La doctora Hilda González, después de muchos años de estudios y de acompañar a las personas en este camino de la vida y su relación con la muerte, da charlas y talleres para que todos podamos aprender a Vivir como dice ella. Estuvimos dialogando sobre el tema para que nos explique por qué tenemos ¿miedo a morir? Y como primera respuesta ella me dice: “Este concepto no es universal, es solo de la sociedad occidental. Las personas de la cultura oriental tiene muy claro todo y no le temen a la muerte. Ellos entienden que a partir de que hay vida, desde que nacemos está la muerte. Es en occidente donde la enemiga es la muerte y sumado a esto todo está enfocado para que uno permanezca eternamente joven, porque mientra sos joven, sos útil, sos alguien en la sociedad y no es así”. Cuando las personas asisten al curso sobre la vida y la muerte, Hilda aclara que “no tiene nada que ver con un enfoque mórbido o macabro, el enfoque que se hace sobre la muerte que viene de todas las culturas: maya, egipcia, hebrea, japonesa, china, incluso de la cultura cristiana. Todas las prácticas que hay sobre el tema son de San Ignacio de Loyola, o sea que siempre estuvo en la cultura y después nos fuimos alejando”. Hay un punto fundamental para tener en cuenta y es que la persona que puede reflexionar sobre el morir vive el presente con intensidad, por eso el taller está destinado a que las personas vivan con intensidad su momento presente porque -como aclara Hilda-, la mayoría somos expertas en el arte de posponer: “Cuando me case, cuando me reciba, cuando tenga nietos, cuando me jubile, pero nunca llega el momento”. El propósito final de todas las técnicas que existen para una ampliación de conciencia es vivir el aquí y el ahora. Hay distintas maneras de alcanzar ese propósito y la reflexión sobre la muerte es una de esas vías porque si me puedo sentar a hablar sobre el tema sin problemas, si puedo entender que la muerte es mi compañera desde el momento en que nací, entonces esa presencia hace que no posponga nada. Hoy Hilda nos dice que, “lo que la experiencia muestra es que muchas veces a las personas les cuesta mucho soltarse para morir, ya sea porque está enferma o lo que sea, y es porque tiene cuentas pendientes. También, muchas veces, el duelo de los familiares es difícil precisamente porque se pasaron posponiendo dar afecto a esa persona, decirle que la quiere, hablar claramente para decirse las cosas, y entonces no hay cuentas pendientes, y se perdona todo también. Yo creo que verdaderamente es una reflexión que rompe las armaduras psicológicas”. Por eso también aclara Hilda que la reflexión, el taller vivencial tampoco es “para cualquier persona, no es para alguien que tiene un carácter débil, no lo es para quien tenga una enfermedad mental ni es para una persona con depresión; y vienen personas que tienen un temor a mencionar solamente la palabra muerte y que no saben explicar por qué, ya que no están enfermas ni nada. Y también quienes ven que tendrán que despedir a un familiar y sienten en su corazón la necesidad de hacer un buen acompañamiento”.Tomar conciencia y hacer algo sustancial en sus vidas es una gran forma de perder el miedo a morir. A veces con sólo darte cuenta de que estás haciendo algo que no te gusta, que no te hace feliz, y al darse cuenta que la vida es finita, uno dice “no voy a gastar mi vida en esto”. Tony de Melo siempre cuenta esta historia y dice: “La muerte es como un cazador apostado entre los matorrales y más allá está un pato muy tranquilamente en un lago; el cazador está ahí y no sabés en qué momento vendrá el disparo. El estar preparados significa simplemente eso, vivir sin cuentas pendientes, vivir en el aquí y ahora, vivir intensamente haciendo sencillas: agradecer un buen amanecer, que llegué a la cama sin mayores problemas, que tengo brazos, piernas, vivir en una eterna gratitud. No son cosas rimbombantes, son cosas sencillas que uno tiene que apreciar y vivenciar. Y ver donde está la mano de Dios en todo porque a veces uno escucha un pajarito y eso es todo”. Y si bien el taller que dicta Hilda te lleva a experimentar ciertas cosas de uno mismo, cada persona a partir de hoy puede comenzar a pensar en un buen vivir para darle a su espíritu, a su alma un buen camino hacia la luz. Por Rosanna Toragliorosannaypunto@hotmail.com
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