POSADAS. El equipo Cáritas Diocesana de esta ciudad, con el padre Alberto Barros a la cabeza, manifestó su preocupación por “el brutal asesinato de la joven madre Horacelia Marasca, víctima de un aberrante femicidio” y, a través de un comunicado, llamó a la sociedad “a tomar mayor conciencia de este drama y a terminar con este flagelo criminal”.“Pedimos a todos luchar juntos contra el silencio que puede llevar a la muerte. Estamos obligados por el amor y la justicia a ser la voz de tantas mujeres que viven en silencio la violencia física, psicológica o espiritual ejercida por novios, esposos o parejas. Su silencio, muchas veces, es el fruto del miedo, el terror y la desesperación”, sentenció la misiva.Horacelia Marasca, de 16 años, fue hallada descuartizada y el único sospechoso es su pareja de 32 años. El hecho criminal, sin precedentes en la historia policíaca misionera, causó estupor en la sociedad y, al respecto, el equipo de Cáritas consideró que las mujeres víctimas de violencia “necesitan recuperar su voz, que se las aliente a denunciar su calvario, que muchas veces es también el de sus hijos. Pedimos que familiares, vecinos y cualquiera que sea testigo quiebren los silencios de la indiferencia, de la comodidad o del ‘no te metas’: pueden terminar siendo cómplices de esa violencia y de la muerte”.En el comunicado, exhortaron a las “autoridades policiales, judiciales y a los organismos del Estado dedicados a trabajar en la prevención de la violencia de género y en el acompañamiento de sus víctimas, que pongan lo mejor de sus recursos en el cumplimiento de esta tarea y todo su esfuerzo para defender a toda potencial o real víctima de violencia”.A su vez, “pedimos a todos los equipos de Cáritas y a cada una de sus comunidades parroquiales, que acrecienten su esfuerzo para prestar el oído y la voz a cada mujer víctima de violencia, que las ayuden a denunciar y las acompañen con todo el cuidado y cariño que merecen, venciendo la tentación del silencio y la indiferencia”. Por último, “pedimos perdón a todas las víctimas de violencia de género, especialmente mujeres, por todas las veces en que como sociedad, con nuestros silencios, comodidades, justificaciones culturales machistas e indiferencias, fuimos cómplices del dolor que han sufrido y sufren”.
Discussion about this post