POSADAS. Matías Kottwitz (24) logró lo que hasta ahora ningún relojero se había atrevido desde el fallecimiento de Juan José Mühn ocurrido en 2011: restaurar y hacer funcionar el reloj histórico de la Catedral. Al tiempo, tras los buenos resultados, también se convirtió en el responsable de que el histórico campanario volviera a repicar. Corrían los últimos meses de 2014 y este joven posadeño se acercó a la sacristía del principal templo católico capitalino con el ambicioso plan de lograr que le permitan restaurar el antiquísimo reloj a fin de que volviera a dar la hora. Matías contaba con dos ventajas: ser sobrino nieto de Mühn, el histórico relojero de la Catedral, y tener un alto nivel de idoneidad con los mecanismos de precisión. “Mi tío tampoco fue relojero profesional, solamente le gustaba arreglarlos, como a mí”, relató a PRIMERA EDICIÓN este relojero autodidacta.“Me gustaron los relojes desde muy chiquito, y me daban muchas ganas de acompañar a mi tío a dar cuerda al reloj de la Catedral pero como vivía lejos, no siempre podía. Recién a fines del año pasado se dio la oportunidad de hablar con el padre Marcos (párroco de la Catedral) y me dio la posibilidad de reparar el reloj, que sigue intacto tal cual. Al tiempo le propuse arreglar el antiguo campanario, al que inclusive le colocamos un dispositivo digital que permite programar el horario de las campanadas”, explicó.Matías posee un tipo de inteligencia que le permite desarmar mecanismos complejos y volver a armarlos pero ya restaurados. Nunca leyó ni estudió al respecto, simplemente “aprendí mirando” y usando el sentido común, como mi tío”, sintetizó. En la charla también contó que lo mejor fue cumplir un sueño que acaricia desde hace 16 años: reparar el también histórico reloj del mástil, de las avenidas Mitre y Uruguay. “Desde 1999 no funciona. Es un reloj que siempre observaba al entrar al centro y me daba muchísima pena verlo roto; durante esos años realmente sentía tristeza al verlo así, roto sin poder dar la hora”, contó con emoción. De los resultados le quedaron la satisfacción y la alegría de un trabajo bien hecho, con ganas de hacer más. Las expectativasTras las restauraciones de los cronómetros de mayor valor simbólico para los posadeños, a Matías lo buscó el Concejo capitalino para proponerle que se encargue de la reparación de todos los relojes de Posadas que no funcionan por un motivo u otro. Serían al menos seis: los dos que están a lo largo de la costanera, el reloj del Paseo Bossetti, el de Corrientes y Centenario y los dos que tiene la plaza 9 de Julio. Pero la cosa no termina ahí, al mismo tiempo estudia la posible ubicación y colocación de nuevos relojes, como por ejemplo en la terminal de ómnibus, la terminal de transferencia y algunas universidades públicas.“Mi objetivo es que la Provincia o el Municipio generen recursos y tecnologías que nos permitan desarrollar cronómetros propios, para no depender de empresas de otras provincias que trabajan en ese mercado”, graficó.
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