Un joven de 25 años, al parecer con sus facultades mentales perturbadas que quería ser músico, acabó con los cuarenta años de vida del exBeatles John Winston Ono Lennon, mediante varios disparos de pistola calibre 38. El artista británico vivía en Estados Unidos y llegaba en compañía de su esposa Yoko Ono, hacia las cinco de la madrugada del martes 8 de diciembre a su residencia en el lujoso edificio Dakota, de la calle 72 de Manhattan cuando un joven llamó su atención con un “¡Oye, John!”. Al mirarle recibió a bocajarro varios impactos de bala. Los esfuerzos de la policía y los médicos del Hospital Roosvelt para reanimarle fueron inútiles. El presunto homicida, que permaneció en el lugar de los hechos y fue detenido sin resistencia, se llama Mark David Chapman. Había solicitado horas antes un autógrafo del cantante sobre la cubierta de su último disco Double fantasy, cuando salía de su domicilio. “Supongo que intentaron matar a John, pero no pudieron, porque su mensaje todavía sigue vivo”, dijo su esposa Yoko Ono. Sus afirmaciones de que el FBI lo tenía bajo vigilancia fue rechazada como la fantasía de un ególatra, pero 300 páginas de los archivos del gobierno de Estados Unidos, publicados después de su asesinato, muestran que Lennon tenía razón.
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