Nuevos y más modernos equipamientos, sumados al perfeccionamiento de las técnicas por parte de los cardioangiólogos intervencionistas, han permitido incrementar los beneficios del cateterismo y disminuir considerablemente la cantidad de amputaciones.El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) informó que la utilización de técnicas de cateterismo para recuperar el flujo perdido en los casos de ‘pie diabético’, una de las manifestaciones clínicas más graves de la diabetes como enfermedad sistémica, ha alcanzado un nivel de éxito superior al 80 por ciento, resolviendo infecciones, curando úlceras y, muchas veces, evitando las amputaciones.El pie diabético es una afección caracterizada por infección, ulceración o destrucción de los tejidos en las extremidades inferiores, que afecta a pacientes con diabetes no tratados adecuadamente. Se origina por una enfermedad en las arterias pequeñas de los miembros inferiores, sumada a la pérdida de sensibilidad (neuropatía) y a dificultades en la cicatrización, lo que produce un cuadro de irrigación sanguínea insuficiente que genera lesiones que se agrandan, pudiendo presentar infecciones, úlceras y gangrenas. Es importante tener en cuenta que las complicaciones derivadas de la diabetes, entre las que se encuentra el pie diabético, constituyen la principal causa de amputación no traumática en el mundo.Hasta hace apenas una década, al tratamiento farmacológico inicial, con el que suelen presentar muy poca mejoría, se le sumaba la cirugía de by-pass, similar a la coronaria, con la complejidad adicional del escaso tamaño de las arterias de los miembros inferiores, lo que dificultaba el procedimiento y le otorgaba resultados muy limitados, generalmente restringidos a aquellos pacientes en los que las arterias afectadas presentaran un calibre considerable y la obstrucción fuera localizada. Sin embargo, en los últimos años, con el desarrollo del cateterismo, están pudiendo resolverse con éxito y en forma mínimamente invasiva casos de pie diabético caracterizados por obstrucciones en arterias de muy pequeño calibre.En cuanto a los signos que pueden indicar la presencia de pie diabético, “en los estadios más avanzados se presenta dolor en reposo, lesiones en los tejidos, úlceras, trastornos en la coloración y, como última instancia, necrosis”, manifestó Gustavo Tamashiro, Cardioangiólogo Intervencionista, miembro del CACI, agregando que “se les indica cateterismo a quienes tienen dolor en reposo y lesiones en los tejidos”.“Para el abordaje del pie diabético, hacen falta dos componentes: un correcto diagnóstico, identificando la lesión vascular más comprometida, el nivel de calcificación de las arterias y la extensión del compromiso vascular, y un correcto procedimiento de intervencionismo, cuyo objetivo será optimizar el flujo en al menos uno de los tres ejes vasculares existentes debajo de la rodilla”, sostuvo Daniel Mauro, Cardioangiólogo Intervencionista también del CACI.Cuando el procedimiento por intervencionismo logra mejorar o restablecer el flujo sanguíneo, esto permite aliviar el dolor, cicatrizar las úlceras, y en aquellos cuadros con gangrena avanzada en los que ya era necesario realizar una amputación, que ésta comprenda el menor territorio posible.Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación del año 2013, la Argentina presenta una prevalencia del 9,8 por ciento de diabetes en la población mayor de 18 años. Entre los principales factores de riesgo para desarrollar pie diabético, figuran tener diabetes, presentar alteraciones en los lípidos (colesterol y/o triglicéridos elevados), hipertensión, sedentarismo y ser tabaquista o ex tabaquista.Para la atención de un paciente con pie diabético que necesita una intervención por cateterismo, debe participar un equipo multidisciplinario compuesto por diabetólogos, clínicos, dermatólogos, podólogos y cardiangiólogos intervencionistas. El procedimiento se realiza con anestesia local y suele durar en promedio 90 minutos.Otra manifestación bastante extraordinaria, es la de grados importantes de obstrucción en miembros inferiores en pacientes no diabéticos, en los que pueden producirse ‘isquemias críticas del miembro’ y que generalmente corresponden a tabaquistas extremos.
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