el gremio docente mayoritario (UDPM) no adhirió -sí lo hicieron los demás gremios representativos del sector en la provincia-, la medida igualmente se sintió fuerte por la falta de medios de transportes para trasladar a los alumnos (ver página 10). En los municipios misioneros tampoco hubo recolección de residuos, pero las comunas anticiparon que hoy se retoma el normal funcionamiento del servicio.Tres concentracionesEl Sindicato de Camioneros realizó tres concentraciones con sus afiliados en los puntos estratégicos de acceso a la provincia: El Arco de Posadas, Centinela en San José y en Puerto Iguazú, para impedir totalmente la circulación de camiones y micros. El secretario general del Sindicato de Camioneros, Adolfo Velázquez, aseguró a PRIMERA EDICIÓN que “el paro tuvo un acatamiento total en la provincia, no sólo en transporte y cargas, sino también en otras actividades. A nivel país también se sintió muy fuerte. Esperemos que esto sirva para que el Gobierno reflexione y entienda que necesitamos una mesa de diálogo para empezar a discutir y debatir el problema que tienen los trabajadores”.“Ayer, antes de escuchar al jefe de Gabinete, estaba preocupado por el Impuesto a las Ganancias, pero después me preocupé más, porque dio números estadísticos que realmente me ponen la piel de gallina, como cuando anunció que el 75 por ciento de los trabajadores argentinos tiene sueldos de 5.500 o 6.000 pesos; eso quiere decir que toda esa masa de trabajadores está debajo de la línea de pobreza”, consideró el dirigente Adolfo Velázquez.El sindicato de Camioneros, al igual que Bancarios, Petroleros, Tranviarios y otros, con niveles salariales superiores al promedio, exigen que se elimine el Impuesto a las Ganancias o, en su defecto, se incremente el piso (mínimo no imponible), que actualmente empieza a gravar a los trabajadores con sueldos superiores a los 15 mil pesos.“El impuesto al trabajo no debería existir en nuestro país, si hablamos de un gobierno popular. Un gobierno peronista jamás metería la mano en el bolsillo de los trabajadores, que son la columna vertebral del movimiento nacional justicialista. Si ellos dicen que son peronistas, este impuesto no tendría que existir”, sostuvo el sindicalista camionero.“Así no se puede negociar”Por su parte, José Luis Ruiz Moreno, del gremio de los Bancarios de Misiones, opinó que “en diciembre del año pasado hicimos un acuerdo de 90 días para dar margen a las negociaciones paritarias, estamos entrando al mes de abril y no estamos en condiciones de acordar salarios, porque con el Impuesto a las Ganancias no se puede negociar, nos absorbe gran parte del sueldo y terminamos perdiendo”.“Lo peor que puede haber para un dirigente gremial es un paro, pero no queda otra. Preparar un paro es confrontación y es a lo que nos está llevando este Gobierno. Hoy el país está dividido y en ese contexto no se puede vivir”, lamentó Ruiz Moreno, quien estimó que el acatamiento de los trabajadores bancarios en Misiones fue del 100%. También pararon en la administración pública, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la Fesprosa (médicos), algunos sectores judiciales, jerárquicos de las telefónicas, el gremio de la alimentación, trabajadores de ingenios y de la industria azucarera, entre otros. “Que los patrones entiendan”Desde el Ministerio de Trabajo de la Provincia aclararon ayer que el derecho de huelga es constitucional, pero que “el único organismo que puede convocar en este caso a una conciliación obligatoria es el Ministerio de Trabajo de la Nación, porque es una medida convocada por las uniones y confederaciones de orden nacional”.El titular de la cartera laboral de Misiones, Jorge Valenzuela, indicó que el paro “afecta a muchos misioneros, incluso a quienes no quieren adherir a la medida de fuerza; cada institución y empresa deberá analizar cómo manejar esta cuestión, porque muchas personas no pudieron ir al trabajo”. Además, Valenzuela expresó: “Esperemos que los patrones entiendan esta medida y que no se afecte el bolsillo de miles de trabajadores que no pueden concurrir al trabajo”. Recordó que la huelga “es un derecho constitucional, pero que muchas veces provoca un daño. Estamos en los primeros meses del año y un paro de esta magnitud genera un daño excesivo, sobre todo si se tiene en cuenta lo que se reclama”, cerró.La huelga fue impulsada por 22 sindicatos del transporte y contó con apoyo de las CGT opositoras de Moyano y Barrionuevo, de la CTA de Micheli y de los bancarios. Andenes vacíos en el norte misioneroPUERTO RICO. La jornada de paro se “tragó” sin dejar rastros a los colectivos y transportes de carga de esta ciudad. Con un acatamiento del
100%, no se vieron ómnibus urbanos, de media ni larga distancia durante todo el día, quedando la terminal local y sus pasillos sumidos en una extraña desolación pocas veces vista. Y la avenida 9 de julio, habitualmente colapsada, lucía claramente más liberada sin la presencia de los gigantes protagonistas de siempre.En tanto, en el hospital de área Nivel II Ricardo Gutiérrez, según la delegada del gremio ATE, Teresa Toledo, el acatamiento fue de un 95%, donde los trabajadores de la salud, además de sumarse a los reclamos por los salarios, también exigieron a las autoridades que se designe más personal: “Estamos colapsados porque muchos médicos y enfermeras están de licencia y los que quedamos no damos abasto, no llegamos a cumplir con la demanda y la gente se enoja con nosotros, pero el problema es que en este hospital hay muy pocas enfermeras y muy pocos médicos, necesitamos que se designe más personal urgente”, expresó a PRIMERA EDICIÓN. Sin bancos ni colectivosLa misma situación afectó a Eldorado: el paro se notó sobre todo en el transporte público y en la falta de atención en los bancos. La ausencia de un servicio mínimo de transporte fue una de las principales quejas de quienes salieron a trabajar. Este servicio no fue previsto por la empresa local, por lo que las personas se trasladaron en taxis, remises o algún vecino solidario que los acercaba hasta los distintos lugares de trabajo.Entre las opiniones de quienes fueron consultados, el planteo fue que no estaban de acuerdo con el paro del transporte, porque “es menor la cantidad de gente que se beneficia que la que se perjudica”, según señaló un vecino a este diario. No obstante, el hombre se mostró de acuerdo con el reclamo de los trabajadores. Oberá: alto acatamientoOBERÁ. En esta ciudad no hubo transporte de pasajeros, el desarrollo de clases en las escuelas se vio altamente afectado, los bancos no funcionaron y hasta dependencias nacionales, como el Pami, cerraron sus puertas. En cambio, sí hubo atención en las estaciones de servicios, que trabajaron con normalidad, pero el movimiento automovilístico fue prácticamente nulo.La adhesión al paro de choferes del servicio urbano de pasajeros fue uno de los factores que modificó visiblemente el andar habitual de la ciudad. “Paraditas” desoladas y la terminal de ómnibus únicamente con la presencia de algunos boleteros completó la realidad del transporte.La actividad escolar fue escasa. La adhesión alcanzó en esta oportunidad incluso a establecimientos privados, por lo que se podría configurar en un promedio del 70 al 100%, tanto en ciclo primario como secundario. “Mis hijos fueron en remís, pero al llegar la directora les dijo que no había clases”, contó una mamá.Las sucursales bancarias de la ciudad se sumaron en su totalidad a la medida de fuerza. Y servicios municipales como el de recolección de residuos tampoco se pudieron cumplir. La delegación local del Pami, directamente cerró sus puertas con un cartel que señalaba la adhesión a la medida de fuerza.En cambio, las estaciones de servicios decidieron trabajar normalmente, así como dependencias como la de la Anses, cuyas tareas, de todas maneras, lejos estuvieron de la exigencia habitual. En síntesis, el paisaje cotidiano fue alterado sustancialmente en la jornada del paro nacional.
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