En un informe recibido el 9 de diciembre, la UNOPS (United Nations Office for Project Services) y PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), dos organismos de Naciones Unidas que se encargaron de analizar las aguas, constataron evidencia de contaminación en el cauce del río Potrerillos. Los organismos destacaron que los valores de cianuro se encuentran por encima de los recomendados para la vida acuática, y aunque definieron al agua como "apta para consumo humano", formularon una serie de recomendaciones para garantizar la integridad del ecosistema acuático a futuro. Los resultados de los análisis, según medios periodísticos, no alejan del todo las prevenciones de los pobladores respecto al nivel de contaminación de las aguas; quienes no olvidan que tras el accidente ocurrido el 13 de noviembre pasado, tanto la empresa como el Gobierno provincial negaron de plano la posibilidad de contaminación, y tardaron en admitir que el derrame había alcanzado a un millón de litros. Los organismos internacionales resaltaron, sin embargo, que la descarga de contaminantes "ha traspasado las barreras de contención diseñadas para el proyecto Veladero" y recomendaron "un estudio de riesgo orientado a evaluar la necesidad de reformular el sistema de barreras actualmente existente". La autoridad del informe científico legitima la acción espontánea de los vecinos, que insistieron en sus reclamos frente a la indiferencia oficial. Los estudios, que deberán profundizarse con criterios estrictos en lo técnico y con auténtica responsabilidad social, desnudan una alarmante ausencia de regulación y control frente a una actividad portadora de un fuerte impacto ambiental.
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