Luego de describir el viaje del héroe, tras mucho decir y transitar entre la más elevada luz y la más profunda oscuridad… viene la pregunta del millón: ¿qué es Yoga? Te propongo empezar por lo que No es: No es religión. Toda descripción que hagamos no encaja en la definición tradicional de una religión. Tampoco es una secta o ideología extraña que produzca despersonalización en incautos. Se originó en la India hace varios milenios como un sistema de perfeccionamiento físico, mental y espiritual, que en nuestra época adquirió características de universalidad.No es deporte. Su principio fundamental es Ahimsa, inofensividad, no violencia, aleja toda forma de competición o rivalidad y establece sustanciales diferencias entre Yoga y deporte, si bien actualmente sus técnicas psicofísicas resultan beneficiosas para todos los deportistas.No es gimnasia. Sus técnicas físicas o psicofisiológicas tienen características y propósitos diferentes y representan una octava parte del proceso total, pero también hoy enriquecen el mundo de la gimnasia y las artes corporales.No es arte marcial, por su mismo principio de inofensividad y su elevado propósito ulterior, aunque también puede beneficiar notablemente a sus practicantes con las técnicas mencionadas.No es buscar, apoyándose en esas técnicas, el despertar o la obtención de poderes personales extraordinarios o inhabituales, porque el desconocimiento, la charlatanería o las promociones interesadas pueden crear un entorno cargado de mitos y exageraciones. Lo cierto es que el Yoga nos conduce hacia una actitud ante la vida libre de prejuicios y neuróticas autoexigencias, enseñándonos a vivir el momento, a amar más el proceso que el resultado, sin que nos esclavicen los posibles logros y sintiendo que la meta se encuentra en el propio camino.No es un exclusivo culto al cuerpo ni un conjunto de complicadas formas gimnásticas reservadas a unos pocos jóvenes flexibles, lo que implicaría alimentar al “ego” y fomentar una competición de mejores y peores que nada tiene que ver con el Yoga. Nuestra disciplina se caracteriza por la aceptación del propio cuerpo en el punto de partida en que cada uno se encuentra -asumiendo que todos tenemos limitaciones-, ofreciéndole un cuidado amoroso con el propósito de mantenerlo sano y saludable, sin ansiedad ni tensión, como medio necesario para el logro de la armonía y el equilibrio integral de la persona.No es privación, ni mortificación ni “pasotismo” indiferente donde todo da igual. Nuestra práctica nos procura el desarrollo y mejoramiento global, nos propone estar muy despiertos, en conciencia ecuánime de la realidad del aquí y ahora en cualquier lugar o situación, satisfechos, dichosos, desapegados y serenos. Namasté.Colabora: Ana LabordeProfesora de [email protected]
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