Estos días pasados estuvieron cargados de violencia, desolación, miedo, incertidumbre y algo de angustia. Desde las excusas religiosas hasta los mensajes en las redes respecto al acto eleccionario . No sólo hay violencia cuando matan, hay violencia cuando se emplean palabras agresivas, cuando se desprecia, cuando se obedece por miedo. Escucho personas convencidas que las guerras se terminan matando, que utilizan excusas religiosas para matar, que extorsionan, amenazan y siembran temor para ganar un voto.La violencia no se combate con más violencia, no existen tus muertos o mis muertos, no se puede justificar el acto de matar o extorsionar dependiendo de quién lo cometa.Les propongo hoy, que las malas acciones y formas de los demás no nos desanimen. Les propongo no sumarnos a las polarizaciones, que nuestros ojos no se acostumbren al dolor.Más allá del color de la piel, el lugar de nacimiento, la visión religiosa que tengamos, tenemos algo que nos es común, la energía más poderosa que existe: el amor. Ese amor que hace a nuestra esencia, que sostiene el respeto y la tolerancia. Ese amor que nos hace humanos.Hagamos el esfuerzo por ser cada vez más humanos, que este cambio que tanto anhelamos comience por nosotros, desde abajo, en casa. Conectemos con ese amor que todos llevamos dentro, con conciencia para hacerlo crecer y trabajemos. El trabajo y el amor van juntos, se ama aquello por lo que se trabaja, aquello que se conoce. Luego transformemos esto en valores y pongámoslo en práctica. Animémonos a confiar. Confiemos en nosotros, en el otro, en la vida, en el bien y enfoquémonos en eso. Con confianza el amor crece y se retroalimenta, cuanto más lo demos, más tendremos y mejor mundo crearemos. Amemos a nuestra familia y vayamos más allá, generemos una estructura social de amor, para reemplazar a la sumisión.Sembremos cada día, en cualquier momento y lugar, reconozcámonos en el otro y construyamos juntos, sembremos realidades y oportunidades.Puedo imaginar un mundo mejor ya si cada lector comienza ahora con una acción de amor en el seno familiar, luego en el barrio y así sucesivamente.Sigamos caminando a pesar de las caídas, las traiciones y las derrotas porque la vida es más grande y sigue a partir de ese amor que nos es común. Seamos amor, seamos paz, seamos el país que queremos.Colabora: Valeria [email protected]
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