POSADAS. Minutos antes, Ariel Silvestre Núñez (30) rompió el silencio: “Soy inocente”, dijo ante el micrófono. Pero para los jueces la evidencia fue más que las palabras y el policía fue condenado a doce años de prisión por “captar” a una adolescente de 16 años para una red de trata a mediados de 2011 en Campo Grande.Así lo determinó ayer al mediodía el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas, conformado por los jueces Norma Lampugnani, Mario Hachiro Doi y Carlos Sodá. De esta forma, los magistrados dieron lugar al pedido de la fiscal Vivian Barboza en los alegatos, que también había pedido la absolución de los otros dos imputados, Marino Braga y Leonardo Cabriza. Y así también ocurrió: ambos salieron del recinto libres de culpa y cargo.Como PRIMERA EDICIÓN pudo atestiguar, la jornada final se inició alrededor de las 10.30 en la sala de audiencias emplazada sobre la calle Félix de Azara 2.170 de la capital provincial.Tras una breve introducción, y como lo indica el protocolo, Núñez tuvo la oportunidad de brindar sus últimas palabras antes de la sentencia. No desaprovechó la chance y se sentó nuevamente en el banquillo.“Quiero manifestar que el día en que la chica se fugó de su casa yo estaba de adicional. En todo momento quise ayudar, en todo lo que pude, colaboré. Las veces que la Justicia lo requirió, siempre me presenté”, abrió el expolicía, quien enseguida indicó que “nunca la capté, jamás exploté a ninguna chica, jamás me aproveché de su estado de vulnerabilidad”.Núñez recordó que “ya son dos años que estoy detenido y todo lo que hice hasta el momento fue ayudar, desde el mismo momento en que desapareció, yo le avisé a mi oficial”, subrayó, luego de lo cual cuestionó al padre de la víctima: “Si el padre hubiese sido más consentido con ella, esa fuga no hubiese sucedido”.“Yo soy inocente en esta causa”, lanzó finalmente el acusado, tras lo cual dio a entender que una serie de testigos que lo hubiesen favorecido no fueron llamados a declarar. “Ya no es momento de pedir pruebas, usted tuvo la posibilidad en el debate y se abstuvo”, le respondió Lampugnani, presidenta del tribunal.A diferencia de Núñez, Braga y Cabriza prefirieron no declarar. No fue una causalidad: sobre ambos el Ministerio Público Fiscal no formuló acusación durante los alegatos, razón por la que la libertad definitiva de los dos era solamente una cuestión burocrática que finalmente se cumplió.Los jueces pasaron a deliberar y, tras de un cuarto intermedio de poco más de una hora, volvieron a ocupar el recinto de la sala de juicios, donde además de la prensa también aguardaban por el fallo los familiares de los imputados.La lectura del veredicto se inició alrededor de las 12 y fue la propia jueza quien llevó adelante el trámite. Entonces finalmente se conoció la resolución, que resultó condenatoria para Núñez a la pena de doce años de prisión por el delito de “trata de personas agravado”, del que fue considerado autor penalmente responsable.Y de la tristeza del expolicía y su familia, al alivio de los otros dos acusados, Braga y Cabriza. El primero recibió la absolución de culpa y cargo por falta de pruebas, mientras que el segundo lo hizo gracias al beneficio de la duda. Núñez, el único condenado, se retiró sin emitir palabras. “No tengo nada que ver, estuve en el lugar y el momento equivocados”Pese a que el alivio llegó durante la jornada de alegatos, cuando la fiscalía resolvió no formular acusación en su contra, Marino Braga finalmente fue absuelto durante el mediodía de ayer. Obviamente, fue motivo de celebración para él y los familiares que lo acompañaron.“No tengo nada que ver, no conocía a Cabriza ni a Núñez, estuve en el lugar y el momento equivocados. Fueron tres años de calvario por dos horas que estuve en un camión”, sentenció el hombre en relación a aquel viaje que hizo con Erico Baumann, rebelde de la Justicia. A Braga lo acusaban de ser uno de los transportadores de la pequeña.El caso se inició el 27 de julio de 2011 en Campo Grande. La víctima, de 16 años, fue trasladada bajo engaños desde esa localidad hacia Buenos Aires. La Justicia entendió que Ariel Núñez se aprovechó de la vulnerabilidad de la menor para engañarla con falsas promesas laborales. El exefectivo admitió que mantenía una relación amorosa con la adolescente. Todo indica que el objetivo era trasladar a la pequeña a manos de una banda de explotadores sexuales.
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