Al llegar el invierno, de forma misteriosa, alguien le pone una bufanda a “El Matero”. Una escultura que desde el 2005 se convirtió en el atractivo turístico del paseo Bossetti, ubicado en pleno centro de la capital misionera. El hábito comenzó en 2008 y continúa siendo una práctica que se repite a lo largo de estos años. Construido en hierro forjado, representa la imagen de un hombre que está cebando mate y a la vez, observa a quienes transitan por calle Bolívar.“El Matero nunca sufrió un atentado. Y cuando empieza el frío alguien que no sabemos quién, le coloca una bufanda de colores y del tamaño del matero. A esa escultura se la adoptó y lo incorporamos como nuestro”, describió la historiadora Silvia Gómez. Para su creador, el artista Gerónimo Rodríguez tiene que ver con la identificación y apropiación que realizan las personas. “La gente se identifica con El Matero. Lo protegen, alguien que toma mate es misionero, es argentino y lo toman como propio, como del pueblo y por eso lo cuidan. La obra surgió como una forma de reflejar la cultural regional”. Y agregó “lo mismo con los murales que realicé, nunca lo agredieron, tampoco al El Guitarrista”. Nuestras costumbresEn diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Rodríguez señaló que la mayoría de sus obras muestra parte de nuestra historia. “Tomo características de la región, del lugar que hacen referencia a nuestras costumbres, raíces y forma de vida. Es lo que reflejamos y conocemos en las obras de arte”. Un ejemplo de ello es el mural en el Shopping, “es una semblanza de lo nuestro con las Cataratas, la vegetación y los animales. Refleja lo nuestro”.El artista nacido en Montecarlo fue el escultor de innumerables obras que brillan en distintos puntos de la provincia. Entre ellos: El Matero, Andrés Guacurarí, El guitarrista y la Virgen de la Candelaria. Esta última obra, fue encargada este año por dicho municipio para rememorar, de cierta manera, a una Virgen que existió en la época de los jesuitas. La obra que generó debates En diciembre de 2013, la estatua del prócer guaraní Andrés Guacurarí en la costanera generó múltiples debates en la comunidad. “Pero cada artista tiene sello personal, no es capricho, es inherente a cada artista porque expresa algo con su impronta, y eso se aplica en cada obra. Y a veces parece algo que no encaja con lo clásico y es rechazado por alguna persona que no comprende”, detalló Rodríguez. Y siguió “pero esto no hay que comprenderlo. Simplemente te gusta o no te gusta”. Se trata de una escultura de acero inoxidable de 15 metros de altura y con más de 2.50 metros hasta la punta de la lanza . La obra tiene una estructura interna de vigas metálicas soldadas a la base. “Es de carácter artístico monumental de estilo figurativo contemporanizado, con estilización, síntesis de la forma y rasgos geometrizados”, detalló su creador. Adopta una pose de piernas separadas con el apoyo de una lanza que le da un soporte de trípode a la escultura y una fuerte carga expresiva. El rostro en firme actitud defensiva y determinante refleja su carácter y las facciones características del guerrero nativo guaraní dejando entrever también el mestizaje de nuestra región. “Con una altura de su silueta y la expresión de su actitud unifica así características de la civilización del pasado histórico y del presente, con una proyección de libertad también en el futuro”.Un poco sobre RodríguezNació en enero de 1961 en Montecarlo donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Es profesor de dibujo y pintura egresado del Instituto Montoya. Expuso sus obras en forma individual y colectiva en diferentes localidades de la provincia, también en Corrientes, Formosa y Buenos Aires. Pero además, en Brasil, Paraguay y Ucrania.
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