En varios municipios misioneros, los ediles en funciones y que incluso dejarán la banca el próximo 10 de diciembre, se apuraron en tratar en comisión y aprobar el presupuesto para el año 2016.Esta situación, generó malestar especialmente en los alcaldes que iniciarán su gestión el mes que viene y deberán empezar “de cero” en materia de finanzas, sin conocer con profundidad el estado de las mismas. Con lo cual, lo más probable es que el presupuesto que el Concejo saliente aprobó, deberá ser modificado en los próximos meses, adecuado a la realidad económica que dejen los intendentes salientes y las planificaciones de obras y actividades que tenga el entrante.¿Por qué razón no se esperó un mes más para aprobar los presupuestos con la nueva conformación legislativa y Ejecutiva municipales electas el 25 de octubre? Tal vez sea por la mera ausencia de sentido común, de capacidad de diálogo y hasta de colaboración con los gobernantes proclamados.Porque aquí, no sirve la excusa del riesgo de no contar con la mayoría necesaria, cuando ya es conocido que en más de la mitad de los municipios, la oposición estará ausente o mínimamente representada por la distribución de bancas realizada por el Tribunal Electoral, objetada por los partidos de oposición con recursos ante el Superior Tribunal de Justicia.Los nuevos intendentes, deberían contar con la posibilidad de opinar, discutir y hasta pedir cambios en las partidas que consideren necesarios, para dar inicio a su mandato atendiendo otras prioridades que son demandadas por la sociedad, especialmente en materia de servicios y de obras urgentes.Sin embargo, en casos donde habrá recambio de jefes comunales (cabe recordar que los 75 municipios quedaron en manos del oficialismo gobernante); priman las internas y las diferencias entre lineas internas enfrentadas por la Ley de Lemas.
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