La Asociación Maderera Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap), advirtió que el sector foresto-industrial misionero está atravesando una grave crisis debido a factores como la falta de competitividad del sector y el atraso en los pagos de Aportes no Reintegrables de la Ley 25.080 de Promoción de los Bosques Cultivados (prorrogada por la Ley 26.432).La crisis mundial iniciada en 2008 en los Estados Unidos y que contagió a otras economías mundiales, afectaron seriamente las exportaciones de madera de pino aserrada argentina, señaló la entidad empresaria en un documento al que accedió ECO Y AGRO en exclusiva.A partir del 2011, y a pesar de una recuperación de las exportaciones de madera a nivel mundial, las mismas nuevamente se vieron disminuidas, reduciendo su volumen a la mitad en 2014, ya que pasaron de 343,1 millones de dólares valores FOB a 170,6 millones.Lo que más preocupa es que se continúa advirtiendo una caída de las exportaciones en este año 2015, producto principalmente de factores tales como un dólar atrasado, altos costos logísticos, impositivos y laborales, retenciones aduaneras, entre otros, que le restan competitividad comercial, en especial si nos comparamos con países vecinos como Brasil, Chile y Uruguay, quienes compiten en los mismos mercados que la Argentina.La devaluación del Real brasileño en el curso del 2015, es otro de los factores que se han sumado en los últimos tiempos, a esta seguidilla de inconvenientes que afectan a nuestra actividad. Estos factores antes mencionados, impactaron seriamente en el precio de la madera de pino, la principal especie cultivada de la región, afectando tanto a las industrias como a los productores.En términos de cuantificar la pérdida de competitividad del sector misionero, en el 2008 con una hectárea de pino cosechada, un productor plantaba 7 has, al 2015 por la caída de precios y el aumento de costos, esta relación es de sólo 3 a 1. Además, hay que aclarar que el productor debe vivir con lo producido de esa tala rasa, no solo replantar.A esto debe agregarse la caída de la inversión industrial, por el difícil acceso al financiamiento, tanto por tasas casi usurarias, como por elevados requerimientos en garantías, (el parque industrial y tecnológico de los aserraderos de Misiones tiene aproximadamente unos 25 años en promedio y en algún momento deberá ser renovado, para poder seguir siendo competitivo a nivel regional y mundial).A su vez, el sistema impositivo no logra alentar a quienes pueden invertir, con aplicaciones como el impuesto a los sellos sobre créditos y bienes de capital, alícuotas de IIBB que son de las más altas del país, y como única provincia en el país, impone el “2,5 % de IIBB a las exportaciones”. Esto, sumado a los problemas anteriormente mencionados, ha sido un coctel realmente nocivo para la inversión en la foresto-industria en los últimos años. A esta coyuntura negativa, se suma que durante tres años consecutivos el Gobierno Nacional asignó un monto de únicamente 100 millones de pesos, para afrontar los planes de pequeños y medianos reforestadores comprendidos en la Ley 25.080, una cifra insuficiente para atender la cantidad de planes aprobados y en proceso de aprobación. Esto ha provocado un enorme desincentivo en los productores forestales, quienes estarían cosechando más de lo que plantan, provocando una reducción en el patrimonio forestal provincial. Este dato se ve reflejado también en la demanda de plantines de los viveros, que vieron disminuidos los pedidos de sus clientes en cantidades realmente importantes, llevando al cierre de muchos establecimientos que se dedicaban al rubro. A nivel País, existe el Plan Estratégico Agroalimentario 2020 del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, cuyo objetivo es lograr una superficie de 2 millones de hectáreas forestadas a nivel nacional. Sin embargo, este Plan está lejos de concretarse, siendo que al año 2015 recién tenemos cumplido con algo más de un 50% de ese objetivo, el cual no es algo nuevo, ya había sido planteado por la misma Ley 25.080 de Promoción Forestal desde sus inicios.Actualmente, hay planes forestales de pequeños y medianos productores, por unos 125 millones de pesos aprobados en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación; que por falta de fondos de dicha entidad de aplicación, no se alcanza a dar respuesta al 100 % de los planes aprobados, e impacta seriamente en las economías regionales, el monto necesario para cubrir los planes pendientes de pago, más los de este año, es de unos 400 millones de pesos. En general, la totalidad de planes están retrasados en sus fechas de pago, más de 2 años en promedio, y el valor no se actualiza de acuerdo a la inflación que sufre el país.Por otra parte, las opciones que tienen actualmente las Pymes, para realizar las entregas de los raleos (primeras cosechas parciales de las forestaciones) son pocas, y el gran volumen de consumo de estos productos esta en manos de no más de 3 ó 4 fábricas en toda la Mesopotamia, lo cual termina afectando buena parte del valor de las forestaciones, por existir actualmente más oferta que demanda en esta categoría de materia prima (el raleo).Es por ello que requerimos más inversiones en el sector industrial, para ampliar la cantidad de compradores y variedad de mercados en los que se compite, evitando el “monopsonio” actual, y poder colocar sin inconvenientes ese volumen forestal disponible, y poder así seguir promoviendo, desde la perspectiva de la demanda, la plantación de más hectáreas y crecer en patrimonio forestal.La foresto-industria representa en Misiones alrededor del 50% del Producto Bruto Geográfico, y es uno de los principales dadores de trabajo registrado y digno a los misioneros, brindando empleo a más de 22 mil personas de manera directa y genera unos 40 mil empleos indirectos.Amayadap entiende, que es necesario articular urgentes políticas entre el estado Nacional y el provincial, para hacer rentable el negocio, incentivar la producción garantizar y promover el empleo en toda la región. Los empresarios forestales estamos dispuestos a aceptar el desafío y tratar de vencer los obstáculos que se nos presenten. Esperamos que las políticas de corto plazo que siempre son tan nocivas para la actividad, no tapen el fabuloso monte que esta detrás de los pocos árboles, que algunos no logran ver. Datos sobre el Contexto Nacional e Internacional• Brasil y Uruguay se encuentran invirtiendo fuertemente en la modernización y escalamiento de sus aserraderos e industrias celulósicas.• Solamente en el sector celulósico, Brasil y Uruguay han recibido en los últimos 10 años, inversiones por unos 10.000 millones de dólares.• El sector foresto-industrial representa a nivel nacional, alrededor del 1.5% del PBI Nacional y cuenta con alrededor de 1.100.000 hectáreas forestadas, de las cuales unas 850.000 se encuentran en la Mesopotamia.• Según La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima) existen actualmente unas 9.000 empresas Pymes industriales que generan unos 100.000 empleos en forma directa. Esto sin contar con los empleos del sector for
estal ni el sector celulósico.
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