Parece extraño pensar que con los miles de empleados, cientos de asesores, cientos de funcionarios (entre Educación y Transporte) en la provincia, no se pueda coordinar un accionar conjunto que permita obtener las bases de datos necesarias para la implementación urgente del Boleto Educativo Gratuito, sancionado en un hecho histórico por la Cámara de Representantes misionera, otorgando un derecho trascendental a los alumnos del sistema educativo público y privado.En un tiempo donde la informática ofrece sistemas de información rápidos, con la colaboración incluso de directores de los establecimientos, alumnos universitarios que motorizaron el reclamo del Boleto Educativo Misionero, se podría tener antes de la finalización de las clases un relevamiento, perfectible con la implementación del sistema.Sin embargo, la Subsecretaría de Transportes provincial, a cargo del ultra clossista Hermes Almirón, parece encerrarse para lamentarse. Y lo que resultará peor, es que nos lamentemos todos cuando llegue marzo y los alumnos no puedan hacer uso de un derecho.O que se generen esas largas y odiosas colas producto de la falta de planificación y la improvisación que ya son conocidas con la llegada de la tarjeta Sube, donde el nerviosismo aflore y la burocracia termine postergando el inicio del Boleto Educativo.En momentos donde parecen más concentrados en la campaña electoral que en disponer los recursos humanos para llegar a término con el boleto gratuito; el Estado volverá a “confiar” en los datos que generarán las propias empresas privadas las que -de acuerdo a los números que trasladen al Estado provincial-, cobrarán las millonarias partidas dispuestas en el proyecto de presupuesto 2016 para compensar los pasajes gratuitos de los niños y jóvenes.Mucho tiempo empresas como las del grupo Z dibujaron la cantidad de pasajeros que transportaban hasta que apareció la Sube (que no garantiza la total transparencia sin el controlador fiscal); mediante la cual lograron hacerse de subsidios nacionales, provinciales y municipales millonarios y para justificar los constantes boletazos que acordaron con Almirón en contra de los bolsillos de los usuarios.
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