“Lo que está sucediendo es muy grave pero lo peor es que nadie está tomando cartas en el asunto, tal y como se debe, con celeridad y profesionalidad, para establecer las causas de una mortandad de peces sin precedentes en el lago Urugua-i”.En éstos términos se expresó Elida, una vecina y testigo de la situación ocurrida hace más de una semana y que se teme que “si no se hace algo pronto, peligran todas las especies vegetales y animales en ese ecosistema”, fue su desesperado llamado a las autoridades. También alertó de la situación, otro lugareño, Claudio Altamirano, quien puso en conocimiento de PRIMERA EDICIÓN algunos aspectos sobre los hechos. Las primeras apariciones fueron denunciadas en el predio de un parque acuático próximo a habilitarse, situado en un área lindante a la reserva Urugua-í, que si bien ya fue inaugurado por el exgobernador Maurice Closs, antes de la conclusión de su mandato, no podrá ser utilizado sino hasta febrero o marzo.“Pasaba por el lugar y me entero de lo que pasa, porque el olor nauseabundo de peces muertos impregnaba hasta lo más hondo”, describió el hombre.“Cuando consulto si la situación daba como para que los bañistas se metan al lago, lo negaron rotundamente. Las muertes superan seguramente el millar y el olor hace casi imposible permanecer en la zona”, fue su relato. En contacto con biólogos del Instituto de Biología Subtropical sede Iguazú, en busca de datos relevantes para establecer la existencia de un pedido de investigación, este Diario pudo saber que los casos fueron denunciados por guardaparques de la reserva al Ministerio de Ecología. Este organismo, en tanto, no emitió comunicado oficial al respecto. Por el momento las únicas versiones se conocen a través de Parques provinciales, desde donde se iniciaron algunas investigaciones al respecto. Entre algunos de los resultados obtenidos, por ejemplo, se dio a conocer que la película amarilla que mucha gente había visto sobre el agua del lago, era sólo polen, y que nada tenían que ver con la muerte de los peces. HipótesisEn charla reciente con dos biólogos del Conicet, especializados en peces, para entender los casos similares y recientes en Ituzaingó, Corrientes (Recuadro), dejaron en claro que las hipótesis pueden ser muchas y ninguna es de descartar, pero lo que debe primar es que haya una investigación, “aunque a veces, uno descree que en realidad se quieran llegar a las causas que provocaron las muertes y por ende a las soluciones. Los estudios que sirven son los que se hacen a las pocas horas de hallarlos muertos porque se pudren y ya no sirven para nada”, había señalado la bióloga Carolina Flores Quintana de Corrientes, y su par de Buenos Aires, Matías Pandolfi. “No se investigó”El 30 de noviembre último, un tétrico hallazgo de varias especies de peces muertos en la ribera de la localidad Correntina de Yacyretá, quedará sin explicación. Desde los medios correntinos se había informado, que, tras los sucesos, el Gobierno de esa provincia había formulado una solicitud de investigación a tres reparticiones, entre ellas el Instituto de Ictología no se recibió muestras de los peces de la mortandad y negaron, en contacto con PRIMERA EDICIÓN tener algún conocimiento sobre si se mandó a analizar en otros institutos fuera de esa provincia. Las circunstancias hacen pensar que ya no habrá investigación, en base a lo que había declarado a este Diario, el biólogo, especializado en peces, Matías Pandolfi en alusión a que “si no se hacen biopsias a las horas, ya no sirve”.
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