Emoción, baile, alegría y chamamé, así se despidió ayer la 46 edición de la Fiesta Nacional del Litoral y 8° del Mercosur. El público colmó las tribunas del Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez para ver a los artistas consagrados que se hicieron presente y no defraudaron con sus destacadas actuaciones sobre el escenario Alcibíades Alarcón.Uno de los inconvenientes que no pasó inadvertido por parte del público, fue el poco tiempo que tuvieron algunos artistas. Igualmente, la gente se sintió satisfecha con la presentación de cada conjunto. La falta de tiempo fue producto de la suspensión de una noche el pasado viernes debido a las inclemencias del tiempo, los responsables de la fiesta tuvieron que reorganizar las actuaciones de otros conjuntos en las otras dos lunas peñeras que restaban. Por este motivo, la presentación de cada grupo fue de veinte minutos, esto produjo algunas quejas, incluso discusiones entre los artistas, sin embargo hubo otros cantores que ayudaron a que el festival salga con todo el brillo y esplendor que lo caracteriza todos los años.Entre las actuaciones de cada noche hubo que destacar las puestas en escena del coreógrafo Luis Marinoni, ganador del Mensú de Oro, y su elenco quienes cada noche sorprendían al público con sus imponentes vestimentas y bailes. Mientras el público esperaba el gran cierre de la noche con la presencia del “trovador” chamamecero, se hizo presente Julio Cáceres junto a su hijo Nicolás del grupo Los de Imaguaré, fueron los encargados de encender las primeras antorchas de la noche. Melodías cargadas de nostalgias y románticas pero siempre con un toque de esperanza que hicieron emocionar al público quienes finalizaron a puro “sapucay” y cantando el himno de la amistad por parte de los Imaguaré que es “compadre que tiene el vino”. Luego Cáceres se despidió agradeciendo el amor del público y en sintonía con la canción brindó por el amor y la union del pueblo argentino. Dentro de toda es alegría, también hubieron momentos de nostalgias cuando se recordó a aquellos artistas que se fueron, pero dejaron un gran legado. En este sentido, el cantautor Joselo Schuap, junto a integrantes del popular grupo de Villa Blosset, Espiral, brindaron un homenaje a Ichu Castillo, uno de los personajes más querido dentro entre los artistas locales.La Fiesta del Litoral también premió el esfuerzo constante de los artistas y en la última edición de ayer fueron galardonados el grupo de música La Misión que recibió el premio Revelación 2015, mientras que el actor y humorista Fernando Rosa se quedó con el premio Consagración.La última edición tuvo distintos matices y una verdadera gama de propuestas para un publico que pudo disfrutar de varios ritmos, incluso cantar y bailar sobre las gradas.El espectáculo del domingo se abrió con a presentación de la Banda de Música del Servicio Penitenciario Provincial, donde sus 28 integrantes con sus instrumentos brindaron un repertorio de zambas chacareras y polcas, para recibir al público que se hacía presente en el tradicional anfiteatro posadeño. Luego, artistas locales como el grupo Sonares de Oberá, premio revelación en la edición del año pasado y la santafesina Tamara Zilli, ganadora de los pre festivales 2015 fueron los anfitriones que recibieron al público que rápidamente llenaron las tribunas de anfiteatro. Varios conjuntos hicieron su presentación por primera vez en el escenario Alcibíades Alarcon, entre los que se destacaron jóvenes de la música regional como los grupos Sonido Ancestral y desde la provincia limítrofe el grupo chamamecero “La Nueva Corrientes”.A estos se le sumó el chamamé romántico del conjunto de Edgardo Cambá Gauna, quien pertenece a los cantantes de la vieja escuela, pero con la misma vigencia de siempre.En la última noche no podía faltar la luna que se hacía presente sobre el río Paraná e iluminaba la presentación de otros artistas como Araukaria desplegando la magia de la música andina con la de la región, luego la voz de Patricia Silvero quien interpretó viejas zambas del cancionero popular.El público presente pudo disfrutar de la presentación del grupo de danza del Centro del Conocimiento que presentó, Legado Regional, una puesta en escena magnífica de música y trajes típicos de los primeros inmigrantes que llegaron a nuestras tierras y que formaron parte de la identidad de la provincia. El número estuvo acompañado por los músicos Darío Vega, Lery Duarte, los hermanos Nuñez y Sergio Tarnoski, quien fue invitado por los grupos Los Alonsitos y Los Nocheros a participar del nuevo disco que saldrá en diciembre y que contendrá canciones de música litoraleña. El brillo de la noche siguió con la majestuosa interpretación de las cuerdas por parte del humilde y querido posadeño Pato García, quien recorrió el mundo con su guitarra y todos los años forma parte de las noches festivaleras. Fue realmente destacable la participación del público que no paró de aplaudir y de bailar, sobre todo cuando subió al escenario el grupo de la Zona Centro Los Mitá quienes pusieron toda la energía de la música del litoral. El grupo fue aclamado por el publico que solicitaba siempre “una más” pero el pedido quedó para el próximo festival.En el evento de anoche, también se destacó el trabajo de todos los trabajadores que hicieron posible una edición más del festival de música más importante de la región. Los organizadores no dejaron nada librado al azar, y a parte de disfrutar de buenos números musicales el público no paró de reir y aplaudir con la presencia de renombrados humoristas como el Guri Molina y Rulo Espínola, este último consagrado con el premio consagración. En la noche más popular de la música litoraleña, tenía que estar presente Moni Encina y su conjunto, el cantor hizo gala de toda su simpatía e interpretó los temas que ya son parte del cancionero popular. Era sorprendente ver las tribunas colmadas de gentes hasta altas horas de la noche, una espera que valió la pena, cuando desde Brasil llegó el grupo Tche Garoto quien encendió al público interpretando lo mejor de la música del sur del país limítrofe. El público bailó y cantó varios temas populares de la banda, quien además invitó al escenario al cantante tropical Edgar Volcán quien subió e interpretó su clásico “Esa malvada” bajo el aplauso de la gente, pero a fiesta aún tenía su broche de oro, Mario Bofill. El artista oriundo de Loreto, Corrientes, se hizo presente cerca de las cuatro, bajo el aplauso del público que vio colmada tanta espera. El músico correntino interpretó varios clásicos de la música del regional, sumado al repertorio de más de 300 canciones que posee el artista. Incluso, hiz
o la presentación de su hijo Chingolí quien interpretó un par de temas con su acordeón Chirirí, que hizo levantar al público a puro “sapucay”. El artista correntino emocionó a más de las 1.500 personas que aún quedaban en el anfiteatro con los temas: Amor del Interior, La Pepa y cerró con el clásico “Cantalicio vendió su acordeón”. Las primeras luces de ayer fueron testigos de un artista querido junto a un público que se mantuvo fiel, mientras se apagaba la última antorcha de Festival Nacional de la Música del Litoral, pero con la promesa de que el próximo año volverá a brillar mejor que nunca.
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