APÓSTOLES. Entraba la noche en la Capital de la Yerba Mate y la luna llena, roja y dominante que reinaba en el cielo fue perdiendo protagonismo, alejándose lentamente, para dejar brillar a las estrellas que parecieron encontrar su espejo en cada modelo que dijo presente sobre la pasarela cuidadosamente montada al pie de las escalinatas de la plaza Belgrano.Si bien la primera en traspasar este largo camino fue la reina de la Colectividad Árabe, Macarena Da-mus, el espectáculo lo inició “el mensajero” de Casique Circo, que anunció a viva voz el amplio significado de la palabra moda. Y entonces sí, “Apóstoles se vistió de moda” y todo fue ritmo, vida y color.Es que se iniciaba así una noche cargada de sorpresas y emociones, en uno de los escenarios más imponentes de la ciudad.El público, estratégicamente ubicado en las mesas, a ambos lados de la pasarela, disfrutando del excelente servicio de cantina que ofrecieron los alumnos de la Asociación de Estudiantes Secundarios de Apóstoles, quienes se beneficiaron con la recaudación generándose un ingreso para solventar gastos de lo que será su Estudiantina, no impidieron disfrutar del espectáculo a quienes se ubicaron más allá, en lo que es la explanada de este bellísimo paseo público o, incluso, la calle.Ropa casual, deportiva, formal, colores vibrantes y para ocasiones especiales, todo tuvo su espacio y su tiempo dispuesto cuidadosamente por Juan Manuel Romero, el hombre que, una vez más, soñó con Apóstoles vestida de gala y lo hizo realidad.Emilia Alfonso y Raúl Escalante dieron el toque especial, con maquillaje y peinado a Clarisa Smichowski, Javier Prietto, Vale Duda, una de las tres finalistas en el concurso Caras Glam en Argentina; David Darpino, número uno en Powerlifting, entre otras tantas decenas de modelos que se sumaron a esta gran movida, en la que no existieron temporadas.Y sí, después de todo los misioneros ya no saben de estaciones y salir a la calle puede significar un desafío cuando la temperatura amenaza con cambios de más de diez grados entre la mañana y el mediodía.Mucho más por delanteHombres, mujeres, jovencitas, todos tuvieron su momento, con prendas que se usan y usarán, que se pueden encontrar en las calles, oficinas y fiestas, esa ropa que todos pueden usar.Y, obviamente, los niños también encontraron todo lo que se viene para ellos. Desde los más “pequeños” hasta los adolescentes hicieron su paso triunfal por la pasarela.Es que la moda, este verano, para los más chiquitos se viste de colores, con una clara tendencia a utilizar elementos del vestuario adulto con ciertos toques infantiles, como moños, volados y colores suaves. Se destacan los tonos cítricos, tanto en toda la prenda como en detalles sobre neutro y los colores pasteles que inundan todas las prendas. También el azul bebé, el amarillo limón, lila delicado y rosa chicle.Otra gran invitada fue la reina de los Carnavales de Misiones, Paula Pitana.Todo, la música, el sonido, cada pasaje de cada modelo, los reconocimientos y el instante que mereció cada una de las empresas que se animó a soñar con Juan Manuel e hizo su aporte para hacer posible esta noche estuvo delicadamente cuidada y estar allí era sentirse parte de un todo, un sentimiento casi mágico que llenaba el espíritu y alimentaba el alma de una bella energía.Pero la medianoche se acercaba y, como todo, era necesario un final. Tres pequeñas “damitas” vistieron la blanca pasarela de rojos pétalos que presagiaban la pronta llegada de la novia.“Hoy te prometo amor eterno, ser para siempre tuyo en el bien y en el mal, y hoy te demuestro cuanto te quiero amándote hasta mi final” (sonaba Il Divo) y entonces, radiante, se asomó la novia, vistiendo un diseño de Adriana Mayol, “esa mujer tan bien recordada por todos nosotros que lamentablemente ya no está. Falleció hace unos años pero nos quedó el recuerdo de sus creaciones fabulosas”, según explicó Romero.Y sí, este fue el final de un domingo apostoleño en el que una plaza se vistió de moda, pero seguramente no será el último, porque Juan ya está imaginando un nuevo desfile, para antes de fin de año.AbeneficioJuan Manuel Romero sueña sus desfiles, la pasarela, la ubicación del público, la salida de los modelos, todo está pensado para que nada quede librado al azar y, cuando todo termina, él se lleva la satisfacción de sentir el reconocimiento del público y el saberse pleno al haber enfrentado con éxito un desafío más.Para él no hay beneficios económicos y, así como alguna vez llevó todo el glamour de un gran desfile al maravilloso monumento al general Manuel Belgrano, en pos de abrigos para los más necesitados, o al Club Argentino Ucraniano, para que se puedan efectuar los arreglos que el espacio necesitaba, esta vez lo hizo para ayudar a los estudiantes a lograr su fiesta.Y ya lo dijo en alguna oportunidad, hace quince años que dedica su tiempo a organizar desfiles, la primera vez a beneficio de la fundación “Pequeño Mundo” y sí, el fin importa, pero él le pone siempre la misma garra, el mismo entusiasmo y, por sobre todo, pasión, un condimento que se refleja en espectáculos de primerísima calidad.