La pérdida de competitividad de las economías regionales a causa del atraso cambiario se muestra actualmente con particular gravedad en el complejo frutícola de la región Patagónica, donde la última cosecha de peras y manzanas no se pudo, prácticamente, sacar al mercado. El cuadro de crisis de este tradicional sector exportador llevó al Gobierno a reimplantar por decreto los reembolsos a las exportaciones por puertos del sur, medida reciente que tendría un "importante impacto en la producción provincial", según el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck.La aplicación de un reembolso del 8%, con una duración preestablecida de cinco años, se propone como un incentivo concreto a las exportaciones de la región Sur, reduciendo las desventajas de ésta respecto a los sectores más dinámicos, asentados en las provincias centrales. La decisión resulta tardía aunque también es muestra de una saludable flexibilización de la política seguida hasta el momento por el Gobierno frente al sector exportador, que no supo llegar a tiempo con soluciones aplicables a la mayoría de los complejos productivos, los cuales desde 2011 a esta parte reclaman correcciones que restablezcan la competitividad.Por ello, para la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), que advirtió este lunes sobre una caída persistente de las exportaciones regionales en los últimos 20 meses, la reinstalación de los reembolsos en el Sur no es más que "un paliativo" en lugar del cual se necesita profundizar la "competitividad sistémica". El contexto electoral distorsiona el sano debate al que se debe apostar para resolver la coyuntura crítica en las economías regionales, respetando a la vez el orden macroeconómico y la salud de la economía real. Se necesita de un enfoque a la vez sistémico y particularizado, que contemple las fuertes asimetrías regionales. Las medidas directas hacia el sector, además, no pueden desligarse de la situación del productor primario y el consumidor.
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