La falta de alumbrado público es el principal motivo de las frecuentes quejas de los vecinos del barrio Fátima de Garupá. Un reclamo que realizan, según explicaron, desde hace tres años con incontables llamadas telefónicas y más de nueve notas presentadas ante la empresa Electricidad de Misiones Sociedad Anónima (Emsa). “Siempre pidiendo lo mismo: iluminación en la plaza ubicada frente a la Escuela BOP 86. Pero nada, y sentimos que nos discriminan, que fuimos olvidados”, explicó Oscar Martínez, residente en el barrio Fátima. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Martínez precisó que hay 1.450 viviendas en la zona y “no tener el servicio de alumbrado público nos hace pensar que somos discriminados por ser relocalizados”.De acuerdo a Martínez, la situación llevó, en los últimos días, a que los vecinos se autoconvocaran y decidieran realizar el reclamo, esta vez, frente a Emsa. “Esta semana vamos a hacer una movilización los vecinos en casa central de Emsa, Ayacucho y La Rioja. Lo hacemos porque no nos atienden. Y somos un barrio grande por eso no entendemos porqué nos ignoran si es un servicio que pagamos todos”.En lista de espera Oscar Martínez detalló que en cada reclamo obtienen una misma respuesta: “Nos dicen que estamos en lista de espera. Pero no puede ser que desde hace tres años nos tengan en espera. Algo pasa”. A la vez agregó que en la plaza son solamente “un par de foquitos los que necesitamos para que la gente pueda circular sin peligro. Pedimos el arreglo del tendido eléctrico todos los vecinos”.Por otro lado indicó que durante el día “los pocos focos que quedan permanecen encendidos desde hace tres años, y a medida que se queman no son reparados. Pedimos el uso racional por parte de la misma empresa”, solicitó Martínez. Y siguió “por ello vamos a manifestarnos frente a Emsa y de ser necesario, a pedir la renuncia del coordinador de la zona Garupá”.No duermen tranquilos La falta de iluminación en la vía pública, aseguraron los residentes, generó un importante aumento de los episodios de inseguridad.“La oscuridad da lugar a que los rateros se instalen y nos roben. Por lo que también somos perjudicados de ese modo. Todos los días un vecino sufre un acto de inseguridad. No se duerme tranquilo porque entre las 1 y 4 de la madrugada, seguro te asaltan. Entran a las casas, roban garrafas, cocinas, todo. No se puede dormir tranquilo”, puntualizó Martínez. Desconectados Martínez agregó, además, que desde hace diez años reclaman la conexión del servicio de cable e Internet en el barrio. Sin embargo, el pedido sigue siendo una materia pendiente. “Se pidió por nota al intendente de Garupá, pero nada. No hay Internet, no ingresan por una cuestión geográfica, según nos dijeron. Estamos en pleno siglo XXI y no tenemos Internet. Los chicos salen hasta la ruta a buscar Wi-fi. Sinceramente, nos tienen olvidados, apartados de todo”.
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