En pocos segundos el delito absurdo atravesó la ironía y se llevó la vida de un joven de 18 años, un aprendiz de albañil, preocupado por ayudar a su madre y compartir su tiempo libre con amigos. Ernesto Fabián Zedro fue asesinado por un teléfono celular y la camiseta de su pasión, Boca Juniors, en la calle, frente a un espacio verde de la manzana 56 del complejo habitacional, y de una sola, pero precisa, estocada en el estómago.Un adolescente de quince años y con antecedentes por delitos contra la propiedad y que atemoriza al barrio arrebatando cualquier elemento de valor, fue detenido por el hecho y alojado en la Unidad Penal IV por orden de la jueza Correccional y de Menores, Marcela Leiva.Kevin, domiciliado a 200 metros del hogar de Zedro, fue atrapado sentado frente a la casa de un amigo diez horas después haber cometido, presuntamente, el crimen.Ernesto Zedro a las 21 del lunes fue invitado a tomar tereré con un amigo. Fueron juntos a comprar un jugo en sobre a la despensa y se cruzaron con el menor que le pidió lo dejara escuchar música con el celular que hacía dos semanas se había comprado con el dinero del laburo de asistir a su cuñado constructor. La víctima conocía las andanzas de Kevin, pero no se opuso a su solicitud y le prestó el teléfono. No estimó que sería el desencadenante de su trágico final. Kevin se habría negado a devolvérselo, enfureció ante la exigencia de su vecino y le arrojó la bicicleta contra el rostro, propinándole detrás la puñalada, que lo dejó tendido en el pasto hasta fallecer en pocos segundos. Los instantes siguientes fueron de desesperación por buscar ayuda para Zedro y la rauda desaparición del lugar de Kevin, quien no se conformó con huir con el celular del herido, también le quitó la camiseta de Boca, y pedaleó hacia su casa sin ser vuelto a ver, hasta que investigadores de la Dirección Homicidios, lo sorprendieron en Itaembé Miní, frente la casa de otro menor, que no tendría vinculación con el hecho.A la par de la confirmación de su aprehensión, trascendieron antecedentes de robos que habría protagonizado el mismo menor, con tres detenciones durante el 2014, arrebatos callejeros y "cobro de peaje" en la zona. Se trataría de un menor judicializado, adicto a las drogas y hundido en la marginalidad de la violencia y pobreza, que no reconoce límites ni códigos con sus vecinos.La noticia sacudió el barrio, y debieron intervenir agentes especializados de la Infantería de Policía, ante la amenaza de quemar la vivienda de Kevin, sin importar la presencia del resto de los familiares del sospechoso. Se manifestaron hartos por lo sucedido y, algunos de los conocidos de Zedro, hasta habrían jurado vengar su muerte si no les satisfacía la respuesta de la Justicia.Tras la autopsia y los primeros informes sobre el deceso, el cuerpo de Ernesto fue entregado para que sus cinco hermanos mayores y sus padres lo velen en el barrio San Jorge, en la pobre vivienda donde se crió hasta hace dos meses que a su madre, Norma Beatriz García le otorgaron la morada en San Isidro. También fueron secuestrados elementos en la vivienda de Kevin: una bicicleta playera, ojotas y un celular que no se pudo establecer hasta el momento si era el de Zedro.En el lugar donde fue descubierto el presunto agresor, también se halló un cuchillo que será peritado para determinar si fue el arma homicida. Por lo pronto, por la profundidad de la herida y cicatriz se trataría del elemento utilizado, una hoja doble filo de quince centímetros de longitud. "No molestaba a nadie"Ramona Zedro, hermana de Ernesto, tomó la posta ayer en su defensa. Era la única con fuerzas suficientes para relatar a PRIMERA EDICIÓN sobre la inocencia del joven asesinado. "No molestaba a nadie, estaba aprendiendo a trabajar como ayudante de mi marido en la construcción, hoy (por ayer) iban a terminar un techo. Ernesto estaba contento porque estaba con su madre, podía ahorrar unos pesos y comprarse cosas". "El teléfono lo tenía hace poco, era nuevo, con línea a su nombre, lo usaba para escuchar y bajar música mientras tomaba tereré con sus amigos (…) No se metía nunca en ningún problema y no entendemos por qué lo mató de esa manera, era un buen chico. Ahora sólo esperamos que por ser menor (el presunto homicida) la Justicia no lo largue, es lo que quieren los vecinos también, nadie quiere más violencia".
Discussion about this post