¿Confusión, realidades paralelas o hipocresía? Podemos descartar la primera opción porque el calendario escolar 2015 es un acuerdo formal y público (Resolución 3878/14) aprobado hace un año atrás. Sí es válido admitir la desorientación de los padres que no tienen el hábito de guardar una copia de ese documento.En cuanto a las otras dos opciones, ambas tienen algo de verdad. ¿De qué realidad paralela estamos hablando? La de las autoridades educativas, que establecen como último día de clases el 30 de noviembre pero que exigen a las instituciones educativas “entretener” las dos siguientes semanas (hasta el 11 de diciembre) a los alumnos que ya aprobaron las materias. Eso es lo que estipula el calendario escolar 2015 durante el período de recuperatorio de diciembre que va del 30 de noviembre al 11 de ese mes “los alumnos que aprobaron los espacios curriculares realizarán actividades extraprogramáticas”. La otra realidad es la de las escuelas y de los docentes que hoy ya saben qué alumnos no aprobaron la materia y, a partir de la próxima semana, deberán enfocarse en los estudiantes que deben recuperar contenidos. Obligar a seguir yendo a la escuela a los alumnos que ya aprobaron el año es un fastidio para los chicos y, todavía más, para los docentes. Las actividades extracurriculares exigidas por el CGE son una farsa o, dicho de otro modo, dos semanas enteras de horas libres e improductivas. ¿Y por qué las escuelas y las autoridades educativas sostienen esta hipocresía? Porque estas dos semanas (de recuperatorios para algunos y horas libres para otros) se cuentan para llegar a los 180 días de clases, obligatorios por ley. No importa que realmente se dicten 180 días de clases, sino sólo que figure ese mínimo obligatorio porque no cumplirlo tiene un costo muy alto para los docentes de la provincia, pues dejarían de percibir los casi 1.000 pesos del adicional por artículo 9.
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