Ella se sentía agobiada… sentía que lo tenía todo, pero no era feliz. Buscaba hacer algo para cambiar eso que sentía, pero no tenía idea por dónde empezar. Un día lee algo que decía: “Donde está tu atención- energía estás creando tu vida – Taller de Feng-Shui”, le llamó la atención y consultó, preguntó todo lo que necesitaba saber y se decidió a hacer el curso.En el taller escuchaba atentamente lo que le enseñaban, se estaba conectando con lo que escuchaba. La maestra les habló del área de K´an: la profesión- el viaje. Les decía que esa casa nos habla de lo que venimos a dar en nuestras vidas de nuestro “don”, lo que nos resulta natural hacer y nos hace felices… A ella le brillaban los ojitos mientras su mente se iba a su oficina donde trabajaba con su padre, pensaba que quería dejar de trabajar allí, pues lo hacía porque le dijeron que lo hiciera, pero no sentía que era lo que le gustaba: “¿Qué es lo que me gustaría hacer a mí?”, en cuando se preguntó esto… la maestra dijo: “puede ser que no sepan qué es lo que vienen a hacer, que no se sientan claras en eso”. Y siguió, “cuando nos metamos más profundo en k´an y en el área de Li: la Iluminación – la clara visión, podrán darse cuenta de ello. A veces, cuando tenemos un problema… es cuando sólo estás con un problema, en lugar de pensar en él que surge la mayor perspicacia. Eso se debe a que Ser es un estado de conciencia”. Ah, ¡que bueno! Pensó y decidió no pensar más sobre el tema.Llegó el día de la clase de K’an: la profesión -el trabajo -el viaje, la maestra les decía primero vamos a profundizar dentro nuestro, escuchar a nuestro corazón, cerraron los ojos y se metieron profundo allí. Después de unos minutos pregunta: “¿Qué les hace latir fuerte el corazón…?”, “¿qué es lo que les sale naturalmente?”, “¿qué les gusta hacer y les hace felices?”, “¿cuál es tu don o dones, y lo haces?”. Ella se quedó sintiendo cada palabra, cada una de ellas sintió latir fuerte su corazón y escucharon dentro de ellas, “donde pones tu atención-energía estás creando tu vida”. Se le prendió la lamparita y cuando se incorporó de su meditación se escribió a ella misma unas cuantas cosas sobre lo que acababa de sentir tan claro. Una de las cosas era que confiara en ella misma, que no era una pavada lo que quería hacer con su vida, que era lo que siempre se juzgaba desde su sistema de creencias. Ella se dio cuenta que quería dedicarse a lo que le apasiona: ser diseñadora; hasta ahí se sentía feliz, se sentía clara llena de energía… pero cuando pensó cómo decirle eso a su padre se quedó triste y decidió exponerlo en la clase. Dijo: “Me siento muy feliz de darme cuenta que es lo que ahora anhelo ser, sé que quiero ser diseñadora, pero cuando pienso en decirle a mi papá me siento muy mal”. La maestra le dijo: “Cada día, temprano a la mañana medita y visualízate a vos misma que hablas con tu padre y le decís desde tu corazón tu verdad”. Ella se sintió tranquila con eso que escuchó y dijo: “Sí, así lo haré”. Meditó eso durante toda la semana, se veía a ella hablándole tranquila a su padre sin miedo, con total confianza… Cuando llegó ese día al taller estaba feliz. Después de meditar la maestra le preguntó y… ¿cómo te fue? Ella la miró con una gran sonrisa y contó: “Estaba en mi oficina sentada tomando coraje para ir a decirle cuando mi papá entra y me dice: hija quiero que seas feliz, si no te sientes bien trabajando acá te vamos a ayudar en lo que necesites…”. La clase quedó sorprendida por tan claro enfoque y porque tan rápido se materializó; había pasado una semana desde que ella se aclaró. La maestra se alegró tanto y les dijo: “Cuando están claras y confían en ustedes, el universo entero se alinea para serviles”.Hasta la próxima experiencia real.Colabora: Sandra De MarchiDiseñadora Interior / Asesora en Feng-Shuitel: 44-25987 face: Sandra De Marchi
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