Ya se transformó en un clásico en materia económica. La Argentina va para un lado, el resto de los países de la región recorren el camino opuesto.En el “vecindario” las distintas monedas se debilitan frente al dólar. En la Argentina se aprecia en términos reales. En otras naciones se ataca la inflación, aquí el Gobierno dice (o decía) que sus metas son de crecimiento. Así existen infinidad de ejemplos, como los beneficios que se ofrecen en otras tierras para seducir inversiones mientras que en el mercado interno se espantan con el cepo.Sin embargo y pese a todo, la mejora en un indicador ha llevado a la Argentina a un terreno más favorable respecto de sus pares de la región: el famoso y nunca bien ponderado “riesgo país”. En lo que va del año ha venido cayendo en forma sistemática, lo que se traduce en una menor sobretasa a la hora de emitir deuda. La referencia es que por cada 100 puntos que sube este indicador, el costo se incrementa un 1%. Por ejemplo, si una nación tiene un riesgo país de 500 puntos básicos (pb), deberá pagar 5% por encima del rendimiento que ofrecen los bonos de Estados Unidos, considerados libres de riesgo. En el vecindario, Ecuador y Brasil son los que hoy en día se encuentran más castigados. Los inversores consideran que son lugares riesgosos y entonces exigen un rendimiento mayor a la hora de comprar un bono. Argentina, en este último tiempo, se ha podido alejar de ellos y, por suerte, acercar a los que mejor “ranking”. Esto, a pesar de que su deuda sigue estando dentro del rango de “default” según las calificadoras de riesgo.Actualmente la nota es “Caa1” y junto con Venezuela presentan una “posición pobre” y están sujetos a un “riesgo de crédito muy alto”.Los abanderados son Chile y Perú que son los que hoy en día presentan las mejores calificaciones. Les siguen Colombia y Uruguay, todos ellos “Investment Grade”, categoría que hace poco perdió Brasil. Por cierto estas notas van cambiando, lo que hace que la “foto” de hoy de los mejores y peores sea distinta a la de, por ejemplo, diciembre pasado.A fines del 2014, el riesgo país argentino superaba los 700 pb. Es decir que para captar inversores tenía que ofrecer un 7% más que el rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. En el ranking se ubicaba como un país mucho más caro que Perú (130), Colombia (190), Uruguay (210) y Brasil (250 pb). Sólo era superada por Ecuador (880) y por la Venezuela de Maduro (2.400).Con el paso del tiempo, y a partir de determinadas circunstancias, el riesgo argentino cayó en forma significativa, mientras que el de los vecinos recorrió el camino inverso.El hecho más destacable es la reducción frente al brasileño: sólo en diez meses la diferencia entre ambos países pasó de los 470 puntos básicos a solo 77. El riesgo argentino comenzó a caer con más fuerza a partir del tercer trimestre, a raíz del interés de los inversores en los bonos soberanos.Esta tendencia se incrementó a partir de los resultados que arrojaron las primarias de agosto y, aun más, por los de la primera vuelta electoral. Como contrapartida, el de Brasil se vio claramente afectado por el empeoramiento de las condiciones económicas, que produjo la salida masiva de capitales y una acentuada devaluación del real frente al dólar. En menor medida, este escenario adverso también se replicó en el resto de las naciones, en las que también se depreciaron las monedas y encendieron una luz de alerta en los inversores globales. Bono por bono: los resultados a la vistaEl riesgo país se conforma a partir de los rendimientos de los bonos con mayor volumen de emisión en cada nación. En la gran mayoría de los casos, los resultados van en la misma dirección: una marcada reducción del rendimiento en la tasa de estos títulos.La franja va desde un mínimo del 1% entre diciembre y octubre (Bonar 2024) a un máximo de 2,8 puntos porcentuales (Discount con ley Nueva York).Más allá de los títulos que aparecen en el cuadro anterior, merece destacarse lo sucedido con el Bonar 2020: a principios de octubre se colocó al 9,4% y ya en la actualidad rinde dos puntos menos. Esta marcada caída también se vio reflejada en los papeles emitidos por la Ciudad de Buenos Aires y por las provincias. Los bonos que más redujeron su tipos de interés han sido:• El de Provincia de Buenos Aires que vence en 2017, que pasó del 14% al 6,9%.• El de Córdoba 2017, que descendió del 16,7% hasta el 10%.Con este nuevo escenario, los títulos provinciales en dólares más representativos presentan una tasa de retorno promedio del 8,2%, frente al 11,6% con la que terminaron el año pasado. El factor clave que determinó esta marcada reducción se ha vinculado con el aumento de los precios en el mercado secundario.En tal sentido, las bajas de los rendimientos son el reflejo de lo sucedido en materia de precios. En este sentido, no sorprende que los que más avanzaron en el período hayan sido el Global 2017 y el Discount, que ganaron más del 40% en solo diez meses. El efecto de la baja en el mercadoAun habiéndose reducido, los rendimientos de los títulos locales siguen siendo más elevados que los de otros territorios. Claudio Loser, ex director del Hemisferio Occidental del FMI, afirma que “las tasas de interés de entre 8% y 9% que paga la Argentina son del nivel de los bonos basura y de los préstamos buitre, a los que presuntamente se opone con vehemencia el Gobierno”.En cuanto a la deuda del sector privado, el recorrido fue exactamente el inverso. En diciembre de 2014 el promedio para las compañías más representativas rondaba el 6,5%, mientras que hoy día es dos puntos más alta, convergiendo al rendimiento de los bonos oficiales.Ante esta circunstancia, no es casual que varios bancos de inversión estén ofreciendo canjes de deuda a las empresas argentinas que tienen vencimientos a corto plazo. Quienes están a la cabeza de estos ofrecimientos son el JP Morgan y el Santander, bajo la premisa de que existen nuevas oportunidades de emisión en el mercado internacional.Su oferta se basa en la posibilidad de adelantarse a las turbulencias que podrían producirse en los primeros meses de la nueva administración. Una nota que ayudaLa mejora de las perspectivas para la deuda argentina dispuesta por la calificadora de riesgo Moody’s (pasó de “negativa” a “estable”) alienta la posibilidad de una mejora en los precios y la consecuente caída de los rendimientos. Según el último informe de la calificadora, Argentina era el único país de la región que mostraba esa perspectiva, a diferencia del resto que ya ostentaba la de “estable”. El argumento en que se basó Moody’s fue la “reducción en el riesgo de pérdida de los inversores, producto de los cambios en el clima político y de un nuevo gobierno que asumirá en diciembre”. Por cierto, la compañí
a tuvo en los últimos años una mirada muy crítica sobre la gestión K. Sin ir más lejos, hace poco sus analistas advirtieron que “las reservas del Banco Central sólo alcanzaban para sobrevivir hasta el 10 de diciembre”.Según Moody’s, sigue habiendo incertidumbre en relación con el tipo de políticas que implementará quien asuma. Sin embargo, el resultado electoral del 25 de octubre sugiere un apoyo mayor al previsto para un cambio, independientemente de quién resulte electo.Desde la agencia de riesgo interpretan que se ha reducido la probabilidad de ocurrencia de escenarios adversos, al tiempo que se han incrementado las chances de que el próximo Gobierno se acerque a los mercados de crédito externo, resuelva el problema con los holdout, reduzca el rojo fiscal y avance en una baja de la inflación.
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