Un dicho dice: “Nadie ama a su patria por ser la más grande, la más rica o la más avanzada, sino porque es la suya”, pertenecer es ser parte de ese algo o alguien, es estar acompañado y no solo, es sentir que aunque las cosas vayan mal y caigan “hierros de punta”, voy a tener un “palenque donde rascarme” o alguien a quien acudir.Desde los inicios el hombre entendió que le convenía vivir en sociedad, formando grupos y comunidades para obtener mejor rendimiento en el trabajo, en la recreación y en la seguridad personal, pues mientras unos duermen otros vigilan.El agruparse o sentido “Pro-social” produjo un sentimiento raro, poco claro pero muy importante, que es el nivel de unión o pertenencia al grupo, que une al grupo para que sea más compacto.El “Sentido de Pertenencia” es sentir que formamos parte de un grupo, una sociedad o una institución. El primer grupo del cual formamos parte es “nuestra familia”, ella es la más importante compañía en nuestro crecimiento inicial y nos auxilia en las épocas difíciles amortiguando golpes y calmando las heridas, aunque con sorpresas, ya que a veces aquellos parientes considerados “alejados o poco simpáticos” aparecen en nuestra ayuda.Nuestra familia nos provee el más fuerte “sentido de pertenencia” para toda la vida, luego aparecerán otros grupos como los amigos del barrio o de la escuela, grupos de scouts, parroquiales, de deportes, etc.La familia está constituida por gente como nosotros con iguales defectos y bondades, existiendo lazos más firmes como los de padres e hijos y otros más laxos como entre primos.El lazo de sangre familiar es muy fuerte y me obliga a respetar a todos los miembros, a protegerlos, a cuidarlos y darles mi apoyo. Al movernos de un lado a otro, lo primero que nos preguntamos es “¿qué familiar vive allí adonde vamos?”.Cuando trabajé en el Chaco en las comunidades de indígenas tobas y matacos, si alguien debía internarse por enfermedad lejos de su casa, lo hacía con el grupo familiar.Ser fiel a una familia u organización cumpliendo con sus normas de convivencia, da a cada miembro identidad y seguridad, elevando una sensación de pertenencia. ¡Pero!… también hay familias delictivas, donde casi todos los miembros producen crímenes. Se ven habitualmente en México y en Argentina existió “El Clan Puccio” (década del 80) que secuestró y asesinó a varios empresarios para cobrar recompensa.Cada sociedad tiene grupos para “todos los gustos” a los cuales pertenecer, ellos variarán según la edad, los deseos, las necesidades, las experiencias, el espacio geográfico y la historia.Cada grupo crea sus propias reglas internas, tiene su historia, su organización, y desarrolla sus creencias, su propio arte en base a sus seres creativos e imaginativos, a lo que llamamos Cultura y Tradición.En Leandro N. Alem, Misiones se organiza anualmente la “Fiesta de la Navidad” con la ornamentación de la ciudad y la presentación de números artísticos, siendo para toda la población un orgullo, reforzando el “sentido de pertenencia” y el deseo de formar parte y colaborar.Con un “sentido de pertenencia y satisfacción” elevado edificaremos un mejor ambiente para vivir, valorando cada vez más nuestros logros y cuidando nuestro medio ambiente pues nos ayudará a cumplir nuestras metas.Por el contrario si nuestro medio ambiente está desordenado, caótico, violento e impredecible, nuestro aporte se irá deteriorando pues no encontraremos el eco suficiente para desarrollar nuestros ideales.La falta de sentido de pertenencia, como le sucede a aquel que se ha mudado muchas veces desde su infancia, a culturas o países diferentes, genera inestabilidad, carencia de historia común, falta de confianza y autoestima, incapacidad para expresar afecto, frustración y además tendrá desconfianza e inseguridad para crear lazos afectivos, por temor a las futuras despedidas.La vida de estos seres se va transformando en un sinfín de fragmentos de historias sin continuidad entre ellas, y mientras más nómade o itinerante sea su vida menos sentido de pertenencia a un lugar habrá, lo que sí tendrán es un alto apego a la familia con la cual comparte sus mudanzas También existen las pandillas, patotas, bandas, mafias o grupos criminales, locales o transnacionales, funcionando en diversos países, cuyo objetivo es el narcotráfico, el robo, la extorsión, el secuestro y el asesinato.Cada ciudad tiene sus pandillas, algunas nacen por la agrupación de desvalidos y excluidos reemplazando su falta de familia, como los niños pobres y huérfanos de Londres que originaron las pandillas de carteristas, a principios del siglo 19.Grupos de jóvenes latinoamericanos llamaron “Mara” a las pandillas que se estaban gestando, tomando de la palabra “Marabunta” una especie de hormigas amazónicas migratorias que arrasan con toda la vida que encuentran a su paso cuando se trasladan.Las Maras son pandillas criminales transnacionales encontrándose a lo largo de toda América, formadas por excluidos como deportados, pobres, huérfanos, la mayoría centroamericanos, la más grande es la “Mara Salvatrucha MS-13” con más de 70.000 miembros. Además de “asociaciones” para delinquir como las pandillas, hay otras para hacer el bien o asociaciones de ayuda, otras para agredir y guerrear como los ejércitos, otras para descansar como las de turismo, otras para el trabajo como asociaciones gremiales y otras para apoyar la salud como asociaciones hospitalarias. Hay grupos temporales como los de autoayuda contra la obesidad o las adicciones, otros son permanentes como las familias, grupos para hacer deportes o política, grupos espirituales.Hay grupos para buscar pareja, que recomiendan buscarla en el país en que se vive, “Ni de Madrid ni de París, sino del sitio en que vivís…”, pues de esta forma tienen una cantidad de coincidencias en el sentido de pertenencia.Lo importante es que al formar parte de estos grupos uno defiende la ideología del mismo, colabora en su edificación, obteniendo seguridad y edificando así nuestra autoestima.Adhiriendo a estos grupos o instituciones tomamos ciertas responsabilidades, participando activamente en su desarrollo, hay respeto y mayor afinidad con los miembros integrantes, se respetan sus símbolos como bandera, escudo, escarapela o uniforme; como sucede en “el club de leones”.El compartir con otros estas “ideas y prácticas” comunes nos hace sentir bien, como cuando lucimos nuestra escarapela celeste y blanca, o cantamos el Himno Nacional, o recordamos a San Martín y al “Chacho” Peñaloza. Nosotros con nuestras actividades buscamos y deseamos el “sentido de pertenencia”, por eso formamos grupos, asociaciones y organizaciones, las que impregnamos y nos impregnan de valores, virtudes y defectos.¡Solamente debemos encontrar el grupo adecuado!Por J.L. Bazán – MédicoDeseo tu opinión: [email protected]
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